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Atreus

Al día siguiente de volver de las montañas accedí a celebrar mi cumpleaños con _____ y su familia, a petición de ella. Realmente había aceptado ser mi... ¿novia? La verdad no sé cómo deba comportarme y que expectativas puede tener ella de mí, me agobia el pensarlo. En su casa le contamos lo nuestro a sus padres y parecieron muy contentos de que fuese yo el afortunado quien cuidara ella; ellos querían conocer a mis padres, detalle que tuve que corregir por "padre".

Hicimos una gran cena y un pastel, no recordaba la última vez que había comido uno. Yo simplemente les oía hablar y reír, era una gran familia que me acogieron sin problema, y yo estaba realmente feliz.

Recuerdo que mi madre me contaba que padre no solía estar nunca en casa, a pesar de que no le guardo rencor por ello, no haré lo mismo si decido formar una familia con _____.

Quiero que... mi futuro hijo crezca con los dos, y darle lo que yo no tuve.

Después de la cena ______ me llevó a su patio trasero seguidos por Dahlia, hacía mucho que no la veía. Ya era casi el atardecer y nos sentamos en el pasto, un silencio tranquilo envolvió el lugar.

Ella tomó mi mano sin dejar de mirar el cielo anaranjado.

Ella tomó mi mano sin dejar de mirar el cielo anaranjado

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–Atreus... quisiera saber mas de ti, tu pasado. Algo que quieras confiarme.

–Em... bueno hay muchas cosas. He vivido mucho y sufrido mucho también...–Ella me miró y supe que no me juzgaría por lo que hice.– Hace tres años fuimos a buscar a Tyr, el Dios de la Guerra, supimos que él tendría respuestas de quien soy yo, de mi identidad. Convencí a mi padre de ir buscarlo, que no estaba muerto. –Notaba mientras que me acariciaba la mano.– lo encontramos y nos lo trajimos pero...

–¿Qué ocurrió?

–Bueno, todo aquel tiempo que estuvimos planeando como derrotar a Odín, de como llevar a cabo nuestra venganza, mis planes para ir a Asgard y hacerme su aliado... todo eso... resultó ser que Tyr era el mismo Odín y lo descubrió todo. Por mi culpa murió Brok, mi amigo, yo traje al enemigo a su casa..

–No, no fue tu culpa Atreus, no lo sabías, no te atormentes por ello. Perdón no debí preguntar, es tu cumpleaños y...

–No ______, quería contártelo. Sabía que podía confiar en ti. Aparte de eso, he tenido siempre problemas para controlar mis emociones, me escapaba mucho, discutía mucho con mi padre... Bueno eso ya te lo dije.

–No siempre tiene que ser todo perfecto, somos humanos y estamos aquí también para aprender a ser mejores y ayudarnos a nosotros mismos y a los demás. Incluso aveces entre nosotros habrá problemas que tendremos que solucionar juntos.

Esta chica siempre sabía como hacerme sentirme bien y querido, eso y su forma de ser fue lo que me enamoró de ella.

–¿Entonces sigues haciendo esas cosas?– Bromeó.– Lo de escaparte y todo eso, porque de mí no ibas a escaparte tan fácilmente.

–No iba a hacerlo de todas maneras.

Dahlia correteaba a nuestro alrededor mientras reíamos y soltábamos la tensión de hace unos momentos.

–Me gustaría que conocieras a mi padre, no es como Sküsj pero es un buen hombre, seguro le gustas.– O eso esperaba, porque yo no tenía planeado dejarla.

–No sé que expectativas pueda tener de mí.– Rió nerviosa.

–Solo... no te asustes la primera vez que lo veas.

–Ahora tengo un nuevo miedo Atreus, gracias.

Me fui acercando más a ella e hice que se tumbara en el pasto con cuidado y la miré a escasa distancia.

–Yo trataré de quitarte cualquier miedo ______.

–¿Ah si? –Me sonrió abrazándome provocando que me atrajera más a ella, colocando mis antebrazos a los lados de su cabeza. De nuevo volví a sentir ese cosquilleo agradable en mi interior.

–Si...– Fije mi mirada a cada parte de su rostro y sin darme cuenta me ensimismé. Acortando nuestra distancia finalmente la bese lento y me correspondió de la misma manera.

Me sentí genial, tanto que quise ir más allá profundizando el beso. Después de todo cuando me vaya con padre no sé cuando la volveré a ver, no quería alejarme pero también deseaba compartir una aventura con padre y Mimir como las de antes.

Ella se desvió de mis labios para dirigir sus besos por mi mejilla, allí donde mis cicatrices descansaban. Yo sonreí dulcemente y descubrí como adoraba este tipo de afecto. Quería pasar el resto de mi vida con ella y hacerla feliz de todas las maneras posibles, ese era mi lugar en el mundo, uno en el que nos amábamos con locura sin importar qué.

–Te quiero Atreus, feliz cumpleaños.– Me dijo mirándome a los ojos.

– Yo también te quiero, _____.– Sonreí de lado mientras acariciaba su cabello entre mis dedos.

🏹🏹🏹

El día tan esperado para mí había llegado por fin, por la mañana fuimos _____ y yo a cazar un poco mientras le contaba como fueron mis primeras veces con el arco, cuando tenía ocho años. Tenía muchas anécdotas que contar a mi novia y lo haría al igual que ella me contaba sus hazañas con el arco.

Paseando por el bosque tuvimos la mala suerte de toparnos con unas Pesadillas.

–¡Mierda, que molestas son estas cosas!– Grité frustrado sacando mi arco, al igual que _____.

– Concentración Atreus. ¡A la izquierda!– Me advirtió.

–¡Skjálfa!–Dije, y fui lanzando flechas una tras otra, combinando con mis patadas y golpes con el arco.–Aquí vienen más, ¡cuidado!

–¡Detrás de ti!

Nos unimos a la pelea y juntos los derrotamos fácilmente, pero como siempre nunca dejaban de aparecer. Quería enseñarle uno de mis trucos para impresionarla y esta era la ocasión perfecta.

–Hey, mira esto _____. Verás lo que el gran Loki es capaz de hacer.

Hice una invocación rúnica de una cabra desbocada y me subí encima mientras embestía a los enemigos con ella. ______ se reía de mi invocación.

–No puede ser, ese ataque pega mucho contigo. Atreus él desbocado, la cabra Loki, ¿lo pillas?– Se acercó a mi con burla.

–Vaaaaale, no te copies de mis chistes malos.– La atraje de la cintura con un brazo y besé su mejilla.

–No me copio, los míos son mejores.

De repente, un enemigo más nos interrumpe el momento, al ver de quien se trataba nos pusimos en alerta, era más ni nada menos que un Golem de hielo.

–Nunca he visto ningún enemigo como este.

–Es un Golem, su punto débil es ese núcleo brillante que está en su pecho, intenta apuntar ahí.– Ella asintió decidida.

Comenzamos de nuevo otra batalla, el Golem nos lanzaba esas piedras elementales mientras lo esquivábamos y atacábamos a su punto débil. Resultó ser bastante duro, pero no nos rendíamos.
De pronto oímos un golpe en el suelo acompañado de una voz detrás nuestra, una conocida para mí más bien.

–Hermano, parece que estos muchachos necesitan de nuestra ayuda, ¿Qué dices?– Aquella era la voz de... ¡Mimir!

....

𝙼𝙰𝚂 𝙰𝙻𝙻𝙰 𝙳𝙴𝙻 𝚁𝙰𝙶𝙽𝙰𝚁𝙾𝙺 - 𝓐𝓽𝓻𝓮𝓾𝓼 𝔂 𝓽𝓾 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora