Capítulo 32.

13 2 0
                                    


No necesito cuestionar la razón, soy tuyo — The Jonas Brothers.


Las oportunidades a veces llegan sin que te des cuenta.

Con el pasar de los días me atrevo a decir que mi máxima prioridad era dejarme llevar, sentir y no arrepentirme más por no decir las cosas.

En cada sesión que teníamos Kieran y yo tratábamos de abrirnos más y más al futuro, las posibilidades se notaban con cada día que pasaba. O al menos eso elegía creer ciegamente.

Y estaba creyendo que por mí parte todo estaba bien, pero aún así tenía que preguntarle, tenía que estar segura de que estábamos en la misma misión juntos.

En el mismo canal.

En el mismo barco.

Que ambos tomaríamos las mismas decisiones por el otro si algo pasaba.

Por ello, en la última sesión de nuestro ejercicio de confianza tuve la libertad o quizás fue la duda la que gano esta vez, para averiguar si él la seguía viendo de manera romántica.

A la chica.

Ni si quiera me atrevía a pronunciar su nombre en voz alta en mi cabeza, mucho menos en la vida real, antes mis errores de pasado y el posible futuro que podía tener si me lanzaba sin paracaídas ante ello.

—Iris, ¿hay algo más que quieras saber antes de terminar este ejercicio? —Me pregunta Román.

Estoy sentada en un modesto sofá de color crema, muy cómodo para otras personas pero para mí no. Me tardo más de dos minutos en poderme levantar de él y para ello requiero la ayuda del propio Román y de Kieran sino ahí me quedaba enterrada para siempre.

Y aunque el sillón es de lo más cómodo, a mí no me lo parecía justo ahora.

Por unos segundos mientras las palabras salían una a una de la boca de Román sentí como el sillón fuera tragándome poco a poco.

Se cerraba mi garganta y mi respiración se hacía cada vez más rápida.

Pero entonces terminó de hablar y espero por una respuesta, yo parpadee y la imagen ante mis ojos se cambió de manera instantánea.

Gracias a los dioses era solo mi imaginación.

—¿La sigues viendo?

Kieran me miró, pero no dijo nada.

—A...

—No digas su nombre.

—No, solo en el trabajo y como una compañera más, ni si quiera he vuelto a tratarle como una amiga desde que salí del hospital.

—Bien, eso es todo lo que quería saber.

Parecía que su lealtad estaba del lado correcto ahora.


<<>>


<<Dime algo, lo que sea...>> me dije a mí misma que tenía que decirle algo a Kieran cuando veníamos de regreso de la terapeuta, pero nunca sabía que decirle, y creo que él tampoco.

Esa última declaración nos había sacado de combate a los dos.

Ahora mismo éramos dos extraños en un auto de lujo tratando de no decir nada que arruinará lo poco que habíamos ganado en la terapia hasta este momento.

No es como si fuésemos pareja de nuevo.

Pero al menos estábamos en un momento de cese al fuego.

No había más ataques de parte de mí o de Kieran, por ende se podía pensar que estábamos bien.

De Regreso a Nosotros. Trilogía: &quot;Viva la Vida&quot;.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora