Se autodenominaron héroes, igual que el ser que los llevo a ese mundo, ellos se dieron títulos a su gusto, héroes, retornados, transmigrados, invocados, reyes demonio y maestros cultivadores. Los nombres no importaban, todos ellos se los atribuyeron a una fantasía, a una ilusión que termino con su vida previa, para ser llevados a otro mundo, donde tenían la oportunidad de cumplir sus fantasías, de satisfacer sus deseos.
La realidad, como siempre, resulto mucho más fascinante que cualquier fantasía de los marginados de otro mundo.
En el transcurso de las largas semanas terrestres, en las cuales los grupos de enviados asignados a las diferentes naciones, eran seleccionados y puestos a prueba para elegir solo a los mejores y más prometedores, los hijos rotos de otro mundo habían muerto en su mayoría.
Las primeras muertes vinieron de las fantasías irreales, llegaron en carruajes de sueños y locura, cobrando las primeras vidas cuando los hijos rotos de otro mundo, decidieron explotar el potencial innato que les dio el ir a otro mundo, usando cuerpos idealizados que en sus vidas previas deseaban. Muchos murieron canalizando Aura, sin entender sobre el intercambio necesario para utilizar tal poder, en concreto el calor corporal, muchos hijos de otro mundo decidieron efectuar ataques descuidados, consumiendo su calor corporal hasta el punto que se congelaron en vida, formando estatuas en poses ridículas, como si balancear una espada muy rápido fuera una técnica devastadora, o lanzar un puñetazo lleno de aperturas, fuera un ataque definitivo. Sin embargo, en las consiguientes explosiones de poder, se formaron riveras que prevendrían inundaciones en los futuros inviernos, derribaron montañas que retrasarían e incluso evitarían guerras, además de despejarse enormes zonas de bosque que serían usados como tierras de cultivo, y formarse desde pequeñas lagunas hasta grandes lagos, que serían llenados con los ríos, previniendo las sequías y demás catástrofes, que causarían los enemigos de la humanidad.
Una segunda fase de muertes llego con falsas expectativas. Los sobrevivientes a la prueba de sus poderes, buscaron entrenarlos y aprender más de ellos, entendiendo la existencia del Mana y del Prana, creyéndose invencibles y que si tenían cuidado serían los héroes victoriosos, se lanzaron con enormes expectativas a ayudar a las gentes que les rodeaban. De ese modo cazaron bestias peligrosas, sin saber nada sobre cacería o los enemigos que perseguían, y por ello libraron peligrosas y salvajes luchas en todo tipo de lugares, las más comunes las luchas contra monstruos que hacían su hogar en las minas, en los bosques oscuros y los ríos más profundos. Sin saber nada sobre el combate o el alcance de sus poderes, muchos murieron a manos de las bestias no sin antes causarles heridas mortales, y los que sobrevivieron, murieron por los venenos, las heridas infectadas y demás consecuencias de la lucha. Pero su sacrificio no fue en vano puesto que, con esos monstruos muertos, las minas pudieron funcionar para alimentar el hambre industrial de sus piases, los puertos se abrieron al comercio y los pescadores conseguir más alimento, creando una era de prosperidad temporal, hasta que nuevos monstruos migraran o simplemente crecieran lo suficiente.
La fase de muertes que más divirtió al ser autoproclamado como; Dios, fue cuando ocurrieron las primeras rupturas de voluntad, cuando los hijos rotos de otro mundo, demostraron que un cuerpo esculpido y poder abrumador, no sanaban las heridas de su vida anterior, causando que colapsaran cuando aquella cantinera bonita no se quería acostar con ellos, cuando las esclavas mestizas entre humanos y otras razas, no se dedicaban en cuerpo y alma a sus salvadores, y solo querían ser liberadas para volver con sus familias, cuando al derrotar a una temible bestia o destruir a los bandidos de una región, no eran llamados por el rey del país, para ser nombrados nobles y héroes de la humanidad. Cuando la realidad les golpeaba en la cara, se rompían y frustraban, cuando descubrían que lo que hacían no era especial, que el mundo no giraba a su alrededor, como las historias elaboradas en sus mentes, ellos decidían cobrar venganza con el poder del que carecían en su vida anterior.
YOU ARE READING
Batalla de héroes.
FantasyEl ser autoproclamado como: Dios. Los secuestro y los envió a otro mundo. En un mundo de muerte y guerra, en el eterno girar del destino, sin comienzos ni finales, un grupo de seres proclamándose como dioses, juegan con un sin numero de razas para...