Capítulo 13Secretos
14 de agosto.
Monti salió de la habitación bastante adolorido, y no por las heridas infligidas por una amiga, sino más bien por la desorientación al no saber quién estaba detrás de esta nueva guerra que se alzaba desde la oscuridad, fuera de que debía ir con mentiras por delante con su familia para mantenerlos al margen de tanta violencia injustificada.
Llegó al comedor, su abuela lo esperaba con el desayuno servido, una taza de café humeante y tostadas con mantequilla, algo sencillo, pero efectivo para sentirse en casa.
—Buenos días. ¿Y mi madre y el tata?
—Hola. Tu mamá salió temprano a buscar pega, y el viejo anda pa la parcela con los perros.
—Ese viejo chico no se queda nunca tranquilo.
—Tu sabí como e, no se queda nunca tranquilo. Además aprovecha de copuchar con los viejos que viven pa allá.
—Sí, típico de él.
—Ya, siéntate y come antes de que se enfrié.
Lo hizo. Tomó lugar en la mesa, revolvió un poco la taza y al tomar una de las tostadas para darle el primer mordisco su abuela lo dejó contra las cuerdas al preguntar:
—¿Qué fue lo que te pasó ayer? Y no me digas que te atropellaron porque ni tú te crees ese cuento.
Monti miró en todas direcciones por el rabillo del ojo para asegurarse de que no hubiese nadie escuchando, pues sabía que por más evasivas que pusiera tendría que hablar o la Chilla no lo dejaría tranquilo, incluso le apretaría el cuello hasta que lo dijese todo si era necesario. Desde pequeño que su abuela era quien le sacaba las verdades sin tirabuzón, manteniendo una comunicación fluida y efectiva, muy distinta a la que mantenía con su propia madre.
—¡No hay nadie, hombre! Ya, cuenta, ¿en qué andas metido?
—¿Me promete que esto quedará entre nosotros?
—¿Y cuándo he hablado más de la cuenta de tus asuntos?
—Chilla, esto es muy delicado, pues no solo está en riesgo mi seguridad, también la de todos los que me rodean. Por favor, prométame que no dirá nada.
—Lo prometo, no diré ni una palabra de lo que me cuentes.
—Bien. Estos últimos años viviendo en Umbra me he dedicado a cazar seres espectrales, y pese a que he puesto mi vida constantemente en riesgo, he ganado mucha plata.
—¿Seres espectrales?
—Sí, seres espectrales. Son aquellas criaturas que por el hecho de aparecer muy poco son tomadas como seres sobrenaturales. En especial porque solo quienes tenemos los poderes activos las podemos ver. Viven del otro lado de la barrera, que separa a los dos mundos.
Chilla lo quedó mirando fijamente, pero no con expresión de incredulidad, sino de inquietud, esto le dio chance a Monti para seguir diciendo:
—Sé que suena difícil de creer, pero este mundo está dividido en dos, el de los humanos, y el espectral.
—¿Fue una de esas criaturas la que te atacó ayer en el paso nivel?
—No. Por favor téngame paciencia. Es una historia un poco larga, pero ya voy para allá. Quiero que sepa muy bien que es lo que está sucediendo.
—Ya. Sigue.
Monti le dio una mordida a la tostada que aún tenía en la mano, luego bebió café. Aquella mezcla de sabores le supo a gloria, y deseó tanto poder olvidarse de todo lo acontecido hasta la fecha y quedarse allí disfrutando de esos momentos, trabajando en algo menos peligroso, aunque eso implicara ganar menos dinero, mas no era posible; ya estaba inmerso en todo aquello turbio hasta el cuello, y la única forma de dejar todo atrás era llegando al final del camino, pero para ello restaba tiempo.
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Redes En Penumbra
AksiContinúa la lucha contra las manos oscuras del mundo espectral que intentan tomar el control del mundo mortal utilizando la ambición del hombre para concretar sus objetivos. Los mestizos están más alerta que nunca, ya que los espectrales están ejerc...