23

696 58 22
                                    

Atreus

Ya había pasado una semana aproximadamente desde que ______ despertó. En ese tiempo qué pasó una idea recorría mi cabeza, algo que me llevaría a un paso más en nuestra relación. Tenia pensado en visitar otras mitologías, no lo sé, pero quería hacerlo junto a ella.

Padre y Mimir regresaron de su viaje a Alfheim y nos comunicaron lo que habían descubierto en dicho reino, pero no dieron muchos detalles. No hacía falta porque conocía a mi padre, y me olía lo que ya sabía: usaron la fuerza para averiguarlo.

"Los elfos oscuros ayudaron en parte a recuperar esa magia que se creía extinta, porque hasta yo lo había olvidado. Quisieron usarla para hacer el mal y les salió cara la broma. Hermanito, ya lo hemos solucionado." Me comentó Mimir. Mi padre no dijo palabra alguna.

Ella seguía sin recordar a Aren y lo que le hizo, creo que era mejor así.

–Hey, ¿todo bien?– Me sorprendió _____ a mis espaldas, yo me encontraba en una mesa de trabajo arreglando mi arco.

–Perfectamente, solo se me astilló un poco en la última pelea, nada que yo no pueda arreglar.– Dije con aires de superioridad pero bromeando por supuesto. Ella me abrazaba mientras se asomaba a ver que es lo que había pasado.

–Oh, bueno. Entonces podrás reparar mi armadura.

–No soy herrero ni nada de eso, y necesitas las herramientas adecuadas.– Dije recordando a Brok y a Sindri.

–Uhm... ¿Sabes? Estás muy guapo cuando te concentras.– Me dijo, haciendo que me avergonzara.

Sonreí sin decir nada, disfrutando de sus caricias y siguiendo con lo mío hasta que terminé. Me fundé el arco satisfecho por su nueva mejoría, había aprendido mucho a arreglar y a mejorar mis armas con el paso de los años.

Era hora de hablarlo con ella, la ocasión perfecta para saber su opinión.

–_____.

–¿Si?– Dijo recolocando unos frascos en la estantería.

–Bueno, llevo días pensando en esto así que... ¿te gustaría venirte de viaje conmigo? Ya sabes, a tierras lejanas.– Ella me miró con sorpresa y confusa.– Me haría mucha ilusión hacerlo contigo, conocer cosas juntos.

–Atreus eso sería fantástico, pero me da algo de miedo, más bien respeto.

–Tranquila, estarás a mi lado, si aún quieres seguir saliendo conmigo claro.– Bromeé a modo de sarcasmo. Salimos al exterior de donde nos habíamos hospedado y fuimos hacía el riachuelo.

Había preparado un viaje en bote y que me hacía ilusión enseñarle como era pasear así, ya que yo lo había hecho antaño en numerosas ocasiones con padre. Siempre me fijaba en los pequeños detalles que ella me contaba para tratar de ser un mejor hombre y mejor pareja.

–Ja, ja.– Rió metiéndose en el bote, yo me puse frente a ella y agarré el control de los remos.– Ahora que lo dices llevo muchísimos años queriendo ir al reino de donde proviene mi abuelo. Sé muy poco sobre él, sé que se llama Hyrule.

–Puede ser nuestra primera parada si gustas.– Iba atento a mi alrededor para no perderme nada de lo que pudiese enseñarle.

_____ también miraba a los lados y detrás de ella donde se asomaba la delantera del barco, casualmente nos topemos con un puente bastante bajo por lo que tuvimos que agacharnos y pasar.

–Bueno, podrías empezar contándome algo sobre ese reino, lo que sepas.– Dije con curiosidad.

–Veamos... se rigen por tres deidades, las que crearon el reino de Hyrule, se hacen llamar Din, la Diosa del Poder, Nayru de la Sabiduría y Farore del Valor. Lo leí en uno de los libros que posee mi padre.

𝙼𝙰𝚂 𝙰𝙻𝙻𝙰 𝙳𝙴𝙻 𝚁𝙰𝙶𝙽𝙰𝚁𝙾𝙺 - 𝓐𝓽𝓻𝓮𝓾𝓼 𝔂 𝓽𝓾 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora