Capítulo 7

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¿Nunca les ha sucedido algo que los ha impactado tanto que sienten que todo se detiene de golpe? Es un lapso de tiempo en el que nuestra conciencia se queda procesando la información que estamos presenciando. Eso me sucedió ese día. Iba charlando con Maria y Rebeca por el pasillo de los casilleros cuando me detuve frente al mío para poner y buscar unos libros. Fue en ese momento que vi la primera nota. Una de esas pequeñas hojas en las que anotas lo que quieres recordar o decirle a los demás y la pegas por ahí. Era amarilla. Por un segundo creí que era alguna broma. Pensé en cualquier cosa menos en lo que mis ojos vieron.

Sé que tus ojos me buscan entre las tinieblas de los caminos inciertos. Y que suspiras leyendo mis desvaríos literarios. Y que mis letras tocan tu alma. Y que sueñas con encontrarme. Y que en silencio lloras por mi silencio. Y que ocultas tus miedos como mismo oculto mi identidad. Y que deseas que sea el protagonista de tu historia. Y que quieres volverme tu pequeño cliché. Y que en realidad no soy nada. Y que en realidad no tengo rostro, ni alma, ni soy un cliché, ni digno de ser amado.

P.D.: No busques lo que no quieres encontrar.

Eran sus palabras, su forma de escribir. Era él, NosoyLucas me había escrito algo.

—Lía, te quedaste muda. ¿Qué es eso?

Lentamente elevé la mirada y observé a mis amigas. Las dos tenían el ceño fruncido.

Les di el papel sin decir nada y tras leer me miraron esperando a que dijera algo.

—Me va a dar algo. —Musité apretando la boca.

—Lo sé y lo siento. —Dijo Rebeca.

—Me va a dar algo. —Repetí.

—Tienes que calmarte, sé que ese chico era tu pequeña obsesión, pero si no quiere nada contigo qué le vamos a hacer. Pasa página. —Replicó Maria con indiferencia.

Ignoré su comentario y chillé —¡NosoyLucas me escribió! O sea a mí. No a ella y a ella. —Apunté a dos chicas que pasaban por nuestro lado. —¡Fue a mí!

—Pero, Lía. Te dijo que no quiere ser encontrado.

—Que más da lo que dijo. Tengo que celebrar esto. No todos los días tu amor platónico te escribe.

Les arrebaté la pequeña nota y la olisqueé buscando su olor, pero olía a pegamento y a papel.

—Esto es de locos.

—¿Qué piensas hacer ahora?

—Ahora más que nunca lo quiero encontrar para que me diga de frente cómo alguien como él puede creer que no es digno de ser amado.

Después de hablar por unos minutos nos fuimos al próximo turno de clase y tras salir de ahí me crucé con mi profesor de Español. Yo iba hacia la cafetería a encontrarme con mis amigas y de la nada me tomó por un brazo y me llevó a una mesa apartada de donde estaban ellas dos.

—Necesito hablar contigo. —Me dijo después de sentarse y dejarme parada frente a él con la bandeja del almuerzo en las manos.

—¿No puede ser en otro momento?

—No, tiene que ser ahora. —Suspiré y me senté. No sin antes ruborizarme al recordar el pequeño incidente de la noche anterior. Pensar que debajo de esas gafas de pasta y esa ropa se escondía alguien tan sexi me ruborizaba.

—¿Me puedes dejar de mirar así?

Pestañee saliendo de la pequeña burbuja en la que estaba.

—¿Así cómo?

—Como cuando tienes mucha hambre y te apetece comer carne.

Lo miré seria y negué con la cabeza varias veces. A cinco mesas de nosotros nos observaban Maria y Rebeca interesadas en saber qué hacía con el profesor. Y a dos mesas con otros chicos Lucas el pelirrojo me daba pequeñas miraditas furtivas, parecía inquieto. De seguro estaba pensando en lo mismo que yo. Que se había dado cuenta de que había seducido a su hermano para entrar a su casa y me iba a reclamar por ello.

Buscando al chico de Wattpad.©✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora