Capítulo 12

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Maratón 1/4

- Me gustaría leer ahora. - dice Stiles - "Norberto" - lee una vez que Emmet le entregó el libro.

- Oh, ese día. - dijo Ron con una mueca - Ese maldito dragón.

- ¿Qué te hizo el pobre dragón para ganarse su odio? - preguntó Ginny

- Ese maldito me mordió. - dijo Ron.

- ¿Había un dragón en los terrenos del castillo? - preguntó McGonagall - ¿cómo es posible? - pregunta, pero nadie le responde, los del futuro prefieren quedarse en silencio y evitar la mirada de la profesora.

Los cuatro veíamos como Quirrell estaba más pálido cada día, y Snape seguía con su mal humor, cosa que, según mis amigo y hermano, era porque no conseguía la pierda.

Ellos tres siempre que pasaban por el tercer piso pegaban la oreja a la puerta, y yo me daba un facelpam por su "discreción", Harry le dedicaba una sonrisa cada vez que lo veía, y Ron les decía que no se rieran de del tartamudo, cosa que yo ignoraba y me burlaba de él, y debido a eso, los tres se enojaban conmigo, pero me daba igual.

- Claro, le daba igual porque sabía que ella tenía la razón. - dijo George.

- La palabra discreción no está en su vocabulario ¿cierto? - preguntó Stiles al trío de oro, quienes bajaron la cabeza con vergüenza.

Mientras Hermione y los profesores nos atacaban con tareas y ninguno conseguía tiempo para hacerlas, yo las acababa y me iba a la sala de Menesteres.

Estaba buscando la forma de aparecerme que no sea mediante aparición, ya que esa no me serviría en lugares como Hogwarts o el Ministerio, por lo tanto, estaba tratando de usar los portales de Stephen Strange de Averger, Infinity War, pero no solo para viajar a lugares, sino a dimensiones.

- Oh, me honra. - dijo Strange.

- ¿Las veces que ella desaparecía, se debe a que ha estado yendo a varias dimensiones? - pregunta Harry.

- Pues sí. - responde Kol - ¿De qué forma crees que nos conoce a todos nosotros? - dijo señalando a todos los que no pertenecían a la dimensión actual.

Al principio no me salía, lo que admito, solo moví las manos por horas y nada pasaba. Lo primero que vi como una señal de que funcionaba eran las chispas doradas que saltaban.

Luego lo logré, pero por pocos segundos, algo que definitivamente no era rentable si estaba en peligro o necesitaba salvar a alguien. Solo logré hacer uno y mantenerlo por una hora el día que encontramos a Hagrid en la biblioteca y los chicos lo interrogaron.

Todos querían saber (aunque yo ya sabía) que era o que tramaba Hagrid, así que fuimos a su cabaña a investigar.

Luego de que Hagrid nos dijera que Snape también protegía la piedra y los otros tontos siguieran haciendo conjeturas, se fijaron en lo que Hagrid tanto miraba.

- Hagrid, ¿qué es eso? - dijo Harry.

- Pues un huevo, Harry, ¿qué no ves? - dijo con sarcasmo.

- Ya lo sé - dijo molesto, sí, desde que estamos en bandos separados de quien apoya a quien, ninguno de los tres está contentos conmigo, lo cual me da exactamente igual.

- Claro que le da igual. - dijo Ron - Después de todo ella sabía que tenía razón.

- ¿Entonces para qué preguntas? - dije sonriendo.

- ¿Dónde lo has conseguido, Hagrid? - preguntó Ron - te debe de haber costado una fortuna.

- Lo gané de hecho, estaba jugando cartas en el bar, y le gané a un desconocido. - dijo orgulloso.

Leyendo: La Heredera de Merlín.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora