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Francesca estaba durmiendo tranquilamente en su cama cuando sintió un pequeño peso encima de ella, abrió los ojos confundida. Encima de ella estaba Angie abrazándola, se había metido entre la sabana para estar tapada junto a ella.
- No puede ser - Murmuro- Angie, se puede saber qué haces aquí
- Shh, estoy tratando de dormir - La pequeña manito de Angie se posó en la boca de Francesca- Deberías de hacer lo mismo
Francesca abrió la boca ofendida ante la situación, ella se había metido a su habitación y ahora la estaba callando para dormir.
- No puede ser posible esto - Se levanto de la cama tirando a Angie en el proceso
- ¡¡Oye!! ¡¡Intentaba dormir!! - Se quejo desde el piso de madera
Francesca agarro a Angie para salir de su habitación e ir hacia donde se encontrará Donna, la había encontrado en su habitación de costura.
- ¡¡Donna Beneviento!! ¡¡Tu muñequita poseída se metió a mi habitación mientras dormía!! - La acuso entregándole a Angie- ¡¡Y todavía se dignó la muy hija de...!! - Se quedo callada cuando se vio cuenta que soltaría una blasfemia- ¡¡El punto es que me callo cuando me di cuenta y hable!!
- ¡¡Angie!! - Regaño a la muñeca que estaba cruzada de brazos
- ¡¡Yo solo quería dormir con ella!! - Se defendió ante la acusación de Francesca- No seas una nenita y vayamos a dormir
- No, yo terminare de dormir, tú te quedas aquí molestando a tu dueña - Se giro indignad para salir de la habitación- Ahora tengo que lidiar con muñecas con complejo de superioridad
Francesca llego a su habitación murmurando lo indignante que había sido todo para acostarse a su cama y dormir otro rato. Se había asegurado de dejar la puerta bien cerrada para no volverse a despertar con la muñeca poseída encima suyo.
Después de unas pocas horas después se había levantado sin ninguna intrusa en su habitación mejorando su estado de ánimo, al bajar al primer piso fulmino con la mirada a Angie que jugaba con sus compañeras para ir a la cocina con Donna.
- Buenos días - La saludo Donna- Lamento lo de Angie, ella y yo ya hablamos sobre lo sucedido después de que te fuiste
- Buenos días - Suspiro- Gracias, no me molesta que quisiera dormir conmigo, sino el hecho que no pidiera mi consentimiento para que eso pasara. En otros términos, con gusto la hubiera dejado dormir conmigo en mi habitación
- ¡Entonces dormiré contigo! - Chillo Angie entrando a la cocina
- No - Negó Francesca rápidamente- Ahora no dormirás conmigo, hasta que dé por sentado que fue suficiente. Será tu castigo
Francesca siguió ayudando a Donna mientras Angie iba detrás de ella haciendo berrinches, la platinada tenía demasiada paciencia, pero la pequeña muñeca había acabado con eso con rapidez así que la ato a una silla de madera.
- ¡¡Suéltame!! ¡¡Donna!! - Llamo a su dueña intentando salir de las cuerdas
Donna entro a la cocina cuando escucho el grito de Angie llamándola, al ver la situación mejor regreso a la sala indignando a la muñeca y complaciendo a Francesca ante su sabia decisión.
- ¿Cuándo la desataras? - Le pregunto Donna apenas Francesca entro a la sala
- Cuando crea que fue suficiente - Se sentó a lado de Donna- Aprovechare la paz y la tranquilidad a lado suyo, mi señora
Francesca agarro la delicada mano de Donna para besar el dorso de esta, podía sentir lo nerviosa que se había puesto Donna ante su acción.
- No tiene por qué ponerse nerviosa, mi señora - La miro- Menos seguir usando ese velo, ya la vi sin él
- Mi rostro no es de admirar - Negó Donna- Mi absceso no es lindo
- ¿Quién lo dice? - Le cuestiono- Todo lo que provenga de usted es lindo, mi señora. Ya se lo había dicho y se lo seguiré diciendo; No todos somos iguales - Volvió a besar el dorso de la mano de Donna
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El sonido de los labios de Donna y Francesca chocando entre ellos se escuchaba solamente en la sala, hacía tiempo que estaban en el sillón besándose y hablando temas triviales entre mimos y pequeñas caricias en sus rostros o manos.
- Fran - Suspiro cuando la platinada había mordido suavemente su labio inferior
- Oh mi señora, es tan hermosa - La halago admirando su rostro ruborizado
La volvió a besar con mayor entusiasmo atrayéndola más hacia ella con sus brazos rodeando el pequeño cuerpo de Donna.
Las manos de Donna se posaron en las mejillas ruborizadas de Francesca acariciando su piel pálida y suave, la sección de besos se había alargado mucho más de lo que había imaginado o pasado entre ellas.
Sonrieron cuando volvieron a cortar el beso por falta de oxígeno en sus pulmones, Francesca empezó a repartir pequeños besos por el rostro de Donna mientras recuperaban el aliento. Empezó con sus mejillas para subir a la cien y para en su frente, beso con total delicadeza y sutileza el absceso de Donna.
- Si voy a besar a tan hermoso ser, tengo que hacerlo bien - Le dijo suavemente ante el rostro sorprendido de Donna- Todo lo que le digo es cierto, mi señora. No lo hago solo para hacerla sentir bien o por querer quedar bien con usted, lo digo de corazón y yo a usted la veo con gran cariño y hermosura total
Francesca beso la punta de la nariz de Donna para besar castamente los labios hinchados de Donna por la sección intensa de besos.
Donna la abrazo con fuerza mientras sus lágrimas rodaban por su mejilla izquierda, siempre se había imaginado que alguien llegaría a quererla tanto como ella, que no le importara su feo absceso en su rostro y que no le juzgara por hacer muñecas para llenar toda la soledad que sentía.
Pero al fin había aparecido alguien, una hermosa mujer que tenía un gran corazón y sentimientos tan puros al igual que sus pensamientos. Se sentía a salvo y en paz entre los brazos de Francesca sintiendo como las manos de esta acariciaban su espalda con total delicadeza.
- No te vayas - Le susurro con voz triste
- No me iré, mi señora - Beso su cabeza- Después que venga Miranda por mí, me tendré que ir con ella, pero como le dije antes, vendré a visitarla seguido y hasta podría quedarme unos días. Tengo cosas que hablar y hacer junto a ella como para no ir con ella nuevamente
- ¿Lo prometes? - Se alejo levemente de Francesca para mirarla a los ojos
- Lo prometo, mi señora
Donna pudo notar un lindo brillo en los ojos ónix de Francesca, su mirada seguía siendo tan firme y severa, pero ahora había una cariño y calor en ellos que la reconfortaron.
Francesca acerco su rostro para acariciar con suavidad sus narices disfrutando de la promesa junto al lindo momento entre las dos. La platinada volvía a sentir como su interior se mantenía tan tranquilo a como lo sentía con la cercanía de Miranda.
Quería a ambas y ahora tenía que enfrentarlo, no podía dejar una a otra, no podía escoger entre ellas. Ambas le daban sentido a su nueva vida llena de libertad, tranquilidad y sobre todo de amor profundo.
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Doamnelor | Resident Evil 8: Village (Terminada)
FantasíaLos Domnilor y las Doamnelor en Rumania son extremadamente respetados y venerados por la aldea cercana a las cercanías de sus dominios de cada uno, sobre todo veneraban a la Doamnelor Miranda -Que era nombrada como una deidad según los aldeanos- ni...