Capítulo 26

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Un ruido de algo rompiéndose llamo la atención de Francesca haciendo que se frene de golpe y se gire sobre sus talones encontrándose un jarrón antiguo roto en el suelo bien pulido, frunció su ceño totalmente confundida.

Agudizo su oído pudiendo distinguir un zumbido nervioso y muy sutil, Bela. No había nadie más con ese zumbido suave y muy uniforme, el zumbido de Cassandra era ligeramente más errático y mucho más fuerte, y el de Daniela era tan errático y caótico que la podrían escuchar hasta América si le fuera posible.

- Lady Bela, es de muy mala educación espiar y perseguir a las personas ¿Sabía? - Hablo en voz alta acercándose a la pintura cercana al jarrón donde provenía el zumbido- No hay ni un solo as bajo su manga que no conozca, así que le pido de favor que salga detrás de la pintura de doamna Miranda para hablar de esto - Le pidió con firmeza mientras se mantenida de perfil enfrente de la pintura

Pasaron unos segundos de silencio total hasta que escucho un suspiro resignado y nervioso seguido de las grandes moscas saliendo sin cesar detrás de la pintura hasta que por fin la rubia se materializo enfrente suyo con la cabeza tan agachada y jugaba su hoz entre sus manos con nerviosismo.

- ¿Me estaba siguiendo? - Bela asintió sin poder hablar por la vergüenza- ¿Por qué? No la voy a reprender, mucho menos le informaré a su madre de esto, pero necesito saber el porqué de su decisión tan... inesperada y extraña

Otra vez existió un gran silencio total en el lujoso pasillo, Francesca apenas podía visualizar la barbilla de Bela debajo de su capucha negra, esté esta tan roja por la vergüenza al igual que el resto del rostro llegando hasta las orejas y gran parte de su cuello.

Francesca podía sentir como su calor corporal se estaba concentrando en su rostro, era sin duda la última prueba que necesitaba para saber que estaba tan avergonzada que sus palabras no iban a poder salir de ella y que estaba pasándola muy mal al ser descubierta por un descuido.

- Mire, yo no sé cómo es usted, pero sin duda no me esperaba que usted hiciera esto - Señalo a Bela y la pintura consecutivamente con su mano- Había tenido un rayo de idea que era su hermana menor, Daniela. O hasta Cassandra, últimamente lo hace para evaluar mi tiempo de reacción a una emboscada, una actividad que a decir verdad me agrada, hace que me mantenga en forma al no tener la posibilidad de salir a cazar

Francesca observo como una doncella aparecía por la esquina del pasillo, con un movimiento de sus dedos la llamo, la doncella se apresuró a llegar a ella a pasos rápidos y nerviosos.

- ¿Podría limpiar el jarrón, señorita? - Le pregunto señalando el objeto- Tuve un pequeño percance con él cuando estaba observando la pintura de doamna Miranda - Mintió haciendo que Bela levante la cabeza de golpe dejando en evidencia su sorpresa e impresión

- Claro, será un placer, lady Spencer - Asintió embellecida ante la platinada ignorando olímpicamente a la Dimitrescu entre ambas

- Pero no tire el jarrón, por favor - La doncella la miro con confusión- Llévelo a mis aposentos junto a un pegamento para cerámica, lo arreglare y lo podré de nuevo en su lugar, claro si no es mucho pedir

- No, no es, lady Spencer - Sonrió nerviosa- Ahora me encargo

- Gracias, señorita - Sonrió ligeramente para mirar a Bela- Acompáñeme, por favor

Bela la siguió sin voltear a ver a la doncella que estaba acatando lo que Francesca le había pedido, la Dimitrescu se había relajado considerablemente durante el trayecto, no estaba reconociendo esa zona del castillo.

- Gracias - Susurro con timidez

- ¿Por qué? - Le pregunto Francesca confundida

- Por no enojarse conmigo, al cubrir mi error con la doncella y el jarrón - Enumero jugando con su hoz para intentar apaciguar sus nervios y vergüenza- Sobre todo no decirle a mi madre

- Todos cometemos errores, eso nos hace humanos - Empezaron a subir unas escaleras en forma de caracol- Los errores, los sentimientos y el raciocinio hace humano hasta a la persona más monstruosa del universo. No tenga miedo ni vergüenza de sus errores, ya que de ellos aprenderá a mejorar y a superarse diariamente, la perfección está sobrevalorado, según mi criterio

Bela pensaba sobre las palabras de Francesca, salió de sus pensamientos cuando noto las hermosas vistas que había enfrente de ellas. Estaban tan alto que podían ver sobre el bosque hasta la Aldea y algunas zonas cercanas a ellas, el cielo estaba teñido de colores morados, rojos, amarillos, rosados y naranjas por el hermoso ocaso.

- Es hermoso - Murmuro observando el cielo boquiabierta

- Siempre que necesita reflexionar vengo aquí, bienvenida a mi lugar secreto - La miro con diversión- Este lugar y sobre el jarrón será nuestro secreto - Francesca le guiño el ojo con diversión para admirar las vistas




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- Lady Dimitrescu - Hizo una reverencia ante ella- Un placer verla, ¿Cómo ha estado?

- Por favor, llámeme Alcina - Encendió su cigarrillo- Hay que dejar un poco las formalidades sabiendo como es nuestra situación

- Eso es inaceptable, ni con doamna Miranda me he permitido esas libertades - Preparaba el té a ambas- El día que tal vez llegue a hablar con mayor informalidad, ese día estaré delirando o dando mis últimas palabras seguramente - Alzo su mirada a la gran mujer- ¿Una o dos cucharadas de azúcar, mi lady?

- Una, por favor - Acomodo mejor la boquilla elegante que usaba habitualmente entre su dedo índice y corazón- ¿Cómo se han comportado mis hijas con usted?

- Demasiado bien - Le contesto entregándole su té- Daniela y yo compartimos una admiración a las artes teatrales, lecturas románticas y todo lo relacionado con ello, aunque ella lo ama más que yo - Aclaro- Con Bela y Cassandra no he convivido tanto ya que sus tareas y deberes no le da el tiempo necesario para ello

- ¿Daniela cómo es? - Le pregunto más interesada ante la gran respuesta sorprendente del buen comportamiento de sus hijas

- Eufórica, enérgica, alegre, inocente y muy divertida, madame - Tomo un ligero trago a su té verificando el dulzor de este- Sin dejar a un lado su gran inteligencia y audacia, más si se trata de los temas liricos y teatrales, le faltan algunas formalidades, pero se le entiende al ser la menor de sus hermanas

Alcina no caía ante las palabras tan sinceras y positivas de Francesca, Miranda le había contado en las cartas que Francesca era una persona sincera y sin miedo a decir sus opiniones, aunque eso la condenara.

- La veo demasiado asombrada por el comportamiento de sus hijas, madame - Hablo suavemente con la taza de té cerca de sus labios con su vista en la chimenea

- Impresión ciertamente - Asintió- Mis hijas pueden ser... un tanto difícil de tratar, me impresiona que sus comportamientos sean limpios

- Es algo de esperarse, en realidad - Deslizo su mirada a la mirada amaranto de Alcina- Soy su pareja destinada a como lo categorizan ustedes, es normal que quieran impresionarme con buenas actitudes y gestos románticos o cosas parecidas, al igual que usted ellas tendrán su manera de hacer sus movimientos y cortejos

- Ciertamente - Asintió para tomar un poco de su té- Madre Miranda me ha informado que le había comento un poco sobre lo tanto o lo poco que conoce de mis hijas y de mí

- Así es, pero no dejo que afecte mis criterios propios - Le aseguro- Estas dos semanas que estaré en su castillo estaré evaluando y catalogando sus actitudes como yo las percibo personalmente en vez de alguien más, en este caso sería doamna Miranda

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Doamnelor | Resident Evil 8: Village (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora