15. Troncos Caídos

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-Ella no se dará por vencida, lo saben, ¿verdad? Es muy persistente - habló la mujer.

-Lo sabemos, pero de Harry nunca conseguirá nada - siguió el castaño.

-Eso espero, no tienen idea de lo peligroso que puede ser que ella cuente con ese tipo de información. Solo les pido eso, me encargo del resto.

La charla continuó un par de horas más hasta que el rizado comenzó a cabecear debido al sueño.

-Ven aquí - el ojiazul abrió los brazos para recibir a su omega.

Lo abrazó y acurrucó en su pecho mientras el de ojos verdes trataba de mantenerse despierto, resultando inútil el intento.

-Tienen que descansar, tuvieron un largo viaje - Athena se puso de pie, recogió las tazas de la mesa y se dirigió a otra parte de la casa - por el pasillo, primer puerta a la derecha - gritó desde su nueva posición.

Louis miró el pasillo sin entender a lo que se refería. Hasta que la mayor regresó a la sala y señaló por sí misma el pasillo.

-Primer puerta a la derecha, es su habitación - aclaró con un tono obvio.

-No es necesario, tenemos donde dormir.

-¿Realmente dejarás que tu omega duerma en esa cosa en el frío suelo? - señaló la casa de campaña y lo miró con una ceja alzada.

Ambos miraron a Harry en cuanto pequeños y delicados sonidos emanaron de él, eran pequeños ronquidos que indicaban que se había quedado dormido. Louis sonrió enternecido. No lo pensó mucho cuando su corazón y alfa le pedían a gritos que aceptara darle una verdadera cama a su omega para que pudiera descansar de verdad.

-Está bien, gracias - susurró sin despegar la mirada del joven en sus brazos.

Athena asintió aunque no la vieran y se retiró hacia su propia habitación.

Con mucho cuidado y delicadeza, Louis logró cargar al rizado de forma nupcial, quien, a la vez, se acomodaba entre sus brazos pegándose más a su pecho.

A pasos lentos y seguros el alfa llegó a la habitación indicada. Una gran cama y poca decoración al rededor era lo que había, aunque no iba a negar que lucía acogedora. Se acercó a la cama y depositó al más bajo sobre ella, abrigándolo con las mantas hasta el cuello.

Continuó por acostarse él a un costado. Entre sueños, Harry se acercó y se acostó sobre su hombro, siendo gustosamente recibido.

El castaño no lo había notado, pero realmente estaba cansado. Tan pronto como cerró los ojos, fue llevado a un profundo sueño.

(...)

-Louis - un susurró se hizo presente para un dormido ojiazul - Lou - esta vez estuvo acompañado de un ligero empujón - Tomlinson - se escuchó más fuerte, haciendo despertar de golpe al nombrado.

-¿Qué sucede? ¿Estás bien? - se apresuró a mirarlo en busca de algún problema.

-¿Dónde estamos? - continuó susurrando.

El contrario se giro a escanear la habitación, aunque no vio nada raro dentro de ella.

-En la habitación - respondió sencillamente.

Al ver su rostro aún confundido, recordó que Harry se durmió antes de siquiera haber visto la habitación.

-En una habitación de la casa de Athena, no te preocupes - lo tranquilizó - nos ofreció pasar la noche aquí después de que te quedaras dormido - explicó.

El rizado pareció volver a respirar, más tranquilo esta vez.

-Y... ¿Ahora?

-Primero que nada - se acercó a su mejilla a dejarle un dulce beso - Buenos días, ricitos - le dio una de sus radiantes sonrisas, contagiando al contrario.

OMEGA // Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora