Capítulo 24

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¡Este capítulo contiene contenido adulto! 🔞

Fuimos hasta la residencia y al llegar a mi habitación asomé la cabeza por la puerta. Rebeca y Maria ya dormían plácidamente.

Al entrar le hice una seña al chico a mi lado y lo tomé por un brazo para encaminarlo por la oscuridad y que no chocara con nada. Lo arrastré hasta el baño y me puse mi pijama, después le di una camiseta junto a un pantalón corto que me quedaba grande y se lo puso.

—Me veo ridículo con esto. —Musitó.

—Claro que no, te ves lindo... Bueno un poco afeminado sí, pero solo un poco.

Me miró con mala cara y cuando se disponía a hablar le indiqué con el dedo índice que guardara silencio. No quería que despertara a Rebeca y mucho menos a Maria.

De esa forma salimos del baño y cuando estábamos llegando a mi cama sentí como Maria se movía al lado contrario de nosotros. Los dos nos quedamos congelados. En ese instante no me permití ni respirar. Después de unos segundos eternos en los que nos dimos cuenta de que había sido una falsa alma continuamos hasta mi cama.

De inmediato nos acostamos evitando hacer ruidos y nos tapamos bajo las sábanas. Me di la vuelta en sentido contrario a él pensando que dormiríamos en paz. Que equivocada estaba. Solo de saber que estaba a unos escasos centímetros de mí me ponía nerviosa. Era él, ese chico que tanto me gustaba dormía a mi lado. Sentía su respiración en mi nunca. Su perfume invadía mi espacio sin permiso. Sabía que a partir de ese momento no volvería a ver a mi cama sin recordar esa noche. En otras circunstancias no hubiera dudado en darme la vuelta, pero ya saben todo lo que me retenía. Estaba atada de pies y manos. Una Lía me arrastraba hacia él con todas sus fuerzas y la otra se aferraba a su lugar con vehemencia.

Cuando estaba casi dormida y empezaba a creer en medio de mi ensoñación que todo era parte de un simple sueño sentí como su mano pasaba por debajo de la sabana hacia mí trayéndome a la realidad. Creí que me iba a abrazar en un acto reflejo, pero no. Su mano no se detuvo ahí y pegó su cuerpo al mío para susurrarme al oído.

—Es mi turno de castigarte.

Mi corazón se puso a mil por horas con la adrenalina que me provocaron esas simples palabras. Mis compañeras estaban a unos metros de mí. ¿En qué estaba pensando?

Su mano bajó hasta mi pijama y se coló entre el pantalón y mis bragas para tocarme por encima de estas mientras me besaba en el cuello.

Sus movimientos al principio fueron torpes y no me producían ninguna satisfacción, pero estos fueron cambiando poco a poco hasta que tomaron el punto adecuado. En ese momento sentí su dureza pegada a mi cuerpo por encima de la ropa y los movimientos se acentuaron. Me empecé a sentir en la luna. Tuve que morder una almohada pera no gemir de placer. Sus dedos fueron más allá, pasando por debajo de la tela, tanteando hasta encontrar mi zona húmeda. Fue ahí cuando empecé a sentir de verdad, y más yo que llevaba tanto tiempo sin utilizar esa parte de mí. Estaba demasiado húmeda, demasiado excitada para a penas llevar unos minutos y cuando lo intenté detener para que bajara la velocidad la aumentó. Lo hizo de arriba hacia abajo, después a los lados, con dos dedos, con uno, hasta que no pude más y exploté apartando su mano en un acto reflejo.

¡¡Qué diablos acababa de ocurrir!!

Respiré con fuerza cuando mis cinco sentidos se lograron coordinar y recordé en el lugar en el que estaba con el corazón a mil por horas.

—Maldito. —Le dije por lo bajo.

No lo vi bien, pero sentí su respiración cerca de mi rostro.

—Ya estamos a mano. —Respondió y lo quise matar. Aunque, en el fondo todo aquello me había gustado porque de algún modo u otro había vuelto a ser la Lía de siempre. Y lo mejor de todo, sin poner en peligro a nadie. Eso solo lo había logrado mi pelirrojo favorito hasta el momento y había sido maravilloso.

Buscando al chico de Wattpad.©✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora