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Atreus

Llegamos al centro y me sorprendió las cosas que habían montado en poco tiempo; mesas con comida al aire libre, una fogata grande en el medio, unos troncos que servían de descanso y en pocos minutos la gente empezó a poner música y a bailar. Vi a ____ sonreír bajo la luz del fuego mientras lo observaba todo, se la veía orgullosa de su pueblo, un lugar donde todos eran familia y peleaban hasta el final si fuese necesario.

A mi me acogieron como a uno más; un sentimiento familiar volvía a recorrer mi pecho, uno que ya había tenido antes cuando pisé la casa de Sindri y Brok por primera vez. Que nostalgia y que tristeza.

____ me jaló del brazo y fue a saludar a los suyos, ellos también me saludaron y agradecían mi presencia aquí. Eran dos hombres mayores que comenzaron a hablarme de todo lo que había pasado aquí durante la época del Ragnarök y lo que conllevó. Mientras ____ se alejaba y se iba a la zona de comida. Yo la veía aveces para no perderla y por educación seguía escuchando lo que los mayores tenían que decirme.

Noté que ella también me miraba a lo lejos y se reía de mí; quizás ya sabía como de habladores eran estos dos ancianos.

Entre ellos empezaron a discutir sobre Sif y su traición a Odin o algo así, aproveche la distracción y me fui de allí para ir a la zona de comida, donde ____ se encontraba.

🏹🏹🏹

_____.

–Vale me has dejado tirado allí ¿lo sabías?

–Oh vamos, son buenísimas personas, y como me comentaste que una vez fuiste muy curioso y hablador pues pensé que... encajarías. –Agarré un poco de la comida típica que solíamos comer aquí; una bola de arroz relleno de carne y verduras, y algo de picante. Atreus iba a reprochar algo hasta que le di la bola de arroz. Él dudoso acabó aceptándolo.

Mientras lo probaba fuí comiendo un poco de todo lo que había, nuestra cocinera era muy buena, la mejor sin duda. Atreus hacía ruido de satisfacción y vi de reojo como tomaba otra de esas bolas de arroz. Yo sonreía complacida.

Estuvimos un buen rato hablando y yo le explicaba sobre la comida en este lugar y sus tradiciones, él me escuchaba atento e interesado, algo que anhelaba en una persona desde que... mi hermano desapareció. También me explicaba sobre de dónde venía, la diferencia de comida entre los nueve reinos siendo Vanaheim su favorita, y cosas triviales que adoraba oír de él, un aventurero, un arquero excepcional, alguien que ha conseguido grandes cosas. Ojalá yo lograra grandes cosas, o fuese importante para alguien.

Pero aún si no lo lograra, con mi gente soy la más feliz del mundo.

Llevé a Atreus hasta donde se encontraba la fogata y lo hice sentar en uno de los troncos, le dije que esperara y me fui. Tan solo me basto cinco minutos para hablar con mi padre y volver a donde él esperaba tranquilo.

–Perdón por la tardanza.– Dije nerviosa.

Los aldeanos comenzaron a reunirse alrededor mirándonos, cosa que confundió a Atreus y lo puso en una situación vergonzosa.

Yo simplemente saqué mi ocarina y comencé a tocar bajo su sorpresa.

Él me sonreía atento mientras tocaba, un brillo en esos ojos azules me decía que le estaba gustando, por lo que yo tocaba con más ganas.

Al acabar, todos me aplaudieron y yo hice una reverencia satisfecha por cómo me había salido.

𝙼𝙰𝚂 𝙰𝙻𝙻𝙰 𝙳𝙴𝙻 𝚁𝙰𝙶𝙽𝙰𝚁𝙾𝙺 - 𝓐𝓽𝓻𝓮𝓾𝓼 𝔂 𝓽𝓾 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora