Me gustan las cosas brillantes, pero me casaría contigo con anillos de papel, así es...
Querido, eres el único al que quiero — Taylor Swift.
Porque los hombres nunca entienden que lo que una quiere es paz, paz mundial, paz en su trabajo y sobre todo paz en su vida personal.
¿Por qué?
Dios, ¿por qué?
Los siguientes días se convirtieron en una batalla campal por ver quién sabía más sobre bebés, desde cómo debían de ser amamantados (ni siquiera yo sabía eso amigos) hasta como colocar todas las trampas en la casa para la seguridad completa del bebé.
Y aunque al principio era de lo más gracioso y hasta reconfortante el saber que tanto Kieran como Ricardo se estaban esforzando para la llegada del bebé, leyendo pilas y pilas de libros, abordando a mi médico con todo tipo de preguntas día y noche, después de una semana así me estaban volviendo loca.
Me seguían a todas partes, no me dejaban cruzar la calle sola.
Cargaban todo por mí, mi abrigo, mi bolsa de mano, mis llaves y hasta a mí una vez. Eso solo paso una vez.
Nunca me ha gustado ser ayudada de ningún tipo y mucho menos esta clase de ayuda que lejos de hacerme sentir apoyada me hace sentir como si estuviera hecha de vidrio.
Y no del que se puede romper y no pasa nada, no del que se rompe en miles de pedazos y deja una gran herida o vacío cuando lo hace porque el daño que causa es irreparable.
Pero sin duda alguna lo que paso el otro día, fue la gota que rebalso el vaso.
Pero antes ayúdame a contestar una pregunta, no les dije a todos, desde el principio que no esperaba nada de nadie, que no quería ayuda de más, que podía con esto sola si tanto Kieran como Ricardo no querían estar involucrados en esta aventura, que no esperaba ninguna propuesta de matrimonio de ninguno de los dos.
¿No lo hice?
Si tu respuesta a esa pregunta fue una negativa, déjame decirte que si no lo hice debí de haberlo hecho.
¡Porque esto ya fue suficiente!
<<>>
Cuando llegué a casa, pensé francamente que sería un día como cualquiera. Esperaba llegar a casa y tener a esos dos esperándome ya en la puerta de mi casa, listos para abordarme con toda clase de preguntas sobre el bebé.
Como hacían casi todos los días desde que les confesé la verdad.
Por lo general llegaban con comida también.
Pero esta vez, solo estaba Ricardo cuando llegué y eso era porque no sé suponía que ninguno de los estuviera ahí en primer lugar.
Me había salido un tanto a escondidas de mi trabajo para asistir a otra de mis citas con el ginecólogo, las tenía cada mes para monitorear el desarrollo del bebé y mi salud física, cosa normal, lo que no era normal era que él estuviera ahí.
Lo único en lo que yo había pintado mi raya, era en esto, mis consultas médicas eran mías y solo mías. No había dejado que ninguno de los dos me acompañasen porque no quería ningún problema o escena con el médico.
No quería que le llenaran de preguntas de todo tipo.
No quería que me llenaran de preguntas a mí.
Quería que esto fuera un momento mágico entre mi bebé y yo solo para crear un vínculo.
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De Regreso a Nosotros. Trilogía: "Viva la Vida".
ChickLit¿Qué es el amor sin un poco de drama? La verdad no conozco la respuesta a esa pregunta, nunca la he conocido, porque para mí el amor siempre ha tenido un poco de drama en él, una chispa, una pizca, pero siempre está ahí. El amor es un campo de batal...