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❛ La Copa Mundial de Quidditch ❜
Sus párpados comenzaban a cerrarse por el sueño, se dio un instante para pestañear con fuerza, las lágrimas causadas por la fatiga ocular comenzaron a salir sin pasarse de la línea de agua.
Su mano izquierda abrió la puerta de un gabinete en la cocina, rápidamente sacó el tarro que contenía café instantáneo junto al azucarero. Luego fue por su taza.
Mientras preparaba su café, escuchó unos pasos entrando a la cocina, Avelline bostezó, provocando que ella también lo hiciera.
──Buenos días, Avellana── dijo a su hermana mayor.
──Buenos días, Ari── esta le respondió.
Apenas el café y el azúcar se disolvieron en el agua, llevó la taza a su boca, sintiendo el amargo sabor que se contrastaba con un suave dulzor.
Aprovechó para sacar una de las galletas guardadas en un tarro transparente sobre el mesón. No se molestó en sacar un plato.
La cafetera comenzó a sonar, parecía ser que la pelirroja se había armado del ánimo para prepararse un café de verdad.
La llegada de los mellizos hizo que Arian confirmara que ella había sido quién tuvo el peor sueño. Se sentía increíblemente cansada y con el cuello tenso.
──¿Quieres un ristretto, Aidan?── la mayor ofreció un café al chico.
──No gracias, estoy bien con un chocolate caliente── el hufflepuff respondió mientras sacaba el cacao y la leche.
──¿April?── Avelline aprovechó de preguntarle a la ravenclaw.
──Si no es molesta.
El ristretto era un tipo de preparación del café, un espresso corto, en el que se extraían 15 mililitros de café en 15 segundos. Prácticamente un sorbo de líquido muy cargado en sabor y no uno de los favoritos de Arian, de hecho, ella solía irse por té cargado o café con leche, rara vez un café instantáneo simple.
Al tiempo que Avelline preparaba su café, April se dispuso a preparse unos huevos estrellados con tostadas y tomate.
Aidan optó por hacer lo mismo que su hermana menor y sacó una de las galletas en el frasco.
La gryffindor, apenas terminó el ristretto, sacó unas gachas de avena con leche y fresas que habían pasado la noche reposando en el refrigerador.
Una vez terminado su desayuno, Arian se retiró a su habitación para poder tender la cama y cambiarse de ropa.
Optó por un sweater rojo que no había utilizado en un largo lapso de tiempo con unos pantalones anchos de denim negro.
──Ari── la voz cantarina de su madre la llamó desde el otro piso, bajó las escaleras con tranquilidad.
