Capítulo 15, Ira

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Capítulo 15Ira

15 de agosto.

Cris despertó con ganas de vomitar y corrió al baño. Levantó la tapa y dejó que todo saliera de su cuerpo. Durante la noche estuvo en un bar junto a dos prostitutas que conoció por Instagram, y que si bien se notaba que lo único que deseaban era hacerle gastar dinero, no se pudo contener; eran como le gustaban, bajitas, delgaditas, y con buenos atributos. Bebieron hasta bien entrada la noche, terminando el encuentro en la habitación que estaba arrendando. Como mantenía un cooler con cervezas heladas, siguió bebiendo antes, durante y después del sexo, quedando reventado sobre la cama cuando las mujeres se marcharon cerca de las seis de la mañana.

Escupió un poco antes de bajar la tapa, enseguida se enjuagó la boca con agua, se lavó los dientes y se aplicó tres veces el enjuague bucal para que desapareciera ese asqueroso sabor vinagre de su lengua.

Regresó a la cama. La cabeza aún le daba vueltas. Lo peor de todo es que pasado el mediodía se encontraría con Linda, una estudiante de periodismo que conoció por Facebook, y a la cual esperaba impresionar lo suficiente para que le aceptara arrancarse a un motel.

Llevaban hablando un poco más de cinco días, y aunque no era tiempo suficiente para darse una idea definitiva de una persona, menos si ni siquiera la conocía en persona, algo le decía que podría ser un encuentro diferente, terminando en algo más que solo sexo.

Cris no siempre había sido un mujeriego empedernido, antes de viajar a Umbra por posibilidades de trabajo intentó entablar relaciones formales, buscando construir una familia, no obstante las desconfianzas, las infidelidades y los malos tratos lo hicieron desilusionarse por completo de la vida, llegando a la instancia de mirar a cada mujer como lo miraron a él en su momento, como una oportunidad económica y alguien con quien ir a la cama cuando a ellas se les antojara. Por esto fue que sus sentimientos desaparecieron de su interior, o bien, quedaron aprisionados por capas de hielo y metal en lo más profundo de su ser, haciendo que esa máscara del hombre ardiente que no le importa nada tomase lugar.

Se derrumbó en la cama bocabajo, preguntándose una y otra vez como fue que llegó a quedar en ese estado. Miró la hora en el celular, faltaban para las once, y al revisar las notificaciones notó que Linda le había escrito hace veinte minutos.

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Linda: Buen día cariño. Ya voy camino a Renacimiento. No te imaginas cuantas ganas tengo de conocerte en persona. Siento que este encuentro marcará un antes y un después en nuestras vidas.

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Las palabras de ella hicieron que olvidara su malestar y meditó en que responder.

Curiosamente él también sentía algo parecido, y sí, existía una posibilidad inmensa de que ese encuentro significara mucho más que miradas, besos, caricias y buen sexo, podía ser que emergiera una nueva vida en él, lejos de las conquistas casuales allá donde iba, o los encuentros con prostitutas para saciarse. Pero eso era algo con lo que no estaba dispuesto a soñar, puesto que no quería que los sueños se le despedazaran frente a sus ojos como una torre de frágil cristal.

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Cris: Hola. Aquí despertando. Ya quiero que sea el momento de que nos podamos ver de frente.

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No esperaba que ella le respondiera al instante, si venía viajando lo más probable era que viniese pendiente de los alrededores, ya que una de las mejores cosas de Umbra era que el sur se caracterizaba por ser precioso, con muchos cerros, campos verdes, bosques, similar al chileno; sin embargo Linda se conectó y le respondió:

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Linda: Sí, ya queda muy poco.

Cris: Genial :) ¿y dónde nos veremos?

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