Lilja había tomado la decisión de no volver a la mansión Black en lo que la familia Weasley seguía ahí, al menos que Moira fuera quien la invita directamente o alguna junta por parte de la Orden, sobre todo porque ahora, con los adolescentes en las clases, las juntas eran más esporádicas.
Bill se había molestado un poco al hablarle de esa manera a su madre, tanto que durmió en la otra habitación por dos noches seguidas. Lilja no se arrepentía de haber defendido a los únicos amigos que habían hecho en Inglaterra durante el Torneo, si iba a luchar por las injusticias para varias personas, ¿Por qué no lo haría para quienes serían su familia? Pero Bill, decía que su madre no había dejado de llorar en toda la semana por los comentarios hirientes que le había dicho, "que no quería a sus hijos de la misma manera".
Sin embargo, después de realmente entender de dónde venía el rencor de Lilja hacia su madre, le pidió disculpas, Lilja también lo hizo con él y con la matriarca de los Weasleys con un pan que solo era de su aldea; la relación había sido dañada, pero al menos, ambas mujeres habían perdido su orgullo por el bien del hombre que querían mucho.
—¿Algún plan ahora que las clases ya están empezando?— pregunta Aksel jugando con su varita.
—No realmente, ahora solo me queda esperar los informes— suspiro mientras con su varita le lanzaba un papel a su amigo —¿Qué hay del departamento de Seguridad?
—Estamos igual, sin la aprobación de los ministros de magia, tampoco podemos hacer algo.
Ambos amigos suspiraron al ver que no podrían hacer mucho hasta unas semanas después o en cuanto tuvieran alguna respuesta.
—¿Qué se le regala a una suegra que no te quiere?— pregunto Lilja después de un tiempo en silencio.
—Cosas que le hagan la vida más fácil.
—Hace todo con magia— volteo a verlo aburrida —Pensaba regalarle una de las plantas que me dijiste de Noruega.
—¿Las que hacen el sabor más intenso?
—Sí, como se la pasa cocinando, eso le ahorraría dinero— Lilja tomó el calendario, viendo cuando tendría que programar la compra de esa planta para que llegue a tiempo —O, podría tener la excusa de irme a Rumania con Fleur.
—¿Por qué harías eso?
—También es su cumpleaños— lo miró con una sonrisa traviesa —Y siento que le caería bien una visita que no fueran cuidadores.
—¿Quieres volver a tener una pelea con Bill?
—No, claro que no— se sentó bien en la silla al ver que esto era serio —Pero, Bill también entiende que su madre no está haciendo algo para que nuestra relación mejore.
—¿Por qué no pasas Halloween en Rumania?— le contestó Aksel —Mándale un regalo a Fleur en su cumpleaños y al día siguiente, vayan de fiesta o algo, con vampiros o quien sabe que tipo de criaturas mágicas viven en esos lugares.
—¿Sabes algo, Aksel? Cada vez me sorprende más tu inteligencia.
El noruego soltó una risa al notar como la veela empezaba a escribir en una hoja el permiso de sus vacaciones para irse a visitar a una de sus mejores amigas, y por extraño que se escuchara, a su concuña.
Lilja se despidió de su amigo al ver que tenía que volver a trabajar, al menos ellos si seguían con juntas con los distintos representantes; gracias a lo que Aksel le decía, Lilja podía obtener más información para las juntas, pero tampoco es como su amigo le dijera más cosas para que no sospechara.
—¡Veela!— gritaron abriendo la puerta, la islandesa suspiro un poco al escuchar como Sirius llegaba a su oficina —¡Tengo unas buenas noticias!
—Señor Black, ya le hemos pedido que no llegue de esta manera para no distraer a los otros trabajadores.
—Lo siento— dijo con un guiño mientras caminaba hacia donde la veela seguía jugando con una hoja de papel —¡Hazme caso veela!
—Ya no sé qué pensar contigo Sirius— dijo sentándose adecuadamente en la silla.
—¿Ahora qué hice?
—Siempre que dices que traes buenas noticias, son cosas que no me alegran la vida.
—Lo siento, pero creo que esta si te va a gustar— el pelinegro tomó una respiración por la boca y se dejó caer en la silla —Adivina quién se mudará a la mansión Black durante las fiestas navideñas.
—Creí que Remus ya era un habitante más de la mansión— dijo Lilja extrañada ante esa noticia.
Sirius, al ser una persona dramática, negó con su cabeza mientras se mordía el labio para evitar que su sonrisa se viera.
—No sé, ¿Tonks? Me dijo que le gusta más tu casa que la de su madre y dejar en paz a su hermano— Sirius volvió a negar con la cabeza —¡Ya dime!
—Que impaciente, toma.
Lilja tomó de sus manos un papel todo arrugado, la veela sospecho que era porque el hombre enfrente de ella estaba tan emocionado que se le olvidó cuidar ese papel. Lilja empezó a leer todo lo que decía la carta, aunque en realidad no era una carta, era un certificado de adopción.
—¡Felicidades, Sirius!— Lilja rodeo su cubículo para ir a abrazar al hombre que también empezaba a llorar —Supongo que también tengo que mandarle una carta a Harry.
—Él todavía no lo sabe— dijo quitándose las lágrimas de sus ojos grises —Es su regalo de Navidad, aunque ya fuimos hablar con los Dursley para poco a poco llevarnos todas las pertenencias de Harry hacia la mansión.
—Y, ¿Regulus y Moira?
—Bueno, solo nos quedaremos en la mansión hasta después de las fiestas, el departamento que me heredó mi tío no es lo suficientemente grande para tres hombres adultos.
—Puedo preguntar a la mamá de mi amigo, ella tiene muchos contactos en el mundo muggle sobre casas— le sonrió un poco mientras escribía la dirección de la casa en Islandia —Así Regulus también podrá tener a sus hijos.
—No estoy seguro si Regulus quiera, pero para hacer feliz a Moira, hará lo que le pida.
—Pensé que era al revés— ambos rieron un poco al saber que la mujer muggle era quien tomaba las decisiones en la relación.
—Y, ¿tu pequeña veela?— la miro de reojo.
—¿Yo qué?
—¿También quieres tener hijos?
Lilja brillo un poco mientras sus mejillas se volvían rojas al tan solo imaginar en unos pequeños pecosos corriendo por su aldea en Islandia, la risa del inglés fue quien la regreso de vuelta a la realidad, estaba perdida en todo lo que había imaginado.
—Creo que no queda de más decir que ya habías imaginado ese futuro con él.
—Yo haría todo por Bill, incluso dar mi vida o toda mi magia si eso me permite quedarme a su lado.
Sirius sintió como esa frase tenía mucho más significado si lo decía una veela, pero no le dio tanta importancia mientras le pedía una taza de café para seguir hablando con una de sus nuevas amigas, cuando irían a comprar los muebles y cosas que necesitarían para que el pequeño Potter se sintiera en casa.
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La magia de la Veela
FanfictionLilja es una bruja muy diferente por dos simples razones que marcan cada día de su vida: la primera es que es una veela dentro de una comunidad muy pequeña y la segunda es que tiene un destino muy grande al ser enviada a estudiar con los otros magos...