Capítulo 28

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El aire se sentía cálido en sus pulmones cuando Bonnie abrió los ojos. Se encontró bajo el cómodo calor de mantas gruesas sobre ella, con la dulce imagen del hombre que era suyo sentado a unos pasos frente a ella.

Trent tenía la ropa que usan las patrullas y brigadas. Pantalones cargo oscuros, botas fuertes y una simple remera verde oliva. El dije brillaba como un trozo de plata sobre su pecho. Su cabello marrón oscuro estaba revuelto y desaliñado y así se veía igual de perfecto.

«Este debe ser mí cielo personal» pensó, y estaba cómoda con eso, aun si también significaba una última alucinación antes de morir, estaba bien. Él estaría con ella en sus últimos pensamientos.

—Bienvenida —él dijo, y su sonrisa le hizo cosquillas. Una caricia en la distancia. Sus ojos no estaban protegidos por sus gafas, pero se hicieron grandes y brillantes y tan aliviados—. Me gustaría verte en tu forma de mujer.

Fue entonces que se dio cuenta que seguía transformada.

«¿Cómo se hacía la transformación de regreso?»

Su mente tenía poca reacción en este momento ¿estaba tratando de guiarla hacia algún sitio? Tal vez venía a buscarla para caminar con ella al otro lado del túnel.

Sin embargo, no había ninguna entrada de túnel en donde estaban, parecía una cabaña a medio terminar.

«Piensa en tu forma humana, querida, llámala y vendrá» siguió aquel viejo consejo que le dio su abuela Gigi cuando todavía le costaba trabajo realizar transformaciones. Bonnie se imaginó frente a un espejo grande, ajustado a su altura completa, imaginó su reflejo, su rostro maduro de ojos verdes y cabello rubio, su cuerpo compacto con curvas qué a Trent le gustaba sostener. Luego como si también se apoderase de su imaginación, Trent apareció por detrás y la abrazó, en el reflejo sus ojos eran ambarinos y cambiaron al verde bosque. «Ven»

El dolor era real... Su transformación sencilla y rápida... Sus pies quedaron por fuera de las mantas al igual que sus hombros.

—Bienvenida —volvió a decir.

Trent se arrodilló frente a ella y Bonnie usó sus manos para apoyarse en lo que parecía ser un catre, empujó la mitad de su cuerpo hacia arriba para encontrarlo. Extrañaría ver sus ojos oscilar entre el ámbar y ese verde que le fascinaba tanto, como si nunca estuviese segura de cuál parte de él la estaba observando con semejante intensidad. La única en el mundo, el resto convertido en polvo y tiniebla. Trent estiró un brazo hacia ella, sus dedos peinaron su cabello rubio hacia abajo con un movimiento lento, él inclinó la cabeza hacia un costado, la luz de la ventana lo tocaba directo en la cabeza.

Parecía como un halo... O el efecto de una alucinación demasiado real...

En la cuarta caricia, deslizó su mano hacia su cuello y sin previo avisó cerró la distancia y lo próximo que sintió fue una punzada aguda que la sacudió.

Eran sus dientes.

«Está bien» pensó «Una última marca»

—Estoy lista —Bonnie dijo en un hilo diminuto de sonido—. Llévame al más allá.

—¿Qué? —Trent se apartó, su expresión cambió y comenzó a revisarla. Pulso, temperatura, respiración, la dilatación en sus pupilas y hasta el color de su lengua—. ¿De qué hablas?

—Estás aquí para llevarme.

—¿Dónde?

Trent frunció el ceño viéndose completamente confundido.

—Pues a la otra vida ¿no?

—Pero si estamos vivos —se rompió en una carcajada mientras Bonnie procesaba esta nueva realidad.

Cautivo (Serie Gold Pride 3.5) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora