La simple acción de caminar se hacía ciertamente difícil al no estar acostumbrado a mi nuevo cuerpo, tenía que concentrarme bastante para poder mover un solo miembro a la vez y no paraba de mirar hacia el suelo para no dar un paso en falso. Durante las siguientes horas estuve aprendiendo a coordinar mejor mi cuerpo y así aumentar un poco mi velocidad al caminar, era increíblemente tedioso y terminé por caerme un par de veces. Finalmente logré acostumbrarme a andar en 4 patas, pero cuando estuve satisfecho con mi progreso me di cuenta de que había anochecido, eso era malo pues tenía muchas cosas de las que preocuparme, no tenía refugio o una fogata, mucho menos provisiones, sin mencionar que me había adentrado en el bosque sin ningún tipo de referencia, en otras palabras, estaba completamente perdido.
Al estar consciente de mi situación no pude evitar sentirme aterrado y decidí buscar por lo menos un lugar donde pasar la noche con la poca luz que aún quedaba del crepúsculo. Mientras realizaba mi búsqueda deseaba poder utilizar magia, me conformaba con que al menos mi cuerno pudiera emitir una leve luz para ayudarme a ver en la oscuridad pues cualquier cosa era útil en aquel momento. Cada vez iba reduciendo más mi velocidad y tanteaba el terreno conforme la oscuridad se hacía más intensa y cuando creí que me vería obligado a arrastrarme por el bosque pude ver un árbol grueso y frondoso el cual tenía un agujero en su tronco lo bastante grande como para que yo entrara en él, fui corriendo hasta el árbol en cuestión y usando mis "manos" o mejor dicho patas tantee el interior del agujero, era espacioso y las paredes eran de una corteza suave, no lo pensé 2 veces y entre en el agujero para acurrucarme y cerrar los ojos esperando poder sobrevivir un día más.
Me sorprendí al abrir los ojos la mañana siguiente pues efectivamente ya era de mañana, eso me provoco un enorme alivio y hasta me sentí optimista conmigo mismo pensando que la suerte estaba de mi lado y que tenía que aprovecharla. Aun cuando me dolían "los pies" (¿así debería llamarlos o debería llamarlos cascos?) por la caminata del día anterior decidí salir de mi agujero y tratar de aprovechar toda la luz diurna posible por lo que reanude mi viaje.
El hecho de estar indudablemente perdido y sin la más remota idea de a donde verga estaba yendo, ah cierto, se me olvidaba mencionar que soy mexicano; no me impidió el estar ligeramente emocionado por aprender a cambiar de forma, aunque fuera una sola vez. El ser un cambiante significaba poder transfórmame en lo que quisiera y eso era muy tentador considerando las posibilidades, pero primero debía descubrir cómo hacerlo.
Mientras caminaba por el bosque recordé que los cambiantes tenían alas, así que volteé y efectivamente, ahí estaban las mías, plegadas sobre sí mismas. Quise abrirlas, pero no podía controlarlas. Era un tanto gracioso el ver como mis alas se retorcían, moviéndose sin mucha coordinación así que volví a plegarlas, a duras penas siendo capaz de controlarlas.
Seguí caminando, sin rumbo, por horas y horas, sin la más remota idea de donde estaba. Comencé a pensar que ese bosque era infinito y que en realidad estaba en un sueño o más bien una pesadilla, destinado a perder la cordura en ese sitio. Aun cuando seguía habiendo luz de sol era evidente que este se había movido, comenzaba a oscurecer y eso era una mala señal. Lo peor de todo no era el hecho de seguir perdido en un bosque lleno de criaturas salvajes o que no supiera utilizar magia, el verdadero problema era que no tenía comida. Ok tal vez debo de ordenar mis prioridades, pero se entiende la idea.
Aun cuando en ese momento no tenía hambre estaba completamente seguro de que no había civilización cerca de donde me encontraba y comer cualquier fruto con el que me cruzara definitivamente era una pésima idea por lo que tendría que salir de ahí lo antes posible. Decidí aprovechar la poca luz de sol que me quedaba y seguí avanzando, lo único que podía hacer era caminar.
Luego de un rato la luz finalmente se extinguió, dándole paso al crepúsculo obligándome a detenerme y a construir un refugio ya que ahora tenía mayor control sobre mi cuerpo, claro si es que lograba siquiera conseguir materiales para hacerlo. Empecé buscando un lugar para construir lo cual no fue muy difícil considerando que todo era exactamente igual y no había mucha diferencia entre un punto y otro, así que me instalé en el primer lugar que encontré: un árbol de copa alta y tronco grueso sin ningún atributo en especial, acto seguido me puse a buscar madera. Mientras realizaba mi búsqueda, no muy lejos de donde estaba, una tenue luz naranja brillaba entre los árboles y arbustos. Una mezcla entre esperanza y curiosidad me hicieron ir a investigar cual era la fuente de dicha luz. Cuando me acerqué lo suficiente pude ver que la fuente de dicha luz era una pequeña fogata. No pude evitar sentir un poco de alivio al ver que junto a la fogata había una bolsa con lo que supuse era comida así que me acerqué para comprobar que estaba en lo cierto. El contenido de la bolsa de tela era comida efectivamente y quería llevármela, sin embargo, me di cuenta de inmediato que podría estar en peligro pues no sabía de quien era el campamento en primer lugar y aunque cabía la posibilidad de que me temiera por ser un cambiante también podía defenderse si así lo quisiera y tuviera los huevos suficientes para hacerlo.
Sin saber que hacer fui sorprendido por el dueño de la bolsa y el campamento quien por obra del destino era otro cambiante. El tipo me había dado media vuelta y simplemente dijo
- Identifícate. ¿Número de unidad?
Me quede callado. ¿Qué podía responder? No sabía de qué verga estaba hablando y gracias a su cara de pocos amigos supe que responder cualquier pendejada sería un tremendo error. Debí haberme quedado con una cara de idiota pues el tipo hizo una mueca demostrando que estaba algo irritado y a continuación pregunto
- ¿Nombre?
- Aaaannnn...jou. Anjou.
Anjou, la verdad es que no suena tan mal, además no quería levantar más sospechas así que dije el primer nombre que se me vino a la mente pues mi nombre real solo empeoraría las cosas. Una vez que le di esa poco convincente respuesta otro cambiante salió de entre los arbustos. El segundo cambiante no tardo en preguntar mi número de unidad, pero simplemente respondí con un "no lo sé". Afortunadamente y a pesar de su escepticismo y mal humor me dejaron quedarme con ellos, aunque no pude comer nada, supuse que fue por tratar de pasarme de listo con sus provisiones.
La mañana siguiente no fue mejor. Un no tan amistoso golpe en la cara fue la razón de mi despertar esa misma mañana seguido una única frase.
- Arriba novato
Rápidamente me levante, recordando lo que había pasado la noche anterior y como había llegado ahí en primer lugar. En cuanto me di cuenta de cómo me había llamado no pude evitar sentirme ligeramente aliviado pues ellos creían que en realidad era una larva perdida queriéndose hacer la valiente al salir de la colmena.
Cuando los otros 2 levantaron lo que quedo de su campamento simplemente se alejaron y voltearon a verme. Asumí que eso significaba que los siguiera así que lo hice y cuando se dieron cuenta no dijeron nada. Mientras caminábamos por el bosque no pude evitar hacer una única pregunta que había estado rondando por mi cabeza desde que los había encontrado.
- Y ¿A dónde vamos?
- De vuelta a la colmena- respondió uno de ellos mientras me miraba un tanto molesto por mi ignorancia. Probablemente se preguntaba cómo es que había estado sobreviviendo en el bosque siendo tan estúpido, pero no se molestó en preguntar.
El resto del viaje me mantuve en silencio, aunque quería hacer más preguntas ¿De dónde venían? ¿A que fueron? ¿Qué paso ahí? Pero con mucho autocontrol mantuve la boca cerrada y no dije nada. Luego de unas horas atravesamos un pequeño grupo de arbustos que separaban el bosque del resto del mundo y una vez del otro lado pude ver la colmena.
Muy a lo lejos en una llanura completamente desértica y sin ningún rastro de vida, una enorme colmena de paredes grises verdosas se alzaba imponente hacia el cielo. Era como ver el borde del mundo, ese límite entre la vida y la muerte donde las almas de los mortales seguirían su camino hacia una tierra donde nada nuca crecía mientras que su cuerpo mortal se descomponía gracias al toque letal del tirano que gobernaba aquellas tierras.
Aun con su aterradora apariencia no nos detuvimos y agradecí el hecho de que seguimos caminando hasta llegar a la colmena en vez de volar, aunque tal vez no hubiera sido una sorpresa para mis compañeros de viaje el que no supiera como hacerlo. Una vez adentro ellos me llevaron hasta una habitación enorme con nichos en sus paredes donde pude ver a varios cambiantes durmiendo. No sabía que estaba pasando, pero ellos simplemente me dijeron que me instalara e inmediatamente se fueron dejándome ahí solo. El viaje había sido más largo de lo esperado así que cuando llegamos ya era un poco tarde y una vez ahí estaba exhausto, y hambriento para colmo por lo que obedecí sin reproche acomodándome en el primer nicho vacío que vi y cerrando los ojos para poder dormir.

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Changeling rebirth
Fiksi PenggemarY si un día despertaras siendo un cambiante, una criatura ficticia de una caricatura? ¿Qué harías con el poder de transformarte en lo que sea y adquirir las habilidades de lo que copies? Bueno esas son preguntas que me hacia a mi mismo, pero que ah...