11. Somewhere

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La celebración duró hasta pasada la media noche, no hubo ningún otro inconveniente. Harry agradeció haber podido disfrutar de su primer festejo dentro de su RD, resultó ser magnífico, los tres alfas del grupo le impidieron a él, su hermana y al rubio tomar una bebida de aspecto amarillento alegando que "aún eran unos cachorros para esas bebidas", claro que Niall armó un pequeño berrinche y concluyó golpeando en el estómago a los alfas por tratarlo como un cachorro. Fuera de eso, todo continuó siendo solo diversión.

En cierto momento, los padres del rizado fueron hacia ellos para retirarse a su hogar, por lo que Harry y su hermana se despidieron de sus amigos y se marcharon.

En cuanto la familia Styles llegó a la comodidad de su hogar, la omega menor estaba dormida en los brazos de su padre y Harry sentía los ojos pesados, así que enseguida les dio las buenas noches a sus padres junto a un beso en la mejilla a cada uno, incluyendo a su hermana.

Subió las escaleras a pasos perezosos y en cuanto divisó su habitación, no tardó ni un segundo en entrar, cerró la puerta tras de él y estaba dispuesto a caminar el par de metros restantes hacia su cama para tumbarse en ella, de no ser por el par de ojos violetas que brillaban por encima de la oscuridad. Su mente pareció haber despertado por completo y lo obligó a dar un paso hacia atrás hasta chocar con la puerta, no tardó en comenzar a soltar el característico olor a miedo.

-Harry, querido - habló la intrusa a la par que encendía una vela - Que increíble celebración, ¿no crees?

El omega no encontraba su voz, su cabeza daba vueltas y, a pesar de su deseo por salir corriendo, sus piernas no le respondían.

-¿Te comieron la lengua? - sonrió a modo de burla.

Un parpadeo de Harry y la mujer ya estaba frente a la ventana, siendo ahora iluminada por la luz de la luna.

-Desafortunadamente, yo no pude disfrutarla como me hubiera gustado, ¿quieres saber por qué? - no se detuvo a esperar respuesta - Claro que quieres saber por qué - hizo un gesto con su mano restándole importancia - Fue gracias a ti.

El sonido del acelerado corazón del rizado reinaba en la habitación, intentaba tranquilizarse pero esa mujer no le daba confianza desde que la vio por primera vez esa mañana en el entrenamiento, por Dios, era una bruja, definitivamente no son la clase de persona en la que alguien debe confiar.

-Pero, admito que valió completamente la pena - avanzó hacia él.

Harry trató de retroceder pero no había más espacio, su espalda estaba completamente pegada a la puerta y no hizo más que intentar sostenerse de esta.

-¿Sabes hasta donde puede llegar mi hermoso don? - fingió esperar una respuesta - No, no lo sabes - siguió avanzando hasta estar a centímetros de él, manteniendo su posición firme.

Era una mujer claramente más alta que él y justo en ese momento se estaba aprovechando de eso para intimidar al chico.

-Te estabas divirtiendo tanto que tú mismo te desprotegiste, quiero decir, desprotegiste tu mente - ensanchó su sonrisa hasta mostrar sus pulcros dientes.

-¿Qué?

Fue la única palabra que su boca pudo formular, no estaba entendiendo lo que la mujer decía y le aterraba el hecho de estar solo con ella sin escapatoria.

-Mi don, querido, es tan maravilloso que me permite entrar a las mentes desprotegidas como la tuya - se agachó un poco hasta quedar a su altura - así que, cuéntame, ¿qué se siente que tu madre no te quiera y tu único amigo sea Matthew?

Pareciera que después de esas palabras Harry había olvidado como respirar, clavó la vista en esos ojos violetas que lo miraban con burla y algo de satisfacción ante tal reacción. Lo sabía, ella lo sabía.

OMEGA // Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora