Un niño jugueteaba en su patineta con la ayuda de otra niña aparentemente mayor que él. Ambos se divertían y reían cada vez que el niño en su torpeza caía al suelo. El perro de una anciana se acercó a ellos y los olfateó. El niño sin perder tiempo se agachó y acercó la mano a su pelaje. La niña lo detuvo y la anciana asintió con una sonrisa dándole la aprobación. Esta vez los dos lo acariciaron. Al final la anciana tomó al animal por la correa y se alejó con pasos lentos mientras los dos niños la observaban.
—¿Lía, estás bien? —Pestañee dos veces y regresé la mirada al frente. Estaba en una cafetería. Llevaba mucho tiempo callada observando por la ventana y no me había percatado de que ya Lucas el pelirrojo se encontraba frente a mí.
Sonreí al verlo y me dio un beso corto en los labios en forma de saludo. Me alegraba estar en aquella cafetería con nombre de perro. Me gustaba porque era un lugar tranquilo y porque se encontraba frente a un parque de atracciones para niños. ¿A quién no le gusta ver a los niños ser felices? Eso era algo desestresante. También me gustaba ver a mi chico pelirrojo favorito. Era un baño de realidad y eso era algo que necesitaba.
—Estoy bien. —Respondí. —Solo observaba a aquellos niños. Me recordaron a mí y a mis amigos. Mi infancia fue increíble.
Una sombra se hizo presente en el rostro de Lucas. Su semblante cambió y palpó sus vaqueros de inmediato. Después llamó a la camarera y le pidió un café para él también.
—¿Qué tienes? —Le pregunté en cuanto la chica se alejó después de dejarle el café servido.
—Nada. Solo que, no sé. Mi infancia no fue tan linda como hubiera querido.
—Ahora que lo dices me doy cuenta de que hablas poco de ti. Sé que tienes una hermana melliza y una abuela que te quieren mucho, pero nada más.
—No me gusta hablar de mí. —Me dio una sonrisa cansada. —Prefiero hablar de ti y de tu investigación. ¿Cómo va la investigación?
—Lucas, por favor. —Estiré mi mano y tomé la suya. Estaba sudada y fría. Aun así se sintió bien el contacto. —En estos días que pasaron he estado pensando mucho en todo esto. En nosotros y llegué a la conclusión de que...
—¿Quieres terminar con algo que ni siquiera ha comenzado? —Soltó mi mano. —Lía, nunca me he enamorado, ¿vale?, pero estoy dispuesto a ser lo que quieras que sea por ti.
—Ese es el problema, Lucas. Que quiero que seas tú, que me muestres el Lucas que se esconde detrás de ese pelo rojo.
—¿Quieres que me haga una decoloración? O sea me gusta mi pelo rojo. —Se mofó con una risilla nerviosa.
—¡Lo estás haciendo de nuevo! ¿No lo notas? Cada vez que hablamos de ti cambias de tema y sales con una broma. Necesito conocer al chico que me gusta.
—Valla, eso fue, inesperado. —Medio bromeó y lo observé detenidamente con expresión neutra. —Que quieres que te diga.
—Todo, quiero saber todo sobre ti. ¿Qué te gusta hacer? ¿De qué lado de la cama duermes? ¿Qué es lo primero que te viene a la mente en cuanto despiertas en las mañanas? ¿A qué le tienes miedo? ¿Cuál fue tu mejor día y cuál el peor? ¿Qué deseas lograr en este jodido mundo?
Se quedó callado. Por un momento creí que iba a salir con alguna broma y si lo hacía me iba a molestar, pero en cambio se metió la mano al bolsillo de sus vaqueros y sacó algo que no logré ver. Extendió su mano derecha cerrada hacia la mesa y la colocó al lado del café que había pedido para mí minutos antes.
—¿Recuerdas la noche que me acompañaste a la casa de nuestro profesor? —Me preguntó y abrió lentamente la mano dejando a la vista la piedra verde que me había mostrado la otra vez.
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Buscando al chico de Wattpad.©✔
Teen FictionDicen que no podemos amar a más de una persona al mismo tiempo y que la universidad es una de las mejores etapas de nuestras vidas. Les diré que a mi todo me sucedió al revés. Quizás se deba a que no soy una chica normal, nunca lo he sido. No sé cuá...