Capítulo 26

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Fueron esas dos palabras las que se encargaron de romper algo dentro de Bonnie. Algo que siempre estuvo destinado a romperse, pero no sabía cómo ni qué era.

Se sentía como volver a respirar...

Un latido después...

El dolor de Trent apareció.

No podía soportarlo. Quemaba como un río de lava ardiente cayendo en su garganta, se hundía detrás de sus ojos y aplastaba su pecho. Una agonía de tal magnitud qué se sentía vieja y madura a través del tiempo.

Un poder diferente se derramó en su sangre, energía nueva, alimentó su voluntad y más decidida que nunca se apartó del hombre y salió de la lavandería, siendo seguida de inmediato.

«Debo ponerle fin a esto. Debo ponerle fin a esto. Debo ponerle fin a esto»

Un vínculo es sobre celebración, lealtad, vida... Jamás sobre dolor. Nunca sobre dolor.

Los pasos a seguir cayeron uno a uno en su mente y ella los siguió con diligencia, atrás y sofocadas, las palabras de Trent. No intentaba detenerle, pero cuestionaban sus movimientos.

En la sala principal encontró a Nick entrando por las puertas corredizas de cristal que daban acceso al jardín interno.

—Nick... —Sonó como un chillido, Bonnie se aclaró la voz y corrió hacia el león moreno—. Nick ¿sabes dónde está Marshall?

Nick encontró sus ojos y retrocedió un paso, probablemente su león lo obligó desde lo profundo.

Un soltero dando un paso atrás de forma instintiva frente a un vinculado...

¿Qué otra prueba que esa para creer de una vez que lo que tenían era real?

Nick se recuperó luego de un parpadeo.

—Sí, está en reunión, en una de las salas.

—Gracias.

Pasó junto al desconcertado león, con un jaguar a la zaga.

—¿Puedes explicarme qué sucede? —Trent quiso saber.

—No hay tiempo, si me detengo voy a flaquear.

Tenía que seguir este camino.

Atravesó el jardín desnudo de las flores y rosas qué lo adornaban en primavera y verano, sus olores se habían desvanecido hace meses. Todo lo que quedaba eran los esqueletos de ramas y soportes en estado inactivo que esperaban mejores condiciones para renacer. Al llegar al otro lado deslizó otro par de puertas con un firme movimiento y giró a la derecha.

Ni siquiera se preocupó en golpear la puerta cuando encontró señales de actividad dentro de la sala.

—Quédate aquí.

No le dio tiempo a protestar, cerró detrás de ella. La conversación se detuvo de golpe.

En una mesa larga de vidrio negro, sentados sobre sillas ergonómicas negras, tres leones clavaron sus ojos sobre ella.

Si alguna vez quieres sentir testosterona en el aire, junta algunos hombres con músculos en un espacio reducido.

—¿Qué haces aquí? —Exclamó Micah con un borde peligroso mientras se recargaba sobre el respaldo con los brazos cruzados sobre su pecho—. ¿No ves que estamos en reunión?

Bonnie no se amilanó ante la agresión del hombre. Un hombre que cada Ve que abría la boca tenía el presagio de muerte y destrucción violenta en su voz. Cuando su corazón latió más rápido ante la sensación de amenaza en los ojos fragmentados de Micah, ella se irguió.

Cautivo (Serie Gold Pride 3.5) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora