K A F L I 03

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El castillo de Durmstrang se podría describir como un castillo medieval, pocos lujos y muchos pasadizos, muchos secretos que nadie en la historia sabría a donde llevaban, muchos sabían que ese castillo era más funcional que hermoso, pero a nadie le importaba, porque era bien sabido que era uno de los mejores colegios del continente europeo; del instituto salían de los mejores aurores por su conocimiento en las artes oscuras, y aunque muchos padres creían que no era lo mejor enseñar eso, sabían que era necesario aprender las cosas negativas de la magia para aprender a defenderse, o en el peor de los casos, aprender a utilizarla para bien de la comunidad.

Lilja sabía que no iba a ser tan fácil permanecer entre las sombras en un colegio tan grande, siempre llamaría la atención ya sea por intentar aprender todo lo que quisiera o por su naturaleza que la había destinado a siempre ser el centro de atención. Bajar del barco fue el primer paso a su nuevo destino, observó como otros barcos ya habían llegado a los otros puertos que había, todos con banderas pertenecientes a los países escandinavos y con raíces vikingas.

—Aquí iniciamos nuestra vida como los mejores magos de la historia— dijo Lilja hacia Teitur, quien seguía observando como a los lejos estaban las montañas llenas de nieve.

—Sí, espero no reprobar drykkur.

—Yo te puedo ayudar— le dio una pequeña sonrisa —En mi aldea tenemos esos tipos de conocimientos.

—Creí que solo tenían conocimientos en plantas, ya sabes, siempre están trabajando en los jardines de Eskifjörður.

—Si, pero también tenemos conocimiento en las pociones curativas por las plantas que manejamos.

—¿Desde pequeña sabes hacer pociones curativas?

—Sí, pensé que era algo normal entre los magos también.

—No, no podemos hacer magia en Islandia hasta los quince años— negó con la cabeza y se dedicó a observar a la veela, no parecía que tuviera algo extraordinario, parecía una bruja más, excepto por el cabello brillante que ella tenía.

—¿Primer año?— comentó un adolescente con una lista en la mano, ambos islandeses asintieron con la cabeza —Veo que son los únicos de Islandia que entrarán este año, cada vez vienen menos de aquella isla.

—Es que en Islandia tenemos nuestro propio colegio— comentó Lilja, buscando formar una conversación con el mago encargado de recibirlos —Es más fácil aprender en tu propio idioma.

—Aunque los conocimientos que obtienen de ese colegio son mediocres a comparación de los que aprenderán en Durmstrang— les guiño el ojo para después hacer unas anotaciones —Sus pertenencias aparecerán en el área de primer año, pero deben pasar directamente a la sala principal para recibir las indicaciones del director.

—¿Cómo sabremos dónde está el área de primer año? ¿Dónde está la sala principal?— preguntaron ambos esperando recibir más indicaciones de como llegar a su destino.

—Hay señalamientos en todo el castillo, no queremos que se pierdan— les señaló con su dedo como había pequeños letreros pegados en las paredes antiguas a lo largo del castillo —Vayan, Islandia siempre es el último barco en llegar.

Lilja tomó la mano de Teitur para empezar avanzar hacia donde marcaba en distintos idiomas el camino que debían seguir para reunirse con su generación, con sus futuros compañeros y sobre todo, futuras amistades.

La puerta se abrió mágicamente, haciendo que todos los niños giraran para notar quienes eran los últimos en llegar, Teitur sintió sus mejillas rojas al sentirse observado, pero Lilja solo sonrió tímidamente para ir a los lugares designados para el país que ellos pertenecían.

—Veo que ya llegaron los últimos de esta generación— hablo el director, enseñando sus dientes amarillos y una sonrisa muy tétrica —¡Bienvenidos y bienvenidas! Me alegra poder recibir a una nueva generación llena de futuros aurores, doctores, profesores, ¡nunca se sabe que talento oculto hay en cada uno de ustedes! Al igual que ustedes esperan aprender mucho, el instituto también espera mucho de ustedes, entonces no dejen de adquirir conocimiento— Igor hizo una pausa para mirar fijamente a cada uno, para después toparse con la mirada esperanzadora de la niña veela —Bien, seguramente sus padres leyeron algo que Durmstrang abrirá sus puertas para que una criatura mágica será una de sus estudiantes, una veela.

—¿Qué es una veela? ¿Las veelas existen?— varias preguntas en murmullos se escuchaban en la sala.

—Si, una criatura mágica que no debería tener derecho a una varita está en esta escuela para aprender cosas que no debería— Lilja poco a poco sentía como perdía el aliento —Entonces, deben demostrarle que ustedes son mejores por venir de una familia llena de magia, que esto sirva de ejemplo porque las veelas no deben tener una varita, espero mucho de su generación.

Lilja sabía que sería difícil estar en un colegio donde incluso el director no la quería dentro, pero una vez que hubo recuperado su aliento, decidió mirar fijamente al directo, no dejarse intimidar por un hombre que claramente tenía un pasado obscuro con las artes oscuras, un hombre que le tenía miedo a seres más poderosos que él; es por eso que cuando les dio permiso de irse a sus habitaciones, Lilja solo dijo unas cuantas palabras al viento para seguir a los demás: Áskorun samþykkt

—No tengo miedo Teitur— le dijo a su amigo al sentir su mirada —Estoy lista para demostrar que las veelas no somos criaturas tontas, si mi aldea me escogió para esto, es porque sabían que yo podré soportar los obstáculos que el director me pondrá.

—Está bien— le dio un pequeño golpe en su hombro —Yo también te ayudaré en lo que pueda.

La magia de la VeelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora