En un arranque de valor y miedo, donde su impulso de luchar o huir supero a la certeza de la muerte, Drinwe toco al niño ofrecido a un falso dios y se vio transportada por los recuerdos de Winrred.
Un niño que ve a una aberración que se hace pasar por dios en el cielo, solo para que unos momentos después, enormes barcos de metal que navegan por el vació como las aeronaves lo hacen entre las corrientes de Mana del cielo, aparezcan y acribillen al falso dios con todo el poder de sus armas. Los presentes ese día son ejecutados, un niño ve las ejecuciones en algo llamado televisión, en lugares llamados escuelas, pero que no se parecen a nada que Drinwe allá visto en una escuela.
Miles son ejecutados o encarcelados por adorar al falso dios, los que son perdonados tienen que buscar un nuevo hogar, pues la sociedad hace justicia por su mano y Drinwe siente miedo por el niño, siente como su vida será como sus primeros años entre los humanos, antes de ocultar su sangre mestiza, siente que será juzgado, su casa incendiada, apedreado en las plazas.
Pero no ocurre nada.
El niño que fue Winrred, pasa su vida sin entender nada, sin recordar que su madre lo ofreció de sacrificio a un falso dios, y que dicho falso dios ha tocado su alma.
Primero es una mancha pequeña, tan pequeña como un copo de nieve que cae del cielo en invierno. El niño juega con sus amigos con normalidad, crece y como todos los niños, habla de cosas que realmente no entiende, habla de crecer y explorar más allá de las colonias, idea que a Drinwe le hace sentir un escalofrió en cuanto la escucha salir de sus infantiles labios, que hablan de explorar las colonias y más allá, visitar un lugar llamado tierra, navegar por los mares de otro llamado Titán, y dar nombres otros que nadie ha descubierto.
La mancha se hace un poco más grande, el niño crece y empieza a interesarse por el sexo, el niño junto a sus amigos, hablan de lo atractivas que son algunas mujeres de otras razas, Drinwe conoce a miembros de las tres razas de las que hablan, razas de los fríos desiertos blancos del sur, más allá incluso del yermo sin nombre y el mar de perlas negras, razas de los desiertos que rodean el yermo y razas de más allá de las praderas donde los Taurrovister tienen la mayor parte de sus clanes nómadas. Todas odian a los humanos tanto como se odian entre sí, incluso los Erlva odian al resto, por mucho que sean los más propensos a engendras mestizos de todas las razas.
La mancha se hace más grande, ahora es un anillo que gira en torno a su corazón, pero nadie puede verla o sentirla. El niño que alcanzo la temprana adultez ahora está más cerca de ser un adulto del todo, en sus veintes, el niño ha abandonado las pretensiones de su infancia, y ahora es un adulto que hace planes serios y organizados, disfruta de sus amistades, disfruta de su familia, pero no sabe de la mancha en su pecho.
«¿Pero por qué no la tiene en esta vida?», se preguntó Drinwe mientras el rápido paso del tiempo en los recuerdos se ralentizaba y cristalizaba en una bulliciosa calle comercial, cercana a un parque donde una estatua era visible en la distancia, la estatua mostraba a un hombre apuñalando con una lanza a un ser parecido a una serpiente, pero estaba demasiado lejos para que Drinwe pudiera reconocer los detalles.
Winrred hablaba con un grupo de sus amigos, entre los cuales descubrió a dos mestizos de humano con algo más. Lo cual explicaba muchas cosas, pero no la mancha, no el anillo que envolvía su corazón y que nadie a su alrededor parecía percibir. No necesitaban ser iniciados en ninguna de las energías para sentirlo, la mayoría de la gente lo sentiría como un prejuicio, un miedo instintivo, un impulso de huir o luchar que le aislaría o causaría maltratos por parte de otros.
—¡Tierra primero! —grito una voz al tiempo que Winrred y sus amigos se giraron de golpe a ver qué pasaba.
Entonces todo se hizo negro.
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Batalla de héroes.
FantasíaEl ser autoproclamado como: Dios. Los secuestro y los envió a otro mundo. En un mundo de muerte y guerra, en el eterno girar del destino, sin comienzos ni finales, un grupo de seres proclamándose como dioses, juegan con un sin numero de razas para...