7

800 95 34
                                    

Atreus

Pasaban las semanas casi tan rápido como lanzaba flechas. Apenas había ido a visitar a _____ al pueblo y eso me inquietaba. Quería verla y pasar el tiempo con ella, pero ni aún así podía salir de la casa. Con mi herida y el sentimiento extraño que me provocaba el haber besado a Angrboda mi orgullo no me permitía verla a la cara. Necesitaba un tiempo solo.

¿Era un cobarde? Tal vez.

Me levanté de la cama y comí algo de las sobras de días anteriores.  Me preparé mis armas y salí en busca de más comida o simplemente pelear con algún enemigo, quería despecharme con alguno, y porqué no, perfeccionar mis técnicas.

Caminé durante muchas horas por el bosque, haciendo algunos recados secundarios a los fantasmas de la zona, ya que siempre recibía mucha recompensa por ello, aparte de los cofres que me encontraba. Hallé un nuevo fantasma y me acerqué a este.

–Hola joven, hace mucho tiempo que no veo a mi hijo, me mataron antes de saber nada de él, si pudieras ayudarme te recompensaría.

–Um, ¿dónde fue la última vez que lo viste?

–Antaño vivíamos en una granja al norte, apenas puedo recordar nada.

–Está bien, veré que puedo hacer.–Dije para irme de allí.

Sería la ocasión perfecta para luchar. Me fui al norte y en efecto encontré por el camino a unos cuantos Wulver y Pesadillas. Usé mis técnicas ya sabidas además de una nueva que tenía pendiente de probar. Como odiaba a estas cosas. Acabe de matar al último Wulver con el arco y con una patada tras otra, aliviando en parte de mis preocupaciones de las cuáles no dejaban de atormentarme la cabeza. Emprendí de nuevo mi camino cuando ya no quedaban más enemigos.

"En esta situación como desearía tener a Mimir para oír sus sabios consejos".

–¿Que me diría? Piensa Atreus. Ya no eres tan inconsciente como antes, pero aún así te frustras demasiado rápido.–Empecé hablando solo de nuevo.– Ahora que estoy más calmado, puedo pensar con claridad, veamos.

Hice una pausa para subir por unas piedras rúnicas y proseguí.

–Tu mejor amiga, la que siempre quisiste te besó, mi primer beso. Pero no sentiste nada, ¿eso significa qué ya no sientes nada? Tiene sentido. Mimir diría algo como "hermanito, escucha a tu corazón, no le des más vueltas a la cabeza".–Dije imitando su voz.– O padre diría "hijo haz lo que te haga feliz".

Suspiré, era cansado para mí.

Pero lo que si sé es que me arrepentía de haberme alejado de _____. Prometo ir a verla cuando haya terminado. Si me estaba empezando a gustar o no, el tiempo y el corazón lo dirá, pero nada de profecías o destinos que controlen mi vida.

Una vez llegué al lugar ya no había granja, todo estaba destruido; en su lugar habían varios muertos de los que me tuve que deshacer y después buscar por los alrededores. A lo lejos vi un fantasma y me acerqué a este, resultó ser el hijo de aquel anciano.

–Tu padre... murió, lo siento mucho.–Le dije.– ¿Qué pasó aquí?

–Que desgracia, esto fue un reflejo de la guerra, todo quedó destruido.

–Ya veo, lo siento mucho.

–Ahora podré reunirme con mi padre, muchas gracias por venir.– Y con eso se liberó, yéndose al cielo.

Bufé una vez solo, en verdad echaba de menos a padre.
Regresé al otro fantasma comentándole toda la situación y acabó por darme las gracias por la ayuda, al igual que su hijo también se liberó para reunirse con él.

𝙼𝙰𝚂 𝙰𝙻𝙻𝙰 𝙳𝙴𝙻 𝚁𝙰𝙶𝙽𝙰𝚁𝙾𝙺 - 𝓐𝓽𝓻𝓮𝓾𝓼 𝔂 𝓽𝓾 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora