La magia de la Veela

K A F L I 33

Lilja regresó mucho más tranquila de lo que esperaba de Rumania, había aprendido mucho más cosas de los dragones y, como Fleur tal vez también seguía la profesión de su novio, al cabo ya tenía el talento para tratar con animales mágicos. Bill también la había extrañado estos días, tanto que cuando terminó de caminar por el traslador, lo primero que sintió fueron los brazos de su novio, se sintió en casa, sobre todo cuando la recibió con su comida favorita y unas flores muggle.

La veela camino tranquilamente hacia su cubículo, encontrándose con varios sobres abiertos y unos cuantos cerrados, lo que le había sorprendido que había un sobre de principios de octubre, uno que no le había tocado abrir; entendía que la persona que había quedado en su lugar mientras ella se iba, tenía que abrirlos, pero ella estaba segura que se había ido sin dejar ningún pendiente, solo esperando la confirmación de cuándo podrían ir a visitar los colegios inscritos al programa.

Lilja se enojo al notar que la letra era de quien era la profesora actual de Hogwarts, Dolores Umbridge, una bruja con una mentalidad mucho más retrógrada a la de muchos magos en Londres, era el permiso para convertirse en Inquisidora para evaluar las clases de todos los profesores. El problema era que ese sobre había llegado directamente a manos del Ministro y no al departamento que hacía que la educación fuera más justa.

—Rebeca, ¿Cuándo llegó este sobre a mi cubículo?

—Todos los que están abiertos llegaron el día que te fuiste a Rumania, ¿Por qué la pregunta?

—Porque alguien aprobó en octubre que Dolores fuera quien evaluará las clases de Hogwarts.

—Pero, los permisos los empezamos a ver cuando llevaban por lo menos dos meses de clases— la española se acercó para ver el sobre que también era de un color diferente al que su departamento usaba —¿Que deberíamos hacer?

—Bueno, a finales de noviembre tengo otro viaje planeado por el cumpleaños de Bill— Lilja tomó en sus manos el calendario que se había robado de una tienda muggle al verlo tan necesario —¿Tenemos algún informe sobre las clases impartidas en Hogwarts?

—No, nadie sabía que Umbridge había iniciado las pruebas— Rebeca se recargó sobre su cabeza al verla tan callada —¿Qué piensas islandesa?

—Ya que no avisaron al departamento, ¿cuándo sería conveniente que vaya a Hogwarts a realizar las pruebas?

—¿Piensas ir tú sola?

—Llama a todo el equipo, debemos organizarnos rápido para que ustedes no puedan ir a Hogwarts y yo sea la única disponible para ir al colegio.

Lilja rápidamente empezó a entregar papeles para las visitas que haría su departamento para evaluar el nuevo sistema que querían implementar, conocer la percepción de los alumnos y si el trabajo que hacían ahora los profesores era mucho mejor que el otro sistema que manejaban anteriormente; la mayoría estaban preocupados de que la islandesa fuera sola a Hogwarts, pero cuando la veela les dio las razones para que ella fuera sola a hacer la visita, quedaron calmados al saber que solo iba a cumplir con las pequeñas entrevistas que todos iban a hacer.

—Hola amor— tocaron la puerta de la oficina, Lilja rápidamente recogió todas sus pertenencias para tomar la mano de su novio.

—¿Qué tal el trabajo el día de hoy?— preguntó una vez que salieron del edificio, no quería toparse con nadie, por lo que había jalado a Bill por todo el lugar sin hablar con alguien.

—Cansado, ahora estamos revisando el piso donde están los Malfoy.

—¿Cuántas maldiciones rompiste el día de hoy?

—¿Sin salir lastimado? Solamente dos— Lilja giró completamente para ver si es que tenía alguna herida que tenían que curar antes de ir a la mansión Black —Tranquila, cuando vimos que iba a ser más difícil romper una, nos fuimos de ahí, casi todo el día estuvimos investigando qué tipo de maleficios utilizaron los antepasados de Lucius.

—Está bien, ya sabes que en el piso tengo varios libros que puedan ayudarte.

—¿Los que te robaste de Durmstrang?

—Esos mismos— Lilja abrió la puerta de la mansión, para dejar salir el ruido de Tonks contando una anécdota a sus primos —¡Ya llegamos!

—¡Veela! Gracias a Merlin que llegaste, no sé que haría con puros viejos— dijo señalando a los dos Black.

—Me alegra ser tu salvación— la recibió con los brazos abiertos para dejarse caer a su lado —¿Saben si va a venir Dumbledore?

—Tengo entendido que si— contestó Remus, trayendo consigo todas las tazas con el té que el hombre lobo siempre hacía —¿Qué es tan importante que le digas para que esté enterado?

—Vamos a hacerle la vida imposible a una profesora— contestó Lilja sacando el sobre de su bolsa de tela —¿Ser la Suprema Inquisidora sin la aprobación del departamento? No queremos que se entere cuando vaya a ir para hacerle las pruebas.

—¿Vas a ocasionar problemas en el colegio?— preguntó Molly trayendo los platos donde estaba la botana para la reunión de esa noche.

—No, es una cita que se programó para cada colegio perteneciente al Instituto cuando ellos mismos quisieron formar parte del cambio que queremos para el mundo mágico— la chimenea se escuchó y el viejo director llegó con una mueca —Dumbledore, aquí está el citatorio para la visita.

—Claro, algo así entendí en tu carta— le guiño el ojo —¿Empezamos la junta de esta semana?