Atreus
–¡¿Qué?! Ratatoskr, ¿es eso cierto? ¿Seguro que mi padre te ha dicho eso?– Le dije a la ardilla cuando se nos presentó en el bosque y nos comunicó el mensaje de mi padre y los demás.
–Por milésima vez, ¡Si! Los dragones del desierto de Vanaheim han conseguido abrir una brecha entre los nueve reinos, ¡eso es malísimo joven arquero!
–Atreus, ¿Qué hacemos?– Me preguntó _____.
–Dicen de ir a casa de Sindri.– Dije más para mi mismo.– Como en los viejos tiempos, pero dudo que él quiera verme.– Puse una mueca al pensar en eso.
–No pienses en lo que sucedió entre vosotros ahora, no creo que os tengáis que echar en cara cosas del pasado.
–Bueno y... ¿sigue en pie el acceso místico?– Le pregunté a Ratatoskr.
–Siempre han estado ahí chico, que hayan cogido un poco de polvo es otra cosa. Jejeje.
–Bien, llévanos, nos reuniremos con mi padre en la casa.
Nos pusimos en marcha y nos dirigimos al acceso místico más cercano. Entre Ratatoskr y yo lo abrimos con su llave y se formó la puerta de piedra finalmente, miré a _____ y le ofrecí mi mano.
–No pasa nada, era un método que usábamos para viajar entre reinos. No lo hemos usado porque no ha hecho falta hasta ahora.
–Está bien, supongo que será como teletransportarse mágicamente.– Rió nerviosa mientras tomaba mi mano.
Al adentrarnos ya estábamos caminando por las raíces, _____ miraba todo maravillada por el sitio.
Le indiqué el camino y se nos presentó la puerta iluminada que nos llevó de inmediato al exterior de la casa de Sindri. De inmediato vimos a mi padre en compañía de los demás, incluido a Sindri quien enseguida notó mi presencia.
–Atreus, gusto verte.– Me dijo serio y a la vez educado.
–Lo mismo digo Sindri, ella es ____, mi pareja.– Le dije señalando a mi novia. Ellos se estrecharon las manos mientras se saludaban.
–Un placer conocerte Sindri.
–Lo mismo digo hermosa dama, sea bienvenida.
Sonreí por su gran gesto, porque a pesar de lo ocurrido y el cambio de actitud que tuvo tras la muerte de su hermano, no perdía esa esencia suya. Y eso me alegraba.
Me acerqué a mi padre y enseguida me habló de lo que había pasado.
–¿Ha ocurrido como cuando con Garm? ¿Abriendo brechas y destruyendo todo a su paso?–Dije yo tratando de entender de lo ocurrido.
–Bueno, mas o menos, pero esta vez sin un crio que vaya por ahí liberando bestias.– Comentó Mimir refiriéndose a mí, cuando liberé al lobo Garm por pena.
–Ja, ja, bueno. ¿Y qué haremos?
–Encontrarlos a todos y matarlos.– Dijo mi padre sin más.
–Parece la única solución.– Dijo Freya.– Pero antes deberíamos descansar, Sindri nos ha ofrecido su cobijo.
–¿Es... es en serio?– Dije yo mirándolo.
–Si, y más vale que entréis cuanto antes o se enfriará la cena.– Suspiró y seguidamente entro a la casa, nosotros únicamente lo seguimos e inmediatamente observamos cuanto de poco había cambiado su hogar.
Apenas había cambiado nada.
–Si queréis algún arreglo o ajuste de la armadura se cobrará aparte.– Sindri recogió algunas herramientas que tenía esparcidas por la mesa, algunas le pertenecieron a Brok alguna vez, aunque decidimos no preguntar.
–La verdad es que... mi armadura necesita algún arreglo.– Dijo _____ mirándose a si misma. Y era cierto, me pidió a mí arreglársela pero simplemente no podía. –Tengo para pagarte.
🏹🏹🏹
La noche había caído por fin, me acomodé en una de las habitaciones que ocupé cuando estuve aquí hará ya tres años. Observaba el techo pensando en todo lo que tuvo que pasar Sindri cuando se quedó solo, sin nadie con quien pasar sus días o simplemente discutiendo como solía hacerlo con su hermano.
Yo no sería capaz de soportar no estar con _____ o con padre. No me imaginaría mi miserable vida sin ellos.
Tras unos minutos _____ entró por la puerta y cerró detrás de ella. Inmediatamente me senté para poder verla mejor.
–Hola...– Sonrió ella con un rostro algo ¿entristecido?
–Hey, ¿qué ocurre?— Se sentó a mi lado y yo no tardé en abrazarla.– Veo que ya tienes la armadura arreglada, me alegro mucho.
–Si... no ocurre nada, solo que hemos estado hablando un rato Sindri y yo, bueno... me contó un poco lo que ocurrió con su hermano y como las pasó aquí solo.–Me miró con una mueca en su rostro.
–Tuvo que ser duro para él.– Suspiré girando mi cabeza a un lado.
–Atreus...– Ella tomó mis manos y me miró.– Él no te odia, de verdad que no. A ninguno de vosotros. A veces intenta hacerle el duro para no verse débil, pero él no es así.
–Ya... espero que pueda volver a ser el de antes. Echo de menos todo eso.
–Los tiempos cambian, y es inevitable pero debemos aprender a convivir con ello.
Nos quedamos en silencio un rato hasta que una idea cruzó por mi mente, solo esperaba que no se molestase; la tomé por la cintura de sorpresa y me dejé caer en la cama, trayéndola conmigo sin soltarla, ella se quedó atónita y nerviosa.
–Atreus... ¿qué haces?– Sonreí como si estuviéramos haciendo alguna travesura.
–Quédate conmigo esta noche, _____.
–¿Estás loco? Como nos pille tu padre nos va a matar.– La oía quejarse, no obstante no hacía ningún amago de alejarse, es más, se acomodaba entre mis brazos.
–Por eso no te preocupes. A ver, si da miedo, pero no va a entrar.– No pareció convencerle mucho, pero no dijo nada más.
Para mi sorpresa ella tomó una de mis manos y entrelazamos los dedos. Cerré los ojos y junté mi rostro con su espalda, allí donde su largo cabello descansaba y no pude evitar aspirar el aroma natural que este emanaba.
Finalmente nos dormimos abrazados por segunda vez, siendo que en esta ocasión ambos podíamos sentir la calidez del otro.
🏹🏹🏹
Narrador
Aquella mañana que empezó como cualquier otra, terminó por ser una señal de alarma por parte de la ardilla cuando interrumpió en la casa y avisó a todos de la estampida de dragones que iban en aumento y causaban estragos por los reinos. Los que desayunaban bien temprano dejaron su plato a medio terminar y fueron a alistarse para la batalla.
Atreus no parecía muy convencido que su amada estuviera en una batalla después de lo que ocurrió en el último altercado y que no lo dejó muy buen sabor de boca. El chico se preocupaba mucho por ella y no quería que saliera mal herida de nuevo, sin embargo tenía muy en cuenta que no podía simplemente prohibirle de luchar. Podía llegar a ser muy terco cuando se lo proponía pero no era un mal chico.
–Debemos separarnos, Atreus y yo iremos a Svartalfheim, Freya, _____ y Sindri a Elfheim.– Dijo Kratos con seriedad.– Acabaremos con todos los dragones y nos moveremos por todos los reinos.
–Angrboda y Thrúd se encargarían de cerrar la brecha.– Dijo Sindri, ya armado. Le miraron algo confusos.– ¿Qué? Quisieron ayudar.
–Bien, nos perdamos ni un segundo más.
Y con la última orden del espartano se prepararon para dirigirse cada grupo a un reino. Atreus y _____ se despidieron deseándose mutuo cuidado y prometiéndose que volverían sanos y salvos.
Han superado cada una de las batallas que se les han presentado, esta no sería una excepción.
🏹🏹🏹
Ahora tendre menos tiempo para escribir, lo sé lo siento 😭

ESTÁS LEYENDO
𝙼𝙰𝚂 𝙰𝙻𝙻𝙰 𝙳𝙴𝙻 𝚁𝙰𝙶𝙽𝙰𝚁𝙾𝙺 - 𝓐𝓽𝓻𝓮𝓾𝓼 𝔂 𝓽𝓾
ФанфикCuando la guerra finalizó y Odin murió por fin, Atreus se despidió de su padre y su amiga para empezar una nueva aventura solo: Buscar a los gigantes y buscar nuevas respuestas que aún no le eran resueltas. Tres años después descubre un nuevo pueblo...