Me desperté sonriendo como una idiota al ver que tenía un mensaje del italiano.
Damiano: Buongiorno, bellisima.
Alma: Buenos días, italiano.
Damiano: Yo llamándote cosas bonitas y tú siempre diciéndome "italiano"...
Alma: ¿Acaso no eres italiano? jajajaja
Alma: Y te recuerdo que también me llamas minion.
Damiano: Sí, pero con cariño.
Alma: Bueno, yo no digo apelativos cariñosos y a ti en realidad tampoco te pega decirlos jajaja
Damiano: Que mal despertar tienes.
Alma: Idiota.
Damiano: Guapa.
Le contesté con un emoji que ponía los ojos en blanco.
Salí de mi cuarto intentando ocultar esa estúpida sonrisa de mi cara para que mis amigas no tuvieran nada que preguntarme. Llegué a la cocina y me serví un café, mientras Sara y Rebeca se terminaban unas tostadas, a las cuatro de la tarde.
— ¿Ya eres persona o qué? —Me preguntó Rebeca.
— Todo el día durmiendo, hija. —Continuó Sara.
— Es lo que hay cuando sales de fiesta. —Me encogí de hombros.
— Por cierto gracias por avisar de que te venías a casa después del escándalo con Lucas —Rebeca me miró—. ¡Ah, no! Que no nos avisaste, fue Damiano quien nos dijo que te acompañaba a casa.
— Perdonad...
— ¿En qué punto estáis? —Curioseó Sara.
A mí se me escapó una sonrisa ante aquella pregunta.
— ¡Os habéis acostado! —gritó Rebeca— ¿Por eso te acompañó a casa, no? ¿Dónde está?
— No subió.
— ¿Entonces? —Inquirió Sara.
— En...—carraspeé—, en el baño de la discoteca.
— ¿¡QUÉ!? —Gritaron mis amigas, al unísono.
— Menudo regalo de cumpleaños adelantado. —Rió Rebeca.
— Joder, no me acordaba. —Musité.
— Nunca te acuerdas de tu propio cumpleaños, eres lo peor. —Me apuntó Sara con el cuchillo de la mantequilla.
—Seis días quedan. —Recordó Rebeca.
— ¿Bueno le vas a contar algo o no? —Habló Sara, mirando a Rebeca.
— ¿Qué pasa? No me asustéis. —Dije.
— Que no fuiste la única que tuvo final feliz ayer. —Rió Sara.
— ¡Solo nos liamos! —Rebeca le tiró un trozo de tostada.
— ¿¡Con quién!? —Zarandeé a mi amiga.
— Con...Thomas. —Se tapó la boca nada más hablar.
— ¡Rebeca! ¡Rebeca! —Grité mientras me reía—. ¡Al fin!
— Sí, sí, a este paso la única soltera del grupo seré yo. —Sara intentó hacerse la ofendida.
El domingo pasó tranquilo, como cualquier otro, pedimos cena a domicilio y nos fuimos a acostar temprano, intentando dormir lo máximo posible para afrontar la semana que nos esperaba.
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Bed of roses · Damiano David
FanfictionLos caminos de una joven escritora y un famoso cantante se cruzarán más de una vez de las maneras más inesperadas y abruptas posibles. "Siguió subiendo sus manos hasta casi rozar mis ingles cuando noté mi móvil vibrar. Aparté a Damiano de un empujón...