Capítulo 17

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Dos horas y media después, y luego de una despedida que parecía interminable, llena de promesas sobre volverla a ver de nuevo en su pueblo, Bonnie y Trent regresaron al motel, a riesgo de convertirse en un peligro al volante Trent prefirió viajar de inmediato en lugar de descansar un par de horas.

No estaba seguro de su autocontrol si pasaba una noche más en un cuarto con Bonnie. Así que dejaron Crescent Lake Junction sintiendose extraños, como si hubiesen traspasado una línea que no debía ser cruzada. Ninguno de los dos sabía cuál era.

Pero había algo alrededor de ellos, una especie de cadencia eléctrica, algo que los empujaba más cerca. Las alarmas de Trent se dispararon una por una en el viaje de regreso.

Llegaron a Gold Pride casi al mediodía del lunes, se separaron luego de devolver la camioneta a su lugar, prometieron encontrarse en algún momento.

Tomaron diferentes rumbos, a pesar de que querían todo lo contrario.

Trent necesitaba pensar en frío. Cuando estuvo lo suficientemente lejos corrió hacía su pequeña cabaña, en el interior oscuro arrojó su bolso sobre el solitario colchón, se agarró la cabeza con las manos y gritó.

En el momento en que fue libre para respirar, su garganta vacía, su mente lúcida de nuevo, Trent salió dispuesto a poner sus asuntos en orden, tal vez todo se acomodaría si mantenía la distancia.

La primera persona que vio fue la única que no deseaba que lo viera en este estado. Pero no rechazó el abrazo de Tanya.

-Apestas a ese león -dijo haciendo una mueca con la nariz.

Las marcas de Patrick eran cada vez más fuertes sobre Tanya, y ella era consciente de eso, Tanya abrazó más fuerte a Trent, sabiendo que no la empujaría lejos. Se quedó con ella hasta que estuvo satisfecha.

-¿Pasó algo mientras no estuve? -Le preguntó, con un tono duro que no estaba relacionado en absoluto con el trabajo de la enfermería.

-Tenías razón, Patrick entró en un período fértil. -Tanya se apartó, pasó una de sus manos por sus rizos oscuros, su mirada observando la sala común de la Casa Matriz-. Es más intenso de lo que pensaba que podría ser, dice que puede ser el último.

Trent rodó los ojos, caminó hacia las escaleras.

-Es un león alfa, ¿qué esperabas?

Tanya lo empujó hacia adelante en el primer escalón. Trent no trastabilló.

-Y sobre lo segundo, un cambiante normal tiene entre treinta y cuarenta períodos fértiles durante toda su vida, dudo que Patrick esté en el último.

Ella lo siguió hasta la planta superior.

-¿Por qué mentiría?

«No quiero hablar de esto ahora»

-Pelea contra la necesidad de preñarte, es todo.

Su voz salió más severa de lo que esperaba. Dios, qué imbécil.

-Perdóname por molestarte con mis problemas -Tanya medio gruñó, se le adelantó y entró primero a la enfermería.

Trent suspiró, cerró tras de si y se apoyó en la puerta. La enfermería estaba vacía. Se le erizó el pelaje.

-¿Dónde está Boyd?

-Lo trasladaron en la mañana. -Tanya recogió su anotador digital y se sentó en una de las camillas-. Gala supervisó el traslado a su habitación, Chiara se encarga de su progreso.

Trent tragó saliva, amarga y dura.

-Lo siento, por lo de recién, estoy un poco tenso.

Tanya alzó la mirada, su rostro, sus ojos, eran serios y se sentían helados. Sostuvo su mirada durante largos segundos hasta que al final decidió inclinar la cabeza a su favor. Un peso abandonó el corazón de Trent.

Cautivo (Serie Gold Pride 3.5) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora