16. Gemma

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Por la tarde-noche, llegaron al prado, donde se tomaron un tiempo para recostarse sobre el césped y escuchar la naturaleza a su alrededor. A lo lejos, ya se empezaba a dejar ver la luna, otorgándoles una perfecta vista del cielo.

- En efecto, nuestra ropa ya no está donde la dejamos - se refirió a las prendas que el día anterior habían dejado justo en ese lugar al transformarse .

- Bueno, era de esperarse - el rizado se encogió de hombros - el viento debe habérselas llevado.

Louis se acercó lo suficiente al omega hasta besarlo rápidamente en la mejilla.

- Debemos continuar, estamos a poca distancia de casa, debemos llegar antes de que anochezca - se puso de pie y le extendió una mano al contrario para ayudarlo a levantarse.

- Lo que ordene, señor - hizo un saludo militar en cuanto estuvo de pie, haciendo reír al castaño.

Justo así fue, reanudaron su camino en su forma humana, manteniendo una amena conversación sobre todo lo que se les viniera a la mente.

A tan solo metros de distancia de llegar al pueblo, ambos disminuyeron la velocidad hasta quedar completamente quietos. El seño fruncido y una expresión confundida fue el resultado de la mezcla de olores entre su manada y la manada del oeste que se podía percibir en el aire entre más se acercaban, sin embargo, no eran los únicos olores, había algo más, pero no pudieron distinguir aquello que los confundió de tal manera.

-¿Hueles eso? - preguntó Harry, inhalando profundamente en un intento de descifrar que olor era.

- Lo hago - respondió mientras hacía la misma acción - pero no sé que es.

El omega gimió inconscientemente al sentir con mayor intensidad ese extraño olor. Harry no podía distinguirlo, pero parecía que su omega sí, y definitivamente no lo gustaba, incluso parecía aterrarle.

- Miedo - susurró.

-¿Qué? - el castaño giró a verlo, confundido.

- Mi omega - se tocó el pecho - tiene miedo, ese olor pareció asustarlo.

En seguida, Louis lo envolvió en un abrazo. Quería calmar a su omega y, para ello, liberó feromonas a la par que acariciaba su espalda.

- Está bien, tranquilo, seguro no es nada.

Error.

Un grito desgarrador y un horrible gruñido profundo contradijeron esas palabras. Venían del pueblo.

Harry se puso alerta. Reconoció ese grito. Su omega se encogió en el rincón más lejano, sin embargo, lo ignoró y dio un paso hacia adelante con el corazón apretado, alejándose de los brazos protectores del alfa.

- Mamá - susurró.

Ambos parecían estar en shock, ese grito había sido de Anne y, podían jurar que el gruñido, provenía de Oliver Styles.

El rizado sintió terror, lo que ocasionó que su cuerpo se moviera sin siquiera pedírselo.

-¡Harry, espera! - gritó el alfa en cuanto lo vio correr, siguiéndolo enseguida.

Corría a una velocidad impresionante, a una velocidad que nunca se le había visto antes a un omega, igualaba la de un alfa, incluso la del mismísimo Alfa de la manada. Louis trataba de alcanzarlo, no podía dejar que entrara al pueblo sin saber antes lo que estaba pasando.

Con mucho esfuerzo, logró alcanzarlo antes de que pusiera un pie dentro del camino de piedra que indicaba el inicio de su pueblo. Lo abrazó por la cintura y lo levantó para evitar que continuara avanzando.

OMEGA // Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora