Capítulo 4

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Muchos animaban la pelea que estaban teniendo los gemelos contra Draco. Por otro lado, otros intentaban detenerlos, pero los gemelos no dejaban que nadie se acercara a ellos. Ni siquiera cuando el director gritó que se detuvieran, pararon. La situación ya se estaba saliendo de las manos, pero lograron detenerse cuando alguien gritó…

– ¡Deténganse de una buena vez! – se escuchó la voz grave del Dios del Olimpo, además se oyeron unos cuantos rayos que cayeron fuera de la escuela – Si no quieren que los envié al tártaro, será mejor que se detengan. – dijo mirándolos de forma seria y fría.

Los gemelos no tuvieron de otra que alejarse de Malfoy, ese dios les daba miedo. Volvieron a colocarse en donde se encontraban antes, sentados al lado de su hermano Charlie en la masa de Gryffindor.

– Bien, ya que se desahogaron, podemos continuar. – dijo el dios de la guerra que se encontraba muy entretenido observando la pelea.

– Podemos leer un capítulo más, antes de la cena e ir a descansar – comentó el director. – ¿Quién desea leer?

– Yo lo haré, señor. – dijo Edward Cullen y una vez que obtuvo el libro, comenzó – “Sombrero y entrada dramática” –

– ¿Qué quiso decir con: “entrada dramática”? – preguntó Sirius, pero nadie le contestó.

Los tres salimos del tren y nos dirigimos a donde estaban los demás, a lo lejos vimos a Hagrid el cual nos saludó y nos ordenó a todos los de primer año que subiéramos a los botes.

En un bote nos sentamos nosotros tres y Hermione, la cual se veía nerviosa, pasamos a través del agua y de un momento a otro llagamos al otro lado. Seguimos el camino por dentro de una cueva, hasta que llegamos a unas escaleras y apareció McGonagall.

– Bienvenidos a Hogwarts a partir de este día empezarán… - comenzó a hablar, pero no le presté atención, estaba mirando a los alrededores y hablando con Hades.

Escuchar esto, la profesora McGonagall se indignó al saber que la chica no le estaba prestando la mínima atención.

– Por esa razón llegó tarde a la selección. – dijo Harry.

Bueno Hades, ya llegamos, recuerda no te comas a la rata de Ron y que nadie te vea. – le dije.

Lo tengo, no comerme la rata y dejar que me vean. – dijo él.

– Espero que eso esté mal escrito, y quiso decir: y no dejar que me vean. – dijo Melissa McCall.

Así es, el año siguiente podrás pasear por el castillo o por lo menos en mi habitación. – le dije.

Ok, por ccierto, esstamoss ssoloss. – dijo y e miré y era verdad.

– Eso le pasa por andar de distraída. – dijo Harry divertido.

– Fuck!! – dije y me puse a caminar.

Mientras Cara estaba atrás pérdida buscando el comedor, ya los demás estaban con el sombrero y era el turno de Harry Potter.

– Mi niño, es obvio que quedaras en Gryffindor. – dijeron al unísono James y Sirius.

– Harry Potter. – llamó McGonagall.

Los murmullos no se hicieron esperar en el salón, el director no le quitaba la vista de encima, pero también buscaba a alguien más, la cual no veía y eso lo preocupaba un poco.

Ante esto, se encontraba un Tom y un Gallert muy molestos por saber que Albus quería mantener vigilada a su pequeña serpiente.

Luego de eso Harry terminó en Gryffindor, y por ultimo Ron le tocó igual, todos iban a empezar a comer hasta que hasta que escucharon el ultimo nombre de la lista y se quedaron en shock.

Leyendo: La Heredera de Merlín.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora