La veela en cuanto salió del trabajo, se dirigió a distintas tiendas que había en el callejón, Bill le había mandado un mensaje respecto a que su hermano había conseguido ser prefecto; algo que le prometió que le explicaría cuando llegaran a la casa. También era un festejo respecto que Harry había salido inocente de su juicio y que Hermione también había obtenido su placa de prefecta, todos se esperaban eso, pero Ron fue un milagro para la familia por tener de amigo a Harry Potter.
Entonces, Lilja tenía que comprar tres regalos y algunos ingredientes que los gemelos necesitaban para que la línea de su negocio creciera, y sobre todo, para animarlos un poco. Ella estaba segura de que probablemente su madre habría hecho comentarios hirientes respecto a lo que ellos querían hacer por el resto de su vida, como que Molly Weasley debía comprender un poco más a su familia y no quedarse con ideas tan conservadoras.
Caminaba tranquilamente hacia la mansión Black, Bill había tenido que quedarse por más tiempo debido a una maldición en las salas más antiguas que la existencia del colegio de Durmstrang, y eso era decir, muy antiguo. Estaba meditando las palabras que le diría a los nuevos prefectos, sin embargo, se encontró también con la señora Black cargando con varios regalos.
—Buenas tardes, señora Black.
—¡Lilja!— la castaña dio un pequeño brinco para girarse y darle su sonrisa a la veela —No vuelvas a hablarme sin asustarme.
—No era mi intención, solo la vi caminando y decidí hacerle compañía.
—Gracias— después miró las distintas bolsas que cargaba la veela —¿Comprando regalos?
—Si, pero sigo sin entender por qué festejamos que sean prefectos.
—¿En Durmstrang no tienen prefectos?— la veela negó con un movimiento de cabeza —Los prefectos son como los ayudantes de los profesores para que se cumplan las normas, pueden quitar puntos, pueden quitar privilegios hasta que un profesor dé un castigo.
Moira alzó la varita para abrir la mansión Black, dejando salir toda la música del comedor, donde parecía que se estaba realizando el festejo, se podía ver un letrero que decía: Ronald y Hermione prefectos de Gryffindor; incluso Harry parecía estar contento de no ser el centro de atención con la familia Weasley. En cambio, los gemelos, estaban sentados en una orilla de la mesa hablando entre ellos.
—¡Mis gemelos favoritos!— grito Lilja entrando al comedor, caminando hacia sus dos amigos.
—¡Veela!— ambos se levantaron y la abrazaron con fuerza —No pensamos que vendrías al festejo.
—Tengo que venir en lugar de su hermano— rodó los ojos aun con una sonrisa —¡Les compre cosas!— tomó una de las bolsas y se las dio.
Los presentes se quedaron sorprendidos al ver que la veela había llegado con otras personas antes que los festejados, pero Moira les había explicado que en Durmstrang no tenían los prefectos, entonces no entendía el valor de aquel logro académico.
—Felicidades, Ron y Granger— se acercó Lilja con dos bolsas —Desconocía que en Hogwarts tuvieran que pedir ayuda de estudiantes para que se cumplan las normas, entonces, no sabía que regalo comprarles, pero espero que sea algo que les guste.
Tanto como Ron y Hermione abrieron sus regalos, el pelirrojo casi se pone a llorar de alegría cuando vio que la pequeña bolsa salía un ticket para la compra de una escoba, sin importar el precio, además que unos guantes para evitar alguna caída; para la morocha, salieron distintas plumas de diferentes puntas y varias libretas mágicas, un nuevo invento para facilitar el estudio de los estudiantes.
—¿Qué hace especial estas libretas?
—Según un amigo, dijo que en Finlandia son lo mejor, estas libretas te organizan tus anotaciones para facilitar el estudio— encogió sus hombros —Es como si hiciera los resúmenes de lo que anotes en clase.
—¡Será de gran ayuda para los TIMOs!— sonrió con ganas para acercarse y darle un abrazo.
—Así podremos tomar estas libretas para cuando queramos estudiar, Mione— contestó Ron —Así no tendremos que buscar entre todos tus pergaminos.
—Como si dejara que tomarás estas libretas— se las quitó de sus manos —Muchas gracias Lilja.
La veela sonrió y se volvió a sentar con los gemelos, quienes seguían discutiendo cuando era correcto volver a realizar ciertos hechizos para sus productos y si era bueno mezclar dos ingredientes que causan explosiones, estaban inventando una nueva línea de productos.
—Aquí está el pastel— llegó Molly con un gran pastel, parecía que había esmerado tanto en sorprender a su familia, los gemelos apartaron la vista.
—Debes estar orgullosa, Molly— habló Remus apareciendo en el comedor.
—Lo estoy, todos mis hijos han sido prefectos.
—Tengo entendido que Charlie no fue prefecto— se extrañó Lilja ante ese comentario —Bueno, Fleur me hubiera dicho algo.
—Charlie fue capitán de Quidditch— Molly se negó a mirar a la veela.
—Con razón es bueno volando con dragones— rio un poco la islandesa, los gemelos se giraron sorprendidos —Y, ¿qué hay de ustedes? ¿También fueron prefectos?
—Claro que no— contestó Molly molesta —Con todos los castigos que han recibido, me sorprende que no hayan reprobado alguna materia.
—¿Estuvieron alguna vez a punto de reprobar alguna?— los miro sorprendida, los gemelos solo evitaron la mirada de su madre.
—Si estuvieran más al pendiente de sus calificaciones que en bromas, también hubieran sido prefectos.
—Lo académico no es lo nuestro— dijeron en voz baja.
—Los logros académicos no sirven para mucho, siendo sincera— dijo en voz alta Lilja.
—Percy fue el mejor de su generación y ahora trabaja en el Ministerio— contestó Ginny.
—Si, si es que quieres trabajar en un lugar donde únicamente valoran la supremacía de sangre— rodó los ojos —Yo estaría orgullosa si mis hijos dudarán de las reglas, los jóvenes siempre notan cuando son injustas.
—Las reglas han estado desde hace mucho— Molly se acercó a la mesa donde estaba ella.
—Y, ¿en qué les ha servido?— después miró a todos los presentes —Estoy segura de que algunas reglas son buenas, vi las que tienen, por eso me doy cuenta de que necesitan de alumnos para que las cumplan, son demasiado antiguas para el bien de esta nueva sociedad, no me sorprende que varias familias sigan creyendo en la supremacía de la sangre si la misma escuela separa a hijos de muggle de los hijos de magos.
El silencio empezó a gobernar en el comedor, Lilja no se arrepentía de alzar la voz sobre la falta de empatía que estaba mostrando la madre, quien al parecer solo estaba orgullosa de los logros que eran bien vistos en la sociedad y no de los talentos de sus hijos.
—Si yo fuera la madre de ellos dos— la veela señalo a los gemelos —Estaría presumiendo que mis hijos tienen una creatividad inigualable a cualquier otro mago o bruja conocida, estaría diciendo que tienen un talento innato para crear pociones basándose en lo que han aprendido del colegio, ¡Por las bombas de Alberic! Tienen un poder magia increíble para que desde pequeños pudieran transformar un oso en una araña— Lilja empezaba a perder el brillo que la caracterizaba, realmente estaba enojada —Y, ¿qué me dices qué son deportistas? Los mejores golpeadores desde hacía unos años e incluso dos jugadores profesionales dijeron que, con un poco de entrenamiento, podrían convertirse en suplentes para el equipo de Inglaterra— Lilja tomó sus cosas, lista para marcharse antes de que saliera su otra naturaleza —¿Acaso está orgullosa de esas cosas? O, ¿siempre los regaña porque no hacen lo que usted quiere?
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La magia de la Veela
FanficLilja es una bruja muy diferente por dos simples razones que marcan cada día de su vida: la primera es que es una veela dentro de una comunidad muy pequeña y la segunda es que tiene un destino muy grande al ser enviada a estudiar con los otros magos...