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La tormenta de nieve azotaba con fuerza la Aldea y sus alrededores, era finales de otoño y eso solo significaba; un frío infernal y más, mucha más nieve. Francesca sobre todo se podía dar cuenta de cómo la temperatura bajaba y ella se adaptaba con gran facilidad a su ambiente.
- En vez de venir por respuestas, me he creado más y más cuestionamientos tortuosos - Murmuro poéticamente sintiendo la temperatura de sus manos- El cadou y el virus son mis amienemigos, tan fuertes y nocivos como un gran rayo de luz iluminando un campo desolado a pleno luz del día... - Concluyo abriendo sus manos dejando volar una hoja seca que había resguardado
- Tanto leer libros románticos te están convirtiendo en una poeta empedernida - Le voz sedosa y tan atrayente de su primera mujer hizo que elevara sus ojos de sus manos hasta ella por encima de su hombro
- Ahora soy la mujer de una sacerdotisa, tengo que ser una mujer aristócrata, doamna Miranda - Sonrió de lado con diversión
Una risa gutural broto de los carnosos y suaves labios de la sacerdotisa ante como su mujer se había convertido en toda una mujer aristócrata ante su estadía ahí. La abrazo por la espalda y beso con sumo cariño y amor el hombro de la mujer que hizo volver a sentir ese amor tan anhelado por muchos y pocos han logrado experimentar plenamente.
- ¿Te veo allá o quieres ir después? - Le pregunto sobre su hombro disfrutando de su cercanía
- No puedo, lo sabes. Tengo que viajar, necesito esas raíces para mi proyecto - Le recordó acariciando las manos de Miranda que se habían deslizado su abdomen- De hecho, mañana mismo tiempo que partir
- Se me olvido por completo - Suspiro aferrándose al cuerpo de Francesca- ¿Me prometes cuidarte?
- Por supuesto, dragostea mea (mi amor) – Prometió sin dudarlo- Evitare los aldeanos y personas en general, solo necesito las raíces. Si encuentro especímenes nuevos para ambas, los traeré. Tengo embaces suficientes para recolectar algunas muestras extras aparte de las que necesito
Miranda suspiro profundamente besando el hombro de Francesca, la platinada al verla tan preocupada se giró entre sus brazos para acunar el hermoso rostro de su mujer y besarle con gran amor.
- Volveré cuando menos te des cuenta, dragostea mea - Murmuro sobre sus labios- Te lo prometo
- Tenía siglos sin sentir tanto miedo como ahora - Confesó en su susurro
- No tenga miedo, mi señora. Regresare nada y salva, se lo prometo - Beso nuevamente a Miranda para apaciguar sus miedos y temores internos- Volveré a usted
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- No sé cómo Madre ha estado soportando un niño como tú - Espeto con elegancia
- ¡Por soy su favorito, zorra gigante! - Gruño el hombre desde su lugar- ¡Aparta horrible pescado!
El hombro pateo "ligeramente" a su compañero jerarca cuando se cruzó enfrente de él y su compañera de pelea; Alcina Dimitrescu.
- Aparte de carecer del hablar, también de modales y etiquetas - Miro con desdén al hombrecillo enfrente suyo
- No necesito tener un lenguaje rebuscado para decirte lo malditamente estúpida que eres, zorra - Espeto furiosos con su puro entre su dedo índice y pulgar- Mucho menos para ver lo asquerosamente lame huevos que eres
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Doamnelor | Resident Evil 8: Village (Terminada)
FantasyLos Domnilor y las Doamnelor en Rumania son extremadamente respetados y venerados por la aldea cercana a las cercanías de sus dominios de cada uno, sobre todo veneraban a la Doamnelor Miranda -Que era nombrada como una deidad según los aldeanos- ni...