20

636 73 18
                                    

Atreus

De nuevo todo se torció por mi culpa, ¿porqué diablos tengo que fastidiarlo todo siempre?

Brok murió por mi terquedad, y ahora _____ estaba enferma o poseída por aquella magia que aquel bastardo le había tirado. No tenía que haberla hecho caso, debí quedarme con ella luchando.

Ella estaba estirada en una cama de la casa de una curandera; un hogar antiguo decorado principalmente por madera y reliquias ancestrales, casi que parecía tener un milenio de edad. Una anciana vieja que Freya conoció cuando yo no estaba aquí durante todos estos meses. Ahora me encontraba sentado frente a mi novia mientras agarraba su mano y la acariciaba con delicadeza.
Quiero que vuelva cuanto antes...

Freya y la curandera iban de un lado a otro hablando entre ellas sobre plantas y magia que yo no alcanzaba a entender del todo, pues lo mío era el idioma nórdico antiguo y los animales. Quizás deba aprender un poco para una ocasión futura, que esperaba que no volviese a ocurrir.

–Si puedo ayudar en algo...– Les dije sin mucho ánimo.

–No te preocupes Atreus, tenemos todo lo que nos hace falta aquí, la anciana tiene un montón de libros aquí así que es raro que no haya algún antídoto para esto.– Me dijo Freya acercándose y posando su mano en mi hombro. Yo asentí.

–La mala noticia es que no es una magia muy común, pero existe.– Dijo la anciana.– La buena noticia es que ya fue usada milenios atrás, y por lo tanto hay un remedio.

–Supongo que me alegra oír eso.

Así pasó todo un día dando paso al anochecer, un guarda vino a comunicarnos de la salida de mi padre y Mimir, ni siquiera había pensado en ellos en todo este día, pero sé que estarán bien. Yo seguía sentado frente a su cama y debido al sueño fui cayendo en ésta, aunque yo luchaba por mantenerme despierto. Podía oír a Freya ir de un lado a otro preparando algunas yerbas o que sé yo, apenas podía poner atención.

–Atreus...– Me llamó la suave voz de Freya.– Ve a dormir, la anciana tiene una cama que podemos usar para descansar.

–Hmm... ¿Qué? No.... Yo puedo aguantar, no pienso dejarla Freya.– Ella me conocía demasiado bien, cuando me ponía muy terco con algo no había forma de cambiarme de parecer, por lo que ella suspiró.

Levanté la cabeza de la cama y observé a Freya, dándole un sorbo de algún líquido extraño a _____. Sé que ella se pondrá bien, confiaba plenamente en Freya y sus habilidades.

Miraba con tristeza su cuerpo, su respiración subía y bajaba tan lentamente, que me daba la sensación de que fuese a detenerse en cualquier momento. Negué con la cabeza quitando todo esos pensamientos, volviendo a chocar mi frente contra la suave cómoda.

Y sin poderlo evitar, por primera vez en muchos años, lágrimas se escapaban de mis ojos. Ni siquiera hice un ademán por quitarlas, simplemente salieron, dejando fluir todas mis emociones y sentimientos al mismo tiempo. Freya no me dijo nada y me dejó solo con ella, quizás era lo mejor para mi en este momento. Incluso ya me daba igual lo que pensaran de mí, yo era así.

He retenido tantas lágrimas tanto tiempo... que me sentía bien conmigo mismo.

🏹🏹🏹

Abrí mis ojos lentamente notando lo mucho que me molestaba la luz del sol en ellos, sintiendo un ardor causado por las lágrimas. Parpadeé un par de veces hasta darme cuenta lo que temía, me había quedado dormido. Me levanté de golpe y miré a _____, aún yacía inconsciente.

Me acerqué a su rostro y con mis dedos acariciaba su mejilla.

–Despierta _____, por favor. Extraño tu sonrisa, tu voz, tus bromas, tus besos...

𝙼𝙰𝚂 𝙰𝙻𝙻𝙰 𝙳𝙴𝙻 𝚁𝙰𝙶𝙽𝙰𝚁𝙾𝙺 - 𝓐𝓽𝓻𝓮𝓾𝓼 𝔂 𝓽𝓾 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora