3. Frutos Secos

1.7K 217 32
                                    

Un mediano escritorio perfectamente ordenado con un par de libros encima y un florero repleto de coloridas flores que, aunque no reconocía el tipo del que se trataban, desprendían un hermoso olor primaveral, fue lo primero que sus ojos percibieron al adaptarse completamente a la amarillenta luz que se colaba por la ventana.

A su derecha, había un clóset de madera con hermosa decoración tallada sobre él, mientras que a ambos costados se veían dos puertas de las cuales desconocía su destino.

Finalmente bajó la mirada para encontrarse con una manta increíblemente cálida que cubría su cuerpo.

Agradecía estar sentado en lo que parecía ser una cama, porque de no ser así, ya se habría golpeado contra el suelo por un posible desmayo.

Su boca estaba tan abierta como sus ojos, definitivamente no estaba en su cuarto, la organización era diferente y las paredes de piedra no eran precisamente lo que veía diariamente.

Se recostó nuevamente de la manera más lenta posible, temiendo que con algún movimiento brusco hiciera desaparecer lo que estaba ante sus ojos.

-¿Lo logré? - se preguntó en susurro después de casi cinco minutos de procesarlo.

Cerró los ojos y respiró profundamente, sin querer, el olor a menta y chocolate regresó a sus fosas nasales, haciendo que sus parpados se abrieran y, esta vez, su vista se dirigiera al pequeño mueble que se encontraba a un costado de su cama, pudiendo notar que sobre él reposaba una taza con, lo que parecía ser té de menta, y un plato con un pastelillo de chocolate.

Debido a la sorpresa ni siquiera se había percatado de los sonidos que su estómago hacía en busca de alimento. Se sentó nuevamente en la cama y tomó la taza que desprendía humo satisfactoriamente cálido, sin pensarlo demasiado, se acercó la bebida a los labios para sorber un poco de líquido. Sus papilas gustativas se deleitaron con el intenso sabor y la temperatura.

Soltó un gemido de gusto y lentamente sobre sus finos labios comenzó a formarse una sonrisa hasta el punto de que sus dientes fueron visibles y un par de hoyuelos se hicieron paso en sus mejillas.

-De verdad estoy aquí - rio liberándose de toda la cantidad de sentimientos que se habían acumulado dentro de él.

Esta vez tomó el pastelillo en espera de poder sentir el agradable sabor a chocolate y confirmar una vez más que se trataba de algo real. El cacao en su boca es todo lo que necesitó para volver a dejar en su lugar ambas partes del desayuno y saltar emocionado de la cama, a tropiezos se colocó un par de sandalias que lo aguardaban bajo la cama y casi corriendo se dirigió a una de las puertas que estaba junto al clóset, la del lado derecho, en cuanto la abrió se detuvo a observar que se trataba del baño, era pequeño pero suficiente para él. Se adentró a pasos lentos hasta quedar frente al lavamanos, sobre él había un trozo cuadrado de metal extremadamente pulido que funcionaba como espejo, y se vio en él, creía que tal vez habría algo diferente en él a pesar de haber especificado en su guion que no cambiaría físicamente, sin embargo, lucía exactamente igual que en su RA.

Se tocó el rostro con delicadeza, inspeccionándose en silencio, al menos hasta que su estómago volvió a rugir. Se decidió regresar al cuarto por ese pastelillo, lo devoró lo más rápido que pudo, intercalándolo con sorbos de té que ya se había enfriado un poco.

En cuanto terminó, corrió a la segunda puerta que se encontraba a la izquierda del clóset, antes de abrirla respiró profundo para calmarse, si su familia estaba del otro lado, no se arriesgaría a que creyeran que algo malo le pasa o lo vieran como un bicho raro por la emoción.

Abrió la puerta lo más normal que pudo, tratando de contener las sensaciones que lo acechaban, no le dio tiempo de si quiera ver a su alrededor cuando empezó a escuchar pasos en lo que identificó como una escalera y un aroma a frutos secos hacerse más fuerte a cada segundo, hasta que al final de la escalera, a unos metros de él se dejó ver una mujer ligeramente agitada.

OMEGA // Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora