El recuerdo me aborda tan pronto como veo a Rolan Llanos frente a mí. Y es que no importara cuanto me esforzara por ser ser una buena reina, nada parecia ser suficiente, pues el menester acababa de ser destruido y mi tío Orlando abatido por rebeldes.
De pronto, Ron apareció, escabulléndose lentamente entre la obscuridad y la poca iluminación que se mantenía por esa pequeña lámpara. No comentó nada, pese que en su rostro se encontraba una de esas sonrisas que me ofrecía cada vez que me veía. Una que le devolví, aunque fuera solo por cortesía.
Rolan siempre tuvo ese instinto de no decir nada en mis peores momentos. Callaba y solo me hacía sentir que estaría ahí conmigo. Entonces, caminó hasta la mesa del fondo y entendió la caja musical que alguna vez llevé cuando bailamos por primera vez en una sala no muy distinta a esa. Su mano se estiró en mi dirección. La misma que tomé sonriente por su gesto de hacerme olvidar mis deberes y tan solo bailamos.
Me mantuve abrazada a Ron más allá que la música terminara. Me aferré a él como un salvavidas aquel día. Cuando sus ojos capturaron mi atención, se acercó a mí otorgandome un lindo y cálido beso, aunque aquel permaneció por mas tiempo de lo acostumbrado. Su mano atrapó por completo mi cintura, tirando de ella para llevarme lo más cerca de él mientras que la otra cambio de mi rostro a mi hombro descubierto por el vestido, dejando su roce sobre la piel.
—Deberíamos ir a la alcoba... cada uno en la suya, para descansar, por supuesto —tartamudeó nervioso al alejarse de mí.
—Sí, deberíamos —agregué colocando mi mano en su rostro.
Puede que quizá ese haya sido el instante más intenso que tuve con él, aunque ahora no lo sé. En aquel momento, Rolan ya era mi prometido. Estaba controlado y lo que antes lucía tan real para mí, ahora se siente como un juego que él no recordaba haberme hecho, así que cuando volvió a ser el chico que conocí y supe lo que le hicieron, decidí ocultar mis sentimientos revueltos hasta que la ocasión llegara, pero la cuestión es que este momento ha llegado, siendo que Rolan yace justo frente a mí.
Mi corazón comienza a latir de nuevo muy rápido. La sonrisa que mantenía segundos atrás se desvanece remplazada por temor.
—Ron —emerge de mi boca apenas escuchable mientras lo visualizo inclinarse en una reverencia.
Su cabello ha sido recortado a poco más de un corte de soldado. Siempre pensé que el uniforme lo hacía lucir más apuesto que con simple ropa civil y eso no ha cambiado. Me pregunto en que piensa tras observarme a través de aquel par de ojos grises.
—Gracias.
Se escucha en unísono el agradecí y ambos sonreímos con vergüenza de tal acción. Ron opta por cederme la palabra con su mano en un asentamiento que acepto.
—Mi hermano me contó lo que hiciste por mí.
—Lo que se hace con convicción no se agradece, princesa.
¡Ay no, Ron!
No seas tan amable conmigo, pues lo haces aún más difícil.
—En ese caso, yo debería agradecerle a usted y a mi rey por permitirme seguir siendo un soldado, resguardando presos, en lugar de ser uno —en eso tiene razón. Hipnotizado o no, él era un rebelde y sí alguien se enteraba de lo que hizo, la muerte sería su destino. Sonrío cortésmente aunque mi estómago se estruje—. Aunque he sido removido de mi cargo e instalado aquí por...
—Mi hermano, sí —agrego rápidamente.
—Entiendo —emite su garganta pesé que su mirada desea preguntar el porqué.
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II. LA NACIÓN EN LLAMAS ♨
Fantasy👑"Algunas personas no pueden escapar de su destino y el tuyo es portar una corona"👑 Fantasía/Romance/Realeza Todo ha cambiado. La guerra por las tierras de Victoria apenas comienza y los TAMOS deberán no solo enfrentarse a una rebeldía que cada v...