Capítulo 4

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Iba entrando a mi habitación distraída cuando al abrir la puerta para entrar tropecé con una maleta y caí al suelo.

—¿Qué mierda? —Musité. Era la segunda vez que me daba un golpe en los últimos días, la primera fue en casa de Adrián.

—Oye, mi maleta, seguro quebraste algo.

Al levantar la vista vi una chica de gafas de pasta. Parecía molesta, tenía los brazos en forma de jarra y sus ojos me miraban con odio.

Me puse de pie y le regresé la mirada de odio.

—¿Quién eres tú?

No me contestó, fue hasta su maleta y la abrió en el suelo. De inmediato buscó algo entre sus pertenencias y sacó un adorno de esos de ferias que contienen agua y al agitarlos parece como si nevara. Dentro había una réplica diminuta de la torre del fin del mundo.

—Yo soy Maria.

Me crucé de brazos. —¿Qué haces aquí, Maria?

—En recepción me dijeron que esta sería mi nueva habitación.

—¿Qué? ¡No puede ser!, ya aquí somos dos, ¿No hay más cuartos aquí o qué?

—Pues no Leaned. —Era la directora de la universidad la que acababa de entrar. —Chicos pasen por aquí.

Miré en dirección a la puerta y me aparté de inmediato. Dos chicos venían cargando una cama. Detrás de ellos venían dos más con un colchón.

—Pero, no tenemos espacio ya...

La directora me miró con mala cara y entendí la situación. Maria era su hija, ambas se parecían mucho, demasiado para ser exactos.

—Yo sé que tanto tú como Maria y Rebeca se van a llevar muy bien. —Miró en dirección a Maria, ella continuaba en el suelo mirando el pequeño adorno. —Hija, si necesitas algo me llamas.

—No necesito nada, gracias.

Noté un ambiente tenso entre las dos, pero me limité a guardar silencio. No me podía quejar, yo había entrado de última a la Universidad también.

Seguramente por eso la llevó a mi habitación, yo no me podía quejar pues era otra enchufada en aquel lugar.

Después de darnos una última ojeada y ver que la cama de Maria ya estaba instalada se fue con pasos seguros. Era abusiva la forma en la que caminaba. Lo hacía como si estuviera modelando, seguro en otra vida habría sido una excelente modelo, su figura era perfecta para eso. Mirando a Maria detenidamente saltaba a la vista que no era tan delicada como su madre. Traía una chaqueta azul y unos vaqueros desgastados. Su estilo era más bien el de una rebelde de los años 2000.

—Wou, eso fue raro. —Dije —No sabía que la directora tuviera una hija.

—Tampoco lo sabía. Lo supe hace unos meses. —Dijo la chica y se sentó en la cama con expresión neutra.

Preferí no decir nada más. Si en un futuro nos hacíamos amigas, seguro me contaría esa historia. Aunque lo dudaba.

El problema ahora era el siguiente. Si desde un inicio Rebeca y yo estábamos apretadas en aquel lugar la llegada de Maria aumentaría más la incomodidad.

De mala gana me di un baño y al final terminé invitándola a la fiesta.  Sé que ella y yo habíamos empezado con el pie izquierdo y nos merecíamos otra oportunidad. Ella no conocía mi plan. Ni siquiera sabía que estaba buscando a Lucas por lo que le mentí diciendo que me atraía un chico de los de la fiesta y necesitaba que ella me acompañara.

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—Esto lo hiciste a propósito, ¿verdad? —Miré a Maria extrañada. —Sí, no te hagas la desentendida. No me dijiste que debíamos atravesar este camino lleno de rocas y barro para que trajera tacones.

Buscando al chico de Wattpad.©✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora