Introducción

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Roxanne Mclaire-Hatchet, hembra Alfa del clan Fire Hearts, llenó dos tazas con café en una mañana nublada de enero que tenía el perfume del agua a punto de caer. Su lado animal se estiró, desperezándose.

Con cuidado puso dos cucharadas de azúcar en una y un poco de leche endulzada en otra, luego colocó las tostadas con queso crema y mermelada en un pequeño cesto de mimbre sobre la isla de la cocina.

La tarea era sencilla y sería rutinaria para cualquier otra persona, pero ella se sentía afortunada y agradecida por tener esto, las pequeñas cosas diarias, la oportunidad de vivir sin temor, sin dolor en el cuerpo. Tres años atrás sólo podía consumir té con algunas tostadas a secas como desayuno, tres años atrás había sentido lo que era el hambre y el dolor punzando en los huesos.

Pero esa época había pasado ya, de eso sólo tenían recuerdos, ahora podía comer lo que quería cuando quería y sin limitaciones. El hombre que le había devuelto la posibilidad de elegir en algo tan básico como la comida, no le permitía que se negara nada.

Así que ahora, tomó ambas tazas y se alejó de la cocina. Una sensación cálida y sobrecogedora inundó su cuerpo al ver a Evan junto a los ventanales de la casa. Como a todo leopardo, le gustaba ver sus dominios desde las alturas. Pero este leopardo era diferente a todo lo que había conocido, y era suyo, su compañero, su Alfa.

Vestido todavía con su ropa de dormir, una sencilla camiseta gris sin mangas y pantalones de franela negros, Evan apartó su mirada del bosque exterior y le dedicó una sonrisa cuando vio el café con leche y se acercó a ella.

-Gracias Roxy -le dijo, y bajó un poco para besar su frente después de tomar su taza.

Eso solo hizo que la sensación dentro de Roxy creciera y girara junto a otra diferente: hambre. No física, sino emocional, hambre de él. La dependencia hacía Evan había aumentado considerablemente después de emparejarse con él y eso, según Michelle, significaba que estaba entrando en su periodo fértil.

Sus propias emociones, junto a su necesidad, estaban alteradas pero por debajo de eso podía sentir la inquietud de Evan titilando débilmente, escondida entre los hilos de luz glacial de su vínculo sellado.

-¿Qué es lo que te tiene tan preocupado? -Preguntó, se paró a su lado.

Evan sostuvo la taza en una mano, la otra la escondió en su bolsillo, ese gesto, esa postura, se había vuelto habitual en él.

-Nada. La red de vínculos -mencionó, con un ligero encogimiento-. Están inestables desde hace varios días y no sé cómo estabilizarlos.

Roxy todavía no entendía el funcionamiento de esa red, sólo sabía que era una manera en que los alfas cuidaban de los suyos en la distancia, algo que era derivado de los vínculos de sangre.

-Aria dijo que eso es normal, el equilibrio vendrá por su cuenta.

Evan asintió en silencio, bebió el café y Roxy sucumbió a la necesidad de tocarlo, sentirlo. Él reaccionó a eso estirando un brazo para rodear su cintura y sostener su cadera con una mano, el agarre era firme, cálido, acogedor. Le hacía sentir segura.

-Pero no es solo eso ¿verdad?

Por más que quisieran, ninguno podía ocultarle nada al otro. Eran compañeros, su vínculo ya afianzado por el tiempo les proporcionaba algunas respuestas sobre el estado emocional, pero en algunas cosas no era suficiente.

Y tratándose de alguien como Evan, la mejor opción siempre era hablar directamente. De lo contrario, él siempre se guardaría todo para él, penas y preocupaciones, todo.

Cautivo (Serie Gold Pride 3.5) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora