Capítulo 17.

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Ella tiene un gusto particular — Shawn Mendes.


—¿Ha comido algo el día de hoy?

—¿Qué?

—¿Qué si ha comido algo además de esa barra de chocolate el día de hoy?

—No, ¿por qué?

—¿Tiene hambre? Porque yo me muero de hambre, no he comido nada desde que me subí al avión y la verdad es que me niego a comer nada de lo que se sirva en esos lugares.

—¿De verdad? Y a mí que me gustan tanto las nueces que dan en esas aerolíneas.

—Como pueden gustarle, son tan baratas. —Y ahí estaba el niño mimado y rico.

—Si bueno cuando uno viaja en clase turista es lo menos que te pueden dar.

—¿Turista? No sé de qué me estás hablando.

—¿No dijo que sé vino en un avión?

—Sí, privado.

Ah.

—¿Quiere ir a comer algo?

—¿Me está pidiendo que lo acompañé a comer?

—Sí.

—¿Si está consciente de lo que se mete señor...?

—Sí.

—No lo creo, conmigo es todo o nada, nunca me calló nada ni el más mínimo detalle.

—Lo sé.

—No le creo, lo siento.

—Podemos pedir algo aquí si lo prefiere.

—¿Por qué? ¿No tiene un vuelo que tomar de regreso a su soleado Miami?

El hombre se rio.

¿Por qué se ríe?

¡Demonios! Se ve endiabladamente precioso cuando lo hace.

—No, he decidido quedarme por una corta temporada o por lo menos hasta que la editorial este más establecida en el mercado.

Demonios.

—Debe ser mi día de suerte entonces.

—Y soy Samuel si así lo prefieres.

Prefiero cabrón, eso es lo que prefiero.


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No pude zafarme, así que terminé yendo a cenar con el cabrón.

No me disculparé por llamarle de esa manera porque así es como es, es cómo se comporta, es lo que representa para mí en esa editorial.

¿Por qué tenía que venir a arruinarlo?

Estábamos tan bien.

Sin él.

Pero bueno comida, era comida gratis, así que uno no puede negarse, además yo pude elegir el lugar, así que estaba más que contenta a esta altura.

Elegí la italiana, porque no podía comer nada de mariscos y ahí hay varias opciones que se podían sustituir por otras cosas, sobre todo para una chica como yo que puede ir por la ciudad haciendo y deshaciendo todo lo que quiera.

Esta era mi ciudad, mis dominios y nadie podía quitarme nada de eso nunca.

—Parece que tenía hambre, Señorita Herrera.

De Regreso a Nosotros. Trilogía: &quot;Viva la Vida&quot;.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora