Batalla de héroes.

-27- Cuestión de honor.

El Taurrúvister danza con sus hachas gemelas, es un remolino de tres metros de alto, con forma humana salvo por la cabeza de bestia y la cantidad de pelaje, por lo demás es humano. Sus hachas son básicamente enormes mangos de metal y madera, que en las puntas se forman enormes concentraciones de mana de fuego, el cual se solidifica en un cristal rojo translucido formando las hojas, las cuales cuando se rompen, liberan una explosión de fuego que según de cuanto del cristal se rompa, una explosión de diferente potencia llega, pudiendo ser iguales a una granada, hasta el equivalente a una pieza de artillería o una división completa de ellas, siendo capas de borrar calles completas cuando lanza sus golpes.

«Tiene que usar Atma para protegerse y enfocar el daño, además de darle una forma de cortar», deduzco el esquivar un golpe al deslizarme de rodillas calle abajo, intentando alcanzar sus piernas con mi alabarda de Mana de tierra y Aura, pero el golpe es bloqueado por unas grebas de luz verde mar, que se forman sobre sus piernas antes de golpear.

Me pongo en pie y salto usando el Mana del Aire para impulsarme, igual a saltar sobre un trampolín, esquivando la explosión causada por el golpe de su hacha contra el piso, que arroja esquirlas de mana de fuego a toda velocidad calle abajo, como si hubieran explotado docenas de barriles de pólvora subterráneos. En el aire me siento libre, por un corto instante, me siento libre y puedo cerrar mis ojos y solo sentir el viento en la cara, sin presión por sobrevivir, luchar o escapar de esta maldita ciudad, solo la calma de un instante suspendido en la eternidad, antes de que la gravedad me reclame.

Me dejo caer contra el Taurrúvister quien prepara sus hachas en una postura alta, listo para cortarme cuando este cerca, sin embargo lo tomo por sorpresa un instante antes de entrar en su rango, creando un muro de Mana de Aire que me empuja de regreso al aire, donde golpeo otro que me empuja a otro, y voy golpeándolos una y otra vez mientras el Taurrúvister intenta alcanzarme, lanzando golpes contra el suelo, como si intentara alcanzarme con los escombros que lanza, pero en realidad intenta alcanzarme con las esquirlas de Mana de Fuego, que explota en pequeñas explosiones como granadas o solo libera nubes de fuego sin mucha onda expansiva.

«No domino Atma, pero creo que puedo imitar esto —pienso mientras salto en un área fija, cambiando el patrón, pero siempre consiente de que caeré en uno de los muros de Mana de Aire—, una forma solida de mana de tierra refinado busca que sea transparente y duro como el diamante, llena los huecos de la punta con Mana de Aire, enfocándolo para que todo rebote en una sola dirección que puedas controlar, y por último llenarlo todo de Mana de Fuego»

La que bautizo como; Espada explosiva, se forma en mi mano, ennegreciéndose por algún motivo que no entiendo, antes de empezar a brillar en la punta al rojo vivo, y volviéndose más roja conforme grietas llegan hasta la empuñadura, pero su estructura no se ve alterada. Sin tiempo que perder, cambio de golpe mis saltos, y me lanzo hacia el Taurrúvister a toda velocidad, lanzando un corte vertical que llevo hasta el piso, el corte es superficial debido a que se protege con Atma, pero debido a los cientos de pequeños trozos en los que se rompió mi arma, la explosión que sigue esta tan enfocada, que se filtra por la grieta en su defensa y lo manda a volar, con un agujero enorme en el pecho, donde entre el humo, se pueden ver sus órganos desparramarse del pecho y el abdomen hasta el piso, en una sopa de sangre hirviendo.

Unas profundas ganas de dormir me llenan, tantas como para querer caer inconsciente, pero no lo suficiente como para eludir sus ojos, sus ojos que no me dejan dormir, no me dejan descansar si es voluntario, solo pudiendo entregarme al sueño, luego de desmayarme del agotamiento.

Clavando la espada en el piso para tener apoyo, descubro que la explosión ocurre igualmente y me manda a volar calle abajo, donde termino rodando por el empedrado removido que se repara poco a poco, hasta que termino impactando contra una fuente.