Capítulo 26

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Me encontraba en un estado de letargo. Lo que estaba viviendo parecía un sueño, o mejor dicho, una pesadilla. Por mucho tiempo me imaginé el encuentro con Nosoylucas y ahora que sabía que había dejado este mundo me sentía desdichada. ¿A dónde habían ido a parar sus palabras? Jamás lo iba a saber, jamás iba a hablar con él viéndolo a los ojos. No iba a disfrutar de su compañía, no me iba a aclarar todas esas dudas que tenía ni iba a saber qué sucedía después en aquella historia de Wattpad que dejó a medias. Sentí que le habían puesto un punto final a mi búsqueda y eso dolía. En ese momento entendí que la vida era Injusta, que estábamos en el mundo prestados y que en cualquier momento nos podían arrebatar de la existencia misma. Nunca me sentí más vulnerable como ese día. Desde que nacemos nos preparan para morir siendo ancianos, nunca siendo jóvenes y en ese momento sentí la muerte más cerca y verdadera que nunca. ¿Quién había sido capás de quitarle la vida? ¿Quién había privado al mundo de su existencia?

Al cerrar los ojos dos lágrimas cayeron por mi rostro y sentí como me abrazaron. En ese momento entendí a mi mejor amiga cuando creyó que Alex estaba muerto. Ojalá todo hubiera sido una ilusión, un cuento de hadas de esos en los que se pueden revivir a las personas, pero lastimosamente aquella era mi realidad, o mejor dicho, la de él, su injusta realidad.

Abrí los ojos de golpe reaccionando. A mi lado estaba el chico pelirrojo y me alegró verlo.

—Es mejor que nos marchemos de aquí... —Murmuró mi madre. Ella estaba a mi lado también y frente a nosotros se encontraban Rebeca y Maria con expresiones afligidas.

Al ver el rostro de Rebeca fue que recordé que Lucas Dicelmo era su hermano. Me puse de pie y la abracé y entendí que en ese momento debía ser fuerte por ella. Debía acompañarla y brindarle todo mi apoyo.

—Él se fue, Lia, y no le pude decir lo feliz que me hizo tener un hermano... —Sollozó ella con su rostro pegado a mi pecho y me dolió aún más por ella. No sabía qué sería de mí si un día perdía a mi hermanito.

—Lo siento, lo siento tanto, ojalá pudiera hacer algo...

—¿Quién pudo hacerle algo así? —Se separó de mí y me miró con sus ojos rojos.

—No lo sé, sea quien sea se merece lo peor de este mundo. —Murmuré con angustia. En ese momento sentí rabia e impotencia. Mi peor pesadilla se había vuelto realidad y lo peor de todo era que yo no era Ágatha Christie para encontrar al asesino.

—Tenemos que ir a la policía, hay que ver si ya saben lo que sucedió realmente. —Esta vez el que habló fue el pelirrojo y asentí.

De esa forma nos pusimos de pie y nos fuimos a la policía en el auto de mi madre. Ella, para mi sorpresa no hizo ninguna pregunta, cosa que agradecí. Se limitó a llevarnos a la policía.

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Era de tarde y el sol brillaba encima de nosotros indicando que todo seguía igual que siempre. Estudiantes y profesores nos encontrábamos en el anfiteatro de la universidad. La única diferencia con los días en los que se celebraban actividades era que nadie sonreía, no había música y en el escenario había una foto enorme, la primera y única foto que había visto hasta el momento de Lucas Dicelmo en donde se le veía el rostro completo. No entendía cómo alguien con esa mirada tan llena de vida podía estar muerto. Alguien había apagado su vida y seguía libre, seguramente entre nosotros, fingiendo que no había ocurrido nada. Rebeca estaba allí, su madre estaba allí, sus amigos estaban allí, sus profesores, los que lo querían, los que no, todos los estudiantes y familiares. Y sus ojos parecían seguirnos con la mirada. Era como si nos observaba y juzgara al mismo tiempo, escudriñando nuestros secretos más ocultos para sacarlos a la luz.

Buscando al chico de Wattpad.©✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora