Doamnelor | Resident Evil 8: Village (Terminada)

Capítulo 27

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El castillo era un caos desde el punto de vista de Francesca y de cualquier otro alejo a las actividades que se llevan a cabo dentro de este. Hoy era el día del viernes de tortura medieval, pero primero sería las persecuciones y caserías dentro del castillo mensuales.

Las doncellas escogidas minuciosamente por las tres hijas Dimitrescu, estaban formadas en fila enfrente de las escaleras para darle la bienvenida a la matriarca del castillo, pero aquello pasaría dentro de unos minutos más.

Bela, Cassandra y Daniela tenían la tarea de jalar los hilos y tomar los botones dentro de las doncellas para impregnar perfectamente en ellas el terror y nervios sobre lo que les pasaría apenas la gran señora del castillo bajara a dar unas palabras para iniciar el "Gran día" según Daniela.

- ¿Y? ¿Te emociona? - Le pregunto Daniela emocionada vibrando en su lugar

- ¿Qué trampas le ponen? - Francesca miraba a las pobre doncellas desde el balcón del segundo piso- Dudo que se lo dejen demasiado fácil a las doncellas

- En el sótano hay moroaicăs que se encargarán de ellas si llegan a ir a bajo - Le contesto olvidando su pregunto inicial- Si llegan a salir del castillo los Lycan y los Valnomii las mataran por nosotras, ninguna sale con vida en realidad

Francesca miraba con pesar y disculpas a las doncellas que se atrevían a mirar hacia arriba, Bela y Cassandra terminaron de alinearlas para enjambrarse y quedarse a lado de Francesca esperando el momento de que su madre aparezca para iniciar la casería mensual.

- ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Ya quiero cazar! - Murmuraba Cassandra emocionada del lado izquierdo de Francesca sosteniendo su hoz con firmeza

- Las que no son vírgenes... ¿Qué le hacen? - Les pregunto mirando una en especifico

- ¡La comemos! - Chillo Daniela a lado de Bela- ¡Son nuestros premios!

- ¿Doamna Miranda sabe de esto? - Miro a Bela- ¿Sabe sobre cómo las cazan mensualmente?

- Solo cazamos a las que no son de relevancia o han hecho algo para que las consideremos como juguetes - Le contesto con simpleza- Por ejemplo, si alguna rompió alguna pieza importante de decoración por sus insolencias, derramo el vino en nuestra ropa por su miedo o no acato una orden especifica que nos en tropezó nuestro día

- Por capricho, en pocas palabras - Concluyo con dureza

Bela iba a replicar cuando el sonido de las zapatillas de Alcina se escuchó, las tres Dimitrescu olvidaron todo para prestarle toda su atención y emoción a lo que pasaría a partir de ese momento.

Alcina bajo las escaleras con tranquilidad y elegancia siendo seguidas por las tres menores, Francesca se quedó en el balcón sintiéndose impotentes por no salvar a las doncellas de aquella masacre.

- Como ya saben, las que están aquí son todas aquellas que han hecho una falta grave durante su entrenamiento - Francesca dudo demasiado aquello- La doncella o doncellas que salgan del castillo con vida, tendrán como premio su libertad - De nuevo Francesca dudo- Las que no, tiene la oportunidad de escapar y/o esconderse en alguna parte del castillo para que sean de nueva utilidad. Muchas aquí tienen un pasado interesante, úsenlo y tal vez salgan victoriosas - Miro a sus hijas de reojo para mirar a las doncellas- ¡Que inicie la casería! - Alzo las dos manos con elegancia dando la apertura

Los gritos de terror de las doncellas fueron combinados con los gritos de emoción y guerra de las tres Dimitrescu, Alcina miro con gran diversión y orgullo como sus hijas empezaron a divertirse con las doncellas.

Alzo su mirada al balcón, ya no estaba Francesca ahí, dándole de nuevo la razón a madre Miranda sobre sus creencias humanistas. La platinada había abandonado el balcón hace mucho sin querer ver como sus hijas mataban a sangre fría a las doncellas seleccionadas para sus deleites.

Francesca escuchaba desde su habitación los gritos de ayuda y desespero de las doncellas, se tapó los oídos con sus manos para amortiguar los gritos, pero fue inútil, sus manos no habían hecho nada para silenciarlos un poco.

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- ¿Y Francesca? - Le pregunto Daniela mirando el balcón confundida ante su ausencia

- Se fue apenas bajamos las escaleras - Le contesto Cassandra de malhumor soltando uno de los cuerpos de las doncellas al suelo

- ¿Se fue? - Le pregunto desilusionada- Pensé que le gustaría jugar con nosotras

Los ojos dorados narciso de Daniela se llenaron de tristeza pura mientras su labio inferior empezaba a temblar con fuerza, apretó sus puños intentando contener su llanto junto al temblor de su cuerpo de querer llorar.

- Vayamos a su aposento, debe tener una explicación - Hablo Bela ante la tristeza de su hermana- Nadie se va de un lugar sin razón alguna

- ¿No te das cuenta o eres demasiado estúpida? - Bela la miro ofendida y confundida- Ella no le gusta esto, no es un monstruo como nosotras. Desde el día uno, ella ha sido la adoración de todas y cada una de las inservibles doncellas por como las trata ¡Es más humana que las doncellas en sí! ¡No soporto vernos siendo los monstruos que somos!

- ¡No soy un monstruo! - Bramo Daniela con sus grandes lagrimas deslizándose por sus mejillas- ¡Soy una dama! ¡Una Dimitrescu!

- Iremos con ella y hablaremos - Intervino Bela antes que Cassandra destrozara más el corazón de Daniela- Si no está ahí, iremos a sus lugares concurridos, al final con madre si están pasando el tiempo juntas

Daniela se limpió sus lágrimas de golpe mirando con enojo a su hermana mayor para seguir a Bela, Cassandra gruño molesta mientras apretaba los puños con fuerza. Siguió a sus hermanas con rapidez, muy dentro de ella deseaba que sus suposiciones fueran falsas y que Francesca estuviera con su madre.

- Madre, ¿ha visto a Francesca? - Le pregunto Daniela desesperada- La estamos buscando desde hace una hora, buscamos en la biblioteca, los salones, su aposento y hasta en el invernadero

- Esta con madre Miranda - Contesto con voz monótona y la mirada perdida en el fuego de la chimenea- Madre Miranda me marco hace un minuto sobre la llegada de Francesca a su hogar, se quedará ahí unas horas

- ¿Ella se fue por... la casería? - Le pregunto Daniela temerosa

- No sé - Miro a sus hijas

Las tres tenían el mismo rostro desilusionado y deprimido ante la retirada repentina de Francesca, Daniela sobre todo estaba mal, sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas sin parar.

- Terminen con las doncellas, si tengo más información se las haré sabré - Regreso su mirada al fuego de la chimenea mientras tomaba un sorbo de su vino

Cuando sus hijas se alejaron lo suficiente déjalo salir un suspiro triste sabiendo que Francesca se había ido por la casería, había notado su desaprobación y disgusto apenas Daniela le había anunciado con tiempo las actividades.

¿Cómo podía alguien ser tan severa y fría, y a la vez tan sentimental y humanista como Francesca?

Miranda le había dejado en claro que solo un fallo y Francesca dejaría de estar bajo su tutela e irse con Donna y Angie Beneviento a la mansión Beneviento. No quería aquello, no sabría como decirles esa noticia a sus hijas, sobre todo a Daniela que había podido convivir un poco más con ella tomándole mayor afecto.

El sonido del teléfono la hizo salir de sus pensamientos dolorosos y contestar, no sin antes suspirar profundamente preparándose para las nuevas noticias sobre Francesca y la tutela o si regresaría al día siguiente.

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