Capítulo 9

1.4K 187 19
                                    

╔═══════≪•❈•≫═══════╗

Donna escuchaba los berrinches de Angie mientras seguía costurando el nuevo conjunto de túnicas que Madre Miranda le pedía para Francesca.

- Que no, Angie - Repitió tranquilamente

- Pero ¿Por qué no? - Voló hasta quedar enfrente de Donna- Yo la quiero - Se cruzo de brazos haciendo berrinches

- Porque es de Madre Miranda, no puede ser nuestra - Le contesto sin dejar de hacer los últimos retoques

- Pero a mí me gusta - Se quejo- Y si a mí me gusta, también a ti. Yo la quiero, es mía, mía, mía...

Angie siguió con los berrinches mientras Donna terminaba la nueva túnica, tenía que hacerla más abrigadoras ya que el inicio del invierno se acercaba cada vez más rápido.

- Entiende de que no, Angie - Miro a su compañera con reproche- Entiende que es de Madre Miranda

- Esa zorra se queda con todo lo bonito y la forastera es muy bonita - Se sentó en la mesa- Yo también quiero algo bonito, quiero a la forastera. Me hace reír y juega conmigo, no como las estiradas de las moscas caníbales de la zorra gigante, solo quieren desmembrar humanos como diversión

- Pero también te diviertes - Le recordó confundida- No veo el porque te debes quejar de ello

- Pero yo quiero a la forastera - Berrincho- Ambas queremos tenerla aquí, es muy sexy y no puedes negármelo - Miro a Donna que frunció sus labios- Quieres comerle la boca desde que la viste

Donna se ruborizo por completo ante las palabras de Angie.

- ¡Angie! - La regaño- No digas esas cosas, ella está aquí

- Esta dormida - Le recordó- Vamos, que se quede. Ella es nuestra

- No es nuestra, Angie - Negó triste- Es de la Madre Miranda, aparte no le gustamos. Nunca lo ha demostrado

- Pero podemos tenerla - Se acerco a Donna- Podemos ganarnos su corazoncito y podrás comerle la boca, así dejas de tocarte pensando en ella y que ella lo haga

- ¡Angie! - La regaño más ruborizada- ¡Por amor a Madre Miranda! ¡Deja de decir esas cosas con ella en casa!

Angie resoplo cruzada de brazos, pero Donna sabía que tenía razón. Francesca le había gustado desde que llego junto a Madre Miranda, quería poseerla tanto como Angie lo decía, pero la platinada parecía ser aleja a todo lo que querían ellas.

Donna suspiro para volverse a poner su velo, agarro la túnica nueva y salió de su habitación, mientras iba de camino a la habitación de Francesca sus nervios despertaban. Sabía que la mirada firme e intensa de Francesca haría sus piernas temblar, así que suspiro tomando valor para tocar la puerta dos veces.

La puerta se abierta por Francesca quedando a unos centímetros de ella, la platinada tenía el rostro aun adormilado, su cabello estaba desalineado, pero se veía tan hermosa, aunque su aspecto no era el más aseado.

- Buenos días, doamna Donna - La voz ronca de Francesca hizo mojar las bragas de Donna al mismo tiempo que sus piernas temblaron levemente

- Buenos días, Francesca - La saludo con timidez- Le trago su nueva túnica - Le ofreció la prenda

- Oh, gracias - El roce de sus dedos fríos con los suyos la estremeció- Lo lamento, no fue mi intención tocarla e incomodarla - Se disculpo rápidamente- Gracias por las túnicas que ha hecho, son hermosas

- De nada - Se alegraba que su rostro estuviera cubierto por su velo negro

- ¿Me podría hacer otro tipo de conjuntos que no sean túnicas? Claro, siempre y cuando usted quiera y pueda hacerlo

- Sí, ¿Cómo qué desea? - Alzo su mirada aún más ya que Francesca era muy alta ante ella

- Blusas, abrigos, pantalones - Enumero- No uso vestidos o faldas, no son prácticos a la hora del combate, aparte que aquí hace un frío infernal, quiero estar bien protegida del frío

Donna miraba y escuchaba atenta como Francesca se iba divagando poco a poco, su voz con forme de despertaba dejaba de estar ronca dejando paso su voz sedosa y firme que eran un deleite para sus oídos.

- ¿Doamna Donna? ¿Me escucho? - Donna asintió nerviosa- Bien, mil disculpas por irme divagando de más, no le quito más su tiempo - Hizo una reverencia para ir al closet dejando la puerta abierta




═══════≪•❈•≫═══════




Angie y Francesca jugaban a atraparse en el jardín mientras que Donna veía sus plantas, entre ratos miraba como ambas jugaban entre risas para hacerla suspirar peor que una colegiala enamoradiza.

- Pero te toque - Berrincho Angie

- No es cierto - Canturreo con diversión con los brazos cruzados

Angie se lanzó contra Francesca para tocarla, pero esta pudo esquivarla con facilidad, Angie siguió intentando tocarla, pero la platinada no se dejaba ganar tan fácilmente y mucho menos ante una muñeca poseída.

- Te tengo - Ronroneo Francesca tomando a Angie entre sus brazos

Angie había quedado rígida sintiendo como Francesca la había rodeado entre sus brazos fuertes y cálidos, llevo sus ojos hacia Donna que estaba igual de rígida al notarlo.

- ¡Pero yo gano! - Se cruzo de brazos haciendo berrinches acomodándose sobre el cuerpo de Francesca

- No creo, muñequita - Sonrió con diversión llevándola hacia Donna- ¿La ayudo en algo, doamna Donna?

- No - Contesto con timidez- Sigan jugando

- Pero ya me cansé, la muñequita poseída es la que no se cansa - Acomodo a Angie entre sus brazos a como Donna la cargaba habitualmente

- ¡¡Que no soy una muñequita, zorra!! - Se quejo alzando su cabeza para ver a Francesca que la miro con diversión

- Claro y yo soy un oso - Le dijo con ironía para mirar a Donna- ¿Está segura de que no necesita ayuda en algo, doamna Donna?

- Necesito madera - Jugaba con los dedos de sus manos con timidez- Me queda poca adentro para las chimeneas

- Yo la corto y la meto, no será problema - Le entro a Angie para salir del invernadero

- Yo quiero ver eso - Angie salió volando de los brazos de Donna

Angie veía como Francesca cortaba los pedazos de tronco con el hacha sin problemas, Donna miro con diversión como su compañera estaba casi tirando espuma por la boca ante la tremenda escena enfrente de ambas.

- Si no la quieres, yo sí - Le dijo Angie para acercarse volando a Francesca

Donna se mordió el labio pensando en las palabras de Angie, quería tener a Francesca, pero ella era de Madre Miranda y no sabía con exactitud qué relación sostenían. Miranda no la trataba como una escoria a como el resto de experimentos, menos la hubiera dejado con ella y Angie al ser un experimento más del montón.

Aparte que su madre y ella vivían en la casa de la mayor según el Duque le había contado, también de que en la mirada ónix de Francesca había un brillo diferente cuando miraba a Miranda, aunque eso podía ser admiración o adoración como sacerdotisa solamente o podía verla como una madre a como lo hacía ella y sus hermanos.

- ¿Empiezo a alimentar el fuego de la chimenea de la sala, doamna Donna? - Le pregunto Francesca haciendo que salga de sus pensamientos

- Sí, por favor - Contesto nerviosa al verla ruborizada por el esfuerzo que estuvo haciendo

Esta noche sería otra muy intensa para ella misma sin dudarlo.

╚═══════≪•❈•≫═══════╝

Doamnelor | Resident Evil 8: Village (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora