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______.

Me encontraba corriendo por un limbo del cual no podía salir, estaba oscuro, yo veía todo negro, me daba la sensación de estar corriendo en círculos. Solo oía el pesante rechinar de una cadena al moverme que aprisionaba mi pie derecho, esta era de un brillo amarillento el cual yo suponía se trataba del encantamiento con el que me habían atacado.

No recordaba quien me puso aquí o cómo llegué aquí...

En ocasiones veía una puerta iluminada de blanco en la que yo corría con todas mis fuerzas, pero simplemente desaparecía, llevándome un grito de frustración. ¿Qué tipo de broma era esta?

Cansada de correr caí de rodillas en la oscuridad, respirando con dificultad y soltando maldiciones a los Dioses que seguramente no tenían nada que ver con esto.

De repente escuché voces, una de ellas llamó mi atención: la de un chico joven. Miré a todas partes pero no había absolutamente nada. Solo eso, quilómetros y quilómetros de nada.

Esa voz me sonaba... era suave, parecía triste y preocupada. ¿Me hablaba a mí?

De golpe mi cabeza empezó a arder, provocándome un dolor horrible.

–Ah... ¿Porqué me pasa esto? Esa voz... quiero llegar hasta él. Vamos, recuerda _____.

Me golpeaba mentalmente tratando de recordar, pero simplemente sentía un dolor punzante que me decía que no lo hiciera, que no tratara de recordar. Sin embargo yo si quería.

Escuché más atenta aquellas voces que me hablaban.

Despierta _____, por favor. Extraño tu sonrisa, tu voz, tus bromas, tus besos...

Sentía unas ganas inmensas de llorar. Ese chico por alguna razón me extrañaba, y sin saber por qué, yo también a él. Añorando sus abrazos y su calidez.

Seguí buscando una salida, tratando de guiarme por su voz o buscando aquella puerta que me decía que era la salida. No pensaba rendirme, yo simplemente era una mujer con mucho valor en el cuerpo, no solía rendirme tan fácilmente. También grité con todas mis fuerzas esperando a que me oyesen, pero nada pasaba, me encontraba totalmente sola. Aquí no tenía noción del tiempo, no sabía que hora era ni tampoco el día.

Mi corazón me decía que yo amaba a ese chico, razón la cual no debía desistir en su búsqueda, tratando de hallar la forma de superar todos esos dolores que me dificultaban concentrarme.

Lo volví a intentar una vez más, cerré mis ojos y me concentré nuevamente, buscando entre mis recuerdos.

Poco a poco me salían imágenes en mi cabeza. Un cuerpo, una armadura, un arco. Supuse que era él y no desistí, volví a respirar hondo. Su cabello, ahora sus ojos azules... el dolor era insoportable, más no me importaba.

–Es él, tiene que serlo.

Luego recordé su nombre, era confuso porque tenía dos. No obstante solo uno fue más que suficiente para amarlo.

Atreus...

🏹🏹🏹

Atreus

¿Cómo estás Atreus?– Me preguntó Sküsj entrando a la habitación. Al igual que yo, se veía muy preocupado por su hija.– He venido en cuanto he podido.

–Em hola, bueno, nunca había estado tan mal. Freya y la anciana están haciendo lo que pueden.– Dije jugueteando con mis manos.

–Lo sé, al igual que tú y todos nosotros. ______ era muy bien querida en el pueblo.– Dijo, a lo que yo me levanté de golpe.– ¿Atreus?

–¿Era? Señor, ella aún no ha muerto. Saldrá de esta, es la persona más fuerte y valiente que he conocido. Es unas de las razones por la cual me enamoré de ella.

Di vueltas por la habitación algo ansioso, no podía creer que la dieran por muerta tan pronto, ¡eso no puede ser posible!

–Lo sé lo sé, es mi hija, quiero lo mejor para ella, pero no olvides ser realista por un momento. No conocemos el tipo de magia que la embrujó. Tranquilízate Loki...

–Ellas dijeron que hay antídoto, así que vivirá, ¡agh!– Salí de la habitación y seguidamente de la casa. No me importó que me llamaran o que fueran tras de mí.

Pateé unas cuantas piedras con frustración, liberando toda la tensión que había retenida en mi interior. Suspiré hondo varias veces y me acerqué a una pared donde me volví a desahogar con unos cuantos puños, algo que me ayudaba mucho.

–¿Ser realista? Venga ya... siempre lo he sido, pero no puedes pretender dar por muerto a alguien así de primeras. Es... estúpido. –Suspiré dejando de golpear a la pared.– Me iré a dar un paseo.

🏹🏹🏹

Regresé a la noche finalmente. Volví al bosque para despejarme un poco, me gustaba hacer puzzles y acertijos, así como buscar cofres del tesoro. Me entretenía en mi soledad. No obstante ahora debía afrontar la verdad de nuevo.

Me arrepentía de haber hablado de aquella manera tan poca educada a Sküsj pero... esto me afectaba de igual forma. Sentía mucha vergüenza ahora mismo.

Freya y la anciana me recibieron de buenas maneras a pesar de mi enfado de antes. El padre de _____ ya no se encontraba en la casa.

–Yo... lo siento.

–Atreus, ya le dimos la bebida de hierbas con la Belladona. Nos ha tomado bastante tiempo ya que sus flores son algo difíciles de tratar, pero ya esta hecho.– Me dijo Freya.

–Por ahora queda esperar, así que niño quédate con ella. Avisa de cualquier anormalidad.– Me dijo la anciana.

Asentí no muy convencido por aquello de la "anormalidad". ¿Qué se supone que significa?

Entré a la habitación y me senté de nuevo en la silla que estaba al lado de la cama. ______ tenía un rostro tenso, como si estuviera sufriendo por dentro. Tomé su mano con suavidad y eso pareció relajarla un poco.

–Estoy aquí... todo saldrá bien. Te prometo que no vas a morir, no debes ¿vale?– Le di un beso en la frente y pensé tal vez, ¿porqué no tenerla entre mis brazos? Lo añoraba... añoraba la sensación de protegerla, y quizás a ella le ayude.

Me desenfundé el arco para dejarlo a un lado pero a la vista, por seguridad. Me subí a la cama tumbándome hacia ella y abrazándola enrollando mis brazos en su cuerpo, ella respiraba apacible sobre mi pecho. Sonreí inconscientemente, nunca pensé que encontraría el amor que más necesitaba en un sitio tan lejano como lo era este pueblo.

Acaricié su cabello moreno con las yemas de mis dedos, acto que me relajaba y que fui cerrando los ojos lentamente.

No sé en que momento de la noche caí rendido y envuelto entre la calidez que emanaba su piel.


...

𝙼𝙰𝚂 𝙰𝙻𝙻𝙰 𝙳𝙴𝙻 𝚁𝙰𝙶𝙽𝙰𝚁𝙾𝙺 - 𝓐𝓽𝓻𝓮𝓾𝓼 𝔂 𝓽𝓾 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora