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De un momento a otro todo se había torcido, la poderosa valquiria Gná se nos apareció en el pueblo y seguramente sin buenas intenciones. Esta vez fue Kratos quién no esperó a que atacara y lanzó su hacha envuelta en hielo hacía su oponente, la cual ella esquivó con facilidad.

–Vaya, vaya, mira donde fueron a parar los héroes del mundo, a un pueblucho cutre con gente igual de inútil.– Escupió ella con sarna.

–¡No voy a consentir que hables así de ellos! ¡Si no seré yo quien te pateé ese trasero!– Grité con rabia adelantándome hacia delante, pero Atreus me agarró de la muñeca y lo impidió.– Suéltame Atreus, maldita sea.

–No. Así no lograremos nada _____.

–Que mona, pero esto termina aquí. La sangre de Asgard esta en vuestras manos, y lo pagareis caro.– De sus manos salió un brillo extraño que alzó hacia el cielo y después lo tiró al suelo, ¿estaba invocando algo? No... trajo a otra persona, ese brillo se disipó para dejar ver a... él, era Aren.

Por un momento quedé en shock y retrocedí unos pasos, todo se me nubló, ni siquiera me había dado cuenta del momento en que Atreus me hablaba con preocupación y se ponía delante de mí para protegerme. Después noté una voz grave que me hablaba, pero yo la oía en la lejanía, solo oía pitidos.

Repentinamente alguien me estaba sacudiendo de los hombros para que recuperara la conciencia y logré enfocar finalmente mi vista, era mi padre que me hablaba con desespero. Seguidamente miré hacia delante y vi como Atreus y Kratos estaban delante mío y atacaban a los enemigos para protegerme a mí y a todos.

No... no debo ser débil, tengo que luchar a su lado. No me hice más fuerte para nada, Aren no me quitara nada de lo que quiero.

–Estoy bien padre.

–Hija, menos mal... no sabemos como ha salido Aren de la mazmorra. Ningún guarda ha visto nada.– Mientras hablábamos cuervos nos golpeaban con molestia.

–Ella... ella lo ha sacado con algún tipo de magia de teletransportación.– No le tomé más importancia y fui camino para luchar al lado de Atreus, quien parecía contenerse la rabia gracias a su padre.

–Hija, ¡aún no estas bien del todo!

–Ve a ayudar a los demás padre, y a acabar con esos malditos pájaros. Estaré bien.– Él asintió y me dijo que me cuidara. Yo me puse al lado de Kratos y Atreus para luchar.

–______ ¿estás bien? No hace falta que luches...

–¡Estoy bien! No voy a permitir que se salgan con la suya. Ya te lo dije Atreus, no vamos a permitir que haya otra guerra como la del Ragnarök.– Él solo asintió, pero sin dejar de estar preocupado por mí.

–Concéntrate Atreus, aquí viene.– Comentó Kratos y contraatacó a Gná, mientras nosotros íbamos a por Aren.

–Pero mira quien está aquí, mi queridísima esposa, ¡dame un abrazo!– Me dijo Aren abriendo sus brazos, este chico se había vuelto completamente loco y obsesivo.

–¡Más te gustaría!– Dijo Atreus dándole con su arco, después fui yo a darle un buen golpe con el puño.

–Déjame maldito bastardo, ¿me oyes?– Fui a darle otro puño, no obstante Aren se levantó como si nada y frenó mi puño, y después el otro, solo me quedaba escaparme con una patada tras otra, pero parecía no afectarle.

–Como me hubiera gustado verte debajo de mí, ¡gozando como una perra! ¡Seguro que a tu querido Loki le hubiese encantado! Ja, ja.

–¡Cállate inútil!– Vi a Atreus perder el control y transformarse en lobo, golpeando a Aren para liberarme y después fue tras él.

𝙼𝙰𝚂 𝙰𝙻𝙻𝙰 𝙳𝙴𝙻 𝚁𝙰𝙶𝙽𝙰𝚁𝙾𝙺 - 𝓐𝓽𝓻𝓮𝓾𝓼 𝔂 𝓽𝓾 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora