Capítulo 22

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Me encontraba en la biblioteca. Tenía que repasar para unos exámenes, pero por más que intentaba concentrarme no funcionaba. Leía y leía y las palabras se escabullían de mi cerebro sin ser procesadas.

Cerré el libro que tenía en las manos de un tirón y apoyé la cabeza contra la mesa frustrada.

—¿Lianed, te puedo ayudar en algo?

Levanté la cabeza sabiendo de quién se trataba. Mi profesor de Literatura se encontraba frente a mí con su camisa ajustada y sus gafas de pasta.

—A menos que tenga una motosierra para que abra mi cabeza y me entre todo este contenido, no puede.

Sonrió y se sentó frente a mí. Sus ojos enfocaron el libro que estaba encima de la mesa y supe que leía la portada.

—Pero si eso es fácil, todavía recuerdo cuando lo estudié y eso como sabrás fue hace tiempo ya.

—Ay no se haga el anciano senil que eres más joven que mi papá y eso es mucho que decir ya.

—A tu papá lo conocí el otro día.

—¿Si?

Me miró de golpe y entendí que había dicho algo que no debía. —Sí, no fue como que lo conocí, él fue a hablar con la directora y...

—¿Con la directora?

—Lía, ya sabes como son los padres, quería saber como vas en la universidad y esas cosas.

—¿Por qué siento que utilizaste el diminutivo de mi nombre para desviar mi atención?

—No hice tal cosa. Cambiando de tema, no creas que no he notado lo distraída que estás últimamente en clases.

—¿Distraída?

—Sí, llegas temprano, no hablas con nadie, ni siquiera con la rubia del cerquillo.

—¿No se supone que eso es lo que debería hacer?

Se inclinó hacia atrás en el asiento con su sonrisa seductora. —Por favor Lía, todos esos discursos te los digo frente a los demás porque es mi trabajo y no quiero que crean que tengo favoritos. Si te soy sincero, me gusta que llegues tarde y que interrumpas la clase formando tus alborotos absurdos. No sé, le das sabor a esto de ser profesor.

Lo miré a los ojos fijamente sin entender a qué se debía todo aquello.

—¿Mi papá te dijo algo sobre mí?

—Sí, muchas cosas. Me dijo que viven en Cielo Estrellado al norte de Verdalia en un edificio y que es la primera vez que estás tanto tiempo lejos de casa. También me dijo que eres como una niña y me hizo prometer que iba a tener paciencia contigo.

—¡No soy como una niña! —Repliqué demasiado alto y llamé la atención de varios lectores cerca de nosotros.

—Niña, calla que estás en la biblioteca, no en un parque. —Me dijo el bibliotecario con mala cara.

—Como dijo tu padre, una niña. —Canturreó divertido y tuve que aguantar la risa yo también.

—Sabes, te quería explicar lo que sucedió con tu hermano o mejor dicho, lo que no sucedió.

—No hace falta, mi hermano y yo nos contamos todo. Ya me dijo que se conocieron de casualidad en una fiesta y como estaba borracho lo llevaste a casa, cosa que agradezco. A veces es un poco irresponsable y no quiero que le suceda algo malo por ahí.

—No fue nada, solo quise ayudar. Hace unos días te quería hacer una pregunta, no lo hice porque me daba un poco de vergüenza, ya que no teníamos tanta confianza, pero eso cambió hoy.

Buscando al chico de Wattpad.©✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora