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Había pasado una semana desde el encontronazo con Damiano en la azotea y la firma del grupo que hacía irreversible que ellos fuesen los creadores de la banda sonora de la miniserie.

Rebeca y Sara me conocían de sobra y sabían que estaba disgustada por ello, aunque a la vez me parecían un gran grupo, que podía hacer unas grandes canciones, en ningún momento dudaba de su profesionalidad y estilo.

Roberto les prestó una de las salas del edificio de oficinas de la productora para que tuviesen su espacio para crear y ensayar, por lo que cada vez que iba a trabajar, temía encontrarme a Damiano por los pasillos o saliendo a fumar al mismo lugar que yo, aunque no había ocurrido en todos los días que llevaban aquí. Se tomaban muy en serio su trabajo y salían contadas veces de la sala, incluso comían allí.

Eran las cuatro de la tarde de un lluvioso viernes y yo me había quedado embobada viendo bajar las gotas de agua por la ventana que tenía frente a mi mesa de trabajo, cuando Sara me dio un leve empujón en el hombro.

- ¿Qué pasa? - Pregunté, volviendo en mí.

- Roberto nos reclama a todos en la sala de reuniones.

Resoplé con desgana, lo cierto es que sentía el cansancio acumulado más que otros viernes, pero supuse que sería porque el tiempo tampoco acompañaba.

Dentro de la sala se encontraba todo el equipo, éramos más de treinta personas sentadas, expectantes ante lo que el director tenía que contarnos. La verdad era que a Roberto le encantaba hacer reuniones para casi todo, así que tampoco pensamos que fuese nada de gran relevancia para el proyecto.

Estaba sentada entre Sara y Rebeca, cuando oímos varias voces murmurando y riendo que se acercaban por el pasillo hasta donde nos encontrábamos todos. Roberto abrió la puerta y lo vimos entrar con una amplia sonrisa, acompañado de Thomas, Ethan, Victoria y Damiano. Este último se me quedó mirando sin expresión alguna, como de costumbre. Yo me limité a poner los ojos en blanco.

- ¡Tenemos una gran noticia! - Canturreó Roberto mientras cruzaba la sala. - ¡Tenemos la primera canción de la serie!

Todo el mundo se giró hacia la puerta, que era donde se habían quedado los músicos, y empezaron a aplaudir.

- Bueno, bueno - sonrió Damiano, triunfal-. Es tan solo una prueba, no la hemos masterizado, la hemos grabado hace un rato.

- Pero queríamos que la escuchaseis. - Habló Victoria.

- Sobre todo Alma, es la que tiene la última palabra. - Dijo Ethan, mirándome con una tierna sonrisa.

Thomas sacó un pendrive del bolsillo y cruzó la sala hasta encontrarse con Roberto. Encendieron el ordenador y conectaron la memoria externa.

- ¿Preparados? - Habló Thomas, mientras daba un par de saltitos, emocionado.

- Es la canción para la escena de las escaleras de la protagonista con su odiado vecino. - Explicó Victoria antes de que nadie le diera al play.

Tras un par de segundos de silencio cargados de expectación, y al ver que nadie tenía nada más que añadir, Thomas pulsó el botón y se comenzaron a escuchar unas notas a la guitarra. A los pocos instantes se unían la batería de Ethan y el bajo de Victoria.

Miré de reojo hacia la puerta y vi a Ethan seguir el ritmo de la canción con el pie, algo disimulado, mientras que Victoria movía la cabeza de manera más enérgica. Thomas había regresado al umbral con los demás mientras hacía como que tocaba la guitarra en el aire. Sonreí ante aquella estampa. Esas tres personas eran maravillosas y sabía que Sara y Rebeca estaban muy emocionadas de que Maneskin fuesen los encargados de la banda sonora de este gran proyecto, pero, sobre todo, estaban histéricas de poder respirar el mismo aire que ellos, solo había que ver como Rebeca miraba a Thomas. 

Bed of roses · Damiano DavidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora