7. Profundo Sueño

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-Me retiraré - anunció con pesadez la profesora de filosofía. El salón se llenó de murmullos y quejidos de tristeza - sé que es muy repentina la decisión considerando que estamos a mitad de semestre, pero mi enfermedad ha avanzado y mi médico recomendó un retiro inmediato.

La profesora Sarah de tan solo 29 años padecía de una enfermedad del corazón, siendo obligada a, durante sus pocos años de servicio, ausentarse constantemente de sus clases para asistir a consultas médicas, pero nada de eso le impedía realizar lo que más amaba, enseñar. Su profesión lo era todo para ella, durante sus años enseñando en esa escuela fue considerada como la mejor maestra de filosofía, lograba que sus grupos obtuvieran las mejores notas y, sobre todo, hacía de sus clases dinámicas, ya que ella pensaba que el enseñar por medio de la práctica era más eficiente que solo llenar los pizarrones de palabras que no todos tenían la capacidad de entender. Se convirtió en la profesora favorita de media escuela y ella realmente amaba su trabajo.

Desafortunadamente, en una reciente visita al médico, este le había dado la noticia de que su enfermedad era más grave que antes, los medicamentos ya no surtían efecto y una operación no era recomendable, así que solo le quedaba rezar por que el nuevo tratamiento funcionara, mientras tanto, debía permanecer en completo reposo, lo que significaba dejar de trabajar e incluso de hacer los deberes del hogar, cualquier esfuerzo por muy mínimo que sea podría hacer fallar a su corazón.

-Me disculpo con ustedes por esto, ustedes son mi grupo favorito - cerró los ojos con fuerza para evitar que las lágrimas siguieran acumulándose.

Harry se encontraba conmocionado por la noticia, aquella dulce maestra a la que le brillaban los ojos cada que alguien le hacía una pregunta sobre algún tema ahora se veía devastada. Todos conocían su situación, pero nunca se imaginaron que llegaría a tal punto, hace solo unos días se veía tan radiante y ahora lograba incluso romper los corazones de sus alumnos.

-Extrañaré a todos ustedes, de verdad lo haré - un joven de cabello negro se levantó de su asiento y corrió hacia la profesora, abrasándola en cuanto la tuvo de frente, pronto el resto del salón repitió su acción y Sarah se vio rodeada de jóvenes que la abrasaban como despedida, algunos derramando lágrimas y otros dándole su apoyo en silencio. - Gracias por todo chicos - cerró sus ojos en medio del abrazo.

Un par de minutos después, poco a poco se empezaron a despegar de la profesora, regresando a sus respectivos asientos. La mayor se aclaró la garganta y continuó con el anuncio.

-Al estar a mitad de semestre, no podrán tener un maestro sustituto, así que lo que resta de clases tendrán mis horas libres, consideren esto como que han concluido el semestre de filosofía. Sin embargo, el director me ha pedido que les encargue un trabajo final que definirá su calificación, este será revisado por otro profesor de la asignatura. - todos estaban atentos a sus palabras - No pienso encargarles algo grande, ya que el plazo es de solo una semana, así que se tratará solo de un ensayo sobre nuestro último tema visto, la ética y la estética - observó como la mayoría asintió - deberá tener una extensión de mínimo seis hojas.

Dio un par de instrucciones más. El rizado anotaba todo en su libreta de la materia, ese tema le había gustado mucho, así que no sería difícil el ensayo.

Esa era su última clase del día, así que en cuanto terminó, no dudó en despedirse de su profesora, darle un abrazo y salir.

Ese día no había asistido Matt, pescó un resfriado durante el fin de semana y se tomó ese lunes para descansar, así que el rizado caminó solo por la escuela hasta la salida y después hasta su casa.

Durante todo el fin de semana no intentó regresar a su realidad deseada, y aunque le doliera no hacerlo, sabía por experiencia que era lo mejor, cuando lo intentaba a diario no lograba ni siquiera percibir un mínimo síntoma, suponía que se debía a tanto esfuerzo realizado, así que decidió tomarse ese par de días para solo descansar.

OMEGA // Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora