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Atreus

Seguí a ____ por el bosque en la búsqueda de aquella cueva de la que me habló, que según ella descubrió un idioma desconocido del cual no comprendía, quizás con suerte sea antiguo y yo pueda descifrar sus palabras.

Estuve tan ocupado pensando en esto que olvidé la conversación que tuvimos Angrboda y yo, ella se enfadó conmigo y no pude enmendar mi error. ¿Pero que debería hacer?

–Midgard llamando a Atreus. Solicito de su ayuda.

–¿Qué? – Miré a ____ intentando levantar una gran roca que dificultaba nuestro camino.

–Llevo un buen rato intentando llamarte, ¿qué ocurre? Ayúdame con esto anda.

–Oh si, lo siento, es que... –No dije nada más y fui a ayudarla, entre los dos pudimos levantarla.– Pasa tu primero, vamos.

____ dejó de hacer fuerza en la roca y pasó hacía el otro lado, yo con rapidez pude pasar y regresar con ella.

–Bueno, esta roca no estaba aquí la última vez.– Dijo como comentario y siguió su camino.

Yo recordé la de veces que habíamos ido de aventuras padre, Mimir y yo. Nuestras conversaciones divertidas y sabias que hacían el camino más ameno. Recuerdo ser un hablador con muchas preguntas, dudas y curiosidad. Claro que todo eso fue menguando a medida que pasaba mis días en completa soledad.

–Cuéntame de ti Atreus, quiero conocerte.–Dijo y se puso a mi lado.

–Pues, ¿Qué quieres saber?

–Lo que tu quieras contarme en realidad, no voy a presionarte.

–¿No vas a juzgarme?–Dije rascándome la cabeza no muy seguro.

–¿Qué? ¡No! Si te sirve de consuelo, a mí me tratan diferente por ser la hija del jefe, solo me buscan por interés y no por... ser mis amigos.–Dijo ella arrimando los hombros. Yo no haría algo así por nadie.

–Yo no haré eso, ____. Te lo prometo. Aún después que concluya mi búsqueda, seguiré siendo tu amigo.– Ambos nos miramos y sonreímos.– En mi caso soy un semidios, mitad gigante y mitad dios. También solía hablar muchísimo, era muy curioso y no paraba paraba de preguntar cosas.

–Vaaaaya, tienes lo bueno de ambos bandos. Yo soy una simple mortal, no tengo ningún superpoder mágico, ni vuelo, no... nada de eso. Tan solo estoy practicando un tipo de magia con mi arco.

–¿Puedo saber que es?

–Si, es herencia de mi familia, ninguno más en Midgard la posee. Madre me contó que Thor vino una vez a intentar conquistarla, pero no lo logró.

Yo la oía atentamente todo lo que tenía que decirme, era muy natural expresandose y eso me encantaba.

–Me gustaría verlo, en serio.

–Aún no la domino del todo, pero si podría enseñarte un poco como funciona. Oh mira, hemos llegado.– ____ despejó unas enredaderas dejando ver la entrada de la cueva.

A simple vista estaba completamente vacío, entramos los dos y se formó un silencio un tanto incómodo. ____ sonrió notando mi decepción y se acercó a una de las paredes, y dijo;

–¡Auga!– Al tocar la pared se derrumbó la superficie que lo cubría dejando ver unas pinturas, y muchas, muchas palabras en idioma antiguo.

–¡Wow! Vale esto ya es otra cosa.

–Mira todo el tiempo que quieras, con la condición que deberás decirme todo lo que pone ahí.

Fui de un lado a otro, mirándolo todo con entusiasmo, podía oírla reírse de mi y no la culpo, traté de tomármelo con calma e interpretar cada uno de los dibujos que se mostraban, sacando el libro que siempre llevaba conmigo. Definitivamente era nuevo para mí.

–Vale, aquí están los gigantes, los pocos supervivientes que quedaron abrieron un portal y huyeron de aquí, se escondieron en otro reino completamente distinto.

–No fue en... ¿Jötunheim?–Me preguntó ella.

–Yo estuve con mi padre allí hace seis años y estaba todo sumido en la desolación y el caos, nubes de polvo cubrían todo Jötunheim. Um, no hubo rastro de vida.– Seguí observando hasta que hubo un escenario que llamó completamente mi atención.

Había visto millones de veces mi figura plasmada en las profecías, pero en esta era diferente; aparecía yo junto con... una chica. No solo eso, si no que gigantes nos observaban y aplaudían. ¿Porqué? No... no dejaré que las profecías guíen nuestro destino otra vez, yo lo haré, es mi vida.

–¿Atreus? ¿Qué más dicen?

–Nada, en esta nada importante. Pero mira hay gigantes, eso quiere decir que están en algún lado, en otro reino...–Pensé y pensé, pero no se me ocurría nada.– ¡¿Porqué no me dicen como llegar?!

–Hey, hey tranquilízate. ¿No crees que si están tan escondidos los pocos que quedaron, no lo pondrían nada fácil? Piénsalo... si ellos quieren que tu los descubras, te dejarán pistas, pero eso dependerá de ti descubrirlo.–Me dijo posando sus manos sobre mis hombros. Yo asentí avergonzado, no tenía que haber gritado.

–Lo siento. Es que por fin hallé una forma de encontrarlos, esto significa mucho para mí.

Ella me miraba mientras hablaba, pero sin esperarlo ____ me abrazó. Me quedé atónito, le correspondí sin saber que era lo que se le pasaba por la cabeza.

–Yo sé lo que es eso, te entiendo muy bien.–Se separó de mí y me dijo.– Yo tuve un hermano pequeño, al que perdí una vez y no he vuelto a saber nada de él. Mis padres me prohibieron alejarme mucho del pueblo por los peligros, pero yo sé que ellos se rindieron en su búsqueda.

– ____....

–No espera, yo sé que puedes encontrarlos, quisiera ayudarte y ser tu compañera de viaje. Solo si tu quieres Atreus.

¿Qué debería hacer?

–No tienes porque responder ahora tonto. Entiendo que es precipitado y quizás quieras ir solo, o tal vez ya tengas a tu compañero o compañera de viaje.

–No, la verdad es que no. Lo cierto es que hace mucho tiempo que anhelo compañía.–Dije con una media sonrisa.

Seguí observando las pinturas buscando algún indicio o pista que me conduzca hasta los gigantes; eran muy listos, y por eso contaban con que yo descubriese su secreto. ____ me llamó y señaló un dibujo en concreto, yo no lo entendía, tenía una forma un poco extraña.

–¿No te has fijado cuando llegaste? Son las montañas del horizonte, hacia el sur, es la imagen que decora nuestro pueblo.

–Es curioso, no la había visto.

–Están dibujadas aquí por algo, quizás puedas empezar buscando por allí.

Tenía razón, pero a cada dibujo que encuentro me manda aún más lejos, ojalá y espero que en esa montaña pueda hallar la solución a esta enigma.

🏹🏹🏹

–Gracias por llevarme, me ha servido de mucho tu ayuda, ____.

–No es nada, me gusta ayudar a la gente, y más en esta ocasión. No creo que los gigantes tengan que esconderse nunca más.

–Eso habrá que preguntárselo a ellos. Buenas noches ____.

–Buenas noches Atreus. No dudes en buscarme si necesitas algo ¿vale?–Me sonrió dulcemente y no pude evitar sonreírle de nuevo.

–Claro. Cuenta con ello.– Me despedí finalmente y me encaminé hacía la cabaña en donde vivía.

Al hacerlo me sentí vacío, solo de nuevo. Y reconsideré hacer este viaje con ella.

Al llegar suspiré mientras me quitaba el arco y el carcaj, posándolo sobre la mesa y me fui a la cama. Miré al techo con las manos tras mi cabeza y cerré lentamente los ojos.

Espero de verdad que esta vez este más cerca del final. Me pregunto que haré después de que todo esto haya concluido.

...

𝙼𝙰𝚂 𝙰𝙻𝙻𝙰 𝙳𝙴𝙻 𝚁𝙰𝙶𝙽𝙰𝚁𝙾𝙺 - 𝓐𝓽𝓻𝓮𝓾𝓼 𝔂 𝓽𝓾 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora