Changeling rebirth

Brechas

Por supuesto que Celestia no confiaba en Van Der Wall ¿Cómo podría hacerlo después de declarar que pretendía cometer genocidio en nombre del progreso? Es por esta misma razón que desde que se le asigno la tarea de encontrarme, cada cierto tiempo Celestia lo mandaría a llamar para que saliera de su habitación y mientras él le informaba sobre sus avances a la princesa, un grupo de guardias registraría su cuarto para asegurarse de que no hubiera sorpresas.

- Espero que haya realizado un avance significativo estos días Van Der Wall. – Le dijo la princesa. – Preferiría que mis tropas estuvieran buscando a Anjou en vez de que se quedaran aquí en Canterlot.

- De hecho, y para su buena suerte, si lo tengo princesa. – Saco unos papeles que había llevado justo para esa audiencia en específico y empezó a leerlos buscando algo. – Como ya le dije en una de nuestras primeras reuniones, sería muy estúpido cazar al cambiante así como así, ninguno de sus soldados podría someterlo, ni siquiera un ejército y en cuanto viera que estamos buscándole para capturarlo correría al otro lado del mundo y volveríamos a perderlo. Sin mencionar el hecho de que en el peor de los casos ni siquiera siga en este mundo.

- ¿Entonces cual es este avance que quiere mostrarme?

- Justo a eso voy. – Al encontrar el papel que buscaba se lo enseño a Celestia y ella lo tomo con su magia. – Entonces si queremos atrapar al cambiante es necesario primero neutralizar sus poderes. – El papel en cuestión mostraba una pequeña esfera con un cristal en su interior, junto a esta bola de cristal estaba dibujado un vial que, por lo que daba a entender el dibujo, contenía el líquido que conformaba la estructura de cristal interior.

- ¿Y con esto pretende contenerlo?

- Eso que ve ahí es un prototipo de granada en el que estuve trabajando. Descuide, es una granada de humo, no matara a nadie a menos que el gas sea mortal. – Se adelanto a Celestia. – Esa es solo la primera parte de mis avances, la segunda es lo que va dentro de la granada. – Le paso un segundo papel con fórmulas químicas. – Lo que está viendo princesa, es un gas estupefaciente que diseñe específicamente para esta tarea, lo llamo "Lavanda roja". Aquel que lo inhale se le hará increíblemente difícil canalizar su magia y se verá desorientado, quisiera decir que puede dejarlo inconsciente, pero no he encontrado una fórmula que tenga un efecto lo suficientemente rápido. Aun así, hice todo esto pensando en su nula disposición a matar a su fugitivo. Aunque claro, será necesario fabricar máscaras de gas para sus soldados si no quiere que terminen afectados por el gas cuando lo usen.

- ¿Qué le hace pensar que esto funcionara en Anjou? – Le cuestiono Celestia. – Hasta donde sabemos podría tomar una forma que controle el viento y usar el gas en contra de nosotros.

- Bueno, esta es una hipótesis que planteamos en mi laboratorio antes de que lo redujeran a cenizas. La teoría plantea que los cambiantes no pueden copiar una forma al 100%, es decir, aun cuando hayan cambiado de forma siguen teniendo rastros de su forma original muy en lo profundo. Entonces lo que hará la lavanda roja es atacar su sistema cambiante, aun cuando este transformado en otra cosa. Lo único que podría hacer para evitar caer bajo sus efectos seria transformarse en algo sin sistema respiratorio, como una piedra, por ejemplo.

- Bueno, esto sí que resulta prometedor. Está bien señor Van Der Wall, si usted cree que sus inventos están listos podemos iniciar la producción.

- Por supuesto, solo déjeme realizar algunos ajustes y podremos empezar.

- De acuerdo, retírese. – Van Der Wall hizo lo que le pidieron tan proto tuvo sus papeles de vuelta.

Por otro lado, a Salazar no le estaba yendo del todo bien buscando su cutie mark, intento con todo lo que se le ocurría: escribir, vender, jardinería, esculpir, carpintería, música, construcción, nada daba resultados y eso ya empezaba a desesperarlo.