Serenata sin Luna

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AU Época de Oro Mexicana(?

Y sabes que no necesito de luna alguna, porque tu eres la luna de mi corazón

Es una noche serena de enero, un silencio profundo que es interrumpido por las campanadas de la catedral que anuncian con su retumbar solemne la llegada de la medianoche

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Es una noche serena de enero, un silencio profundo que es interrumpido por las campanadas de la catedral que anuncian con su retumbar solemne la llegada de la medianoche.

El viento que corre por las calles desoladas lleva en su seno el acorde perdido entonado al roce en las cuerdas de una guitarra; música del alma enamorada que viaja hasta los más profundos rincones. 

Un par de risas juguetonas se escapan de sus cómplices ante el nerviosismo naciente. Toma una respiración profunda con la que intenta calmar el latir desbocado de su corazón, y en voz susurrante cuenta  "uno, dos, tres"...


No hace falta que salga la luna, para venirte a cantar mi canción. Ni hace falta que el cielo esté lindo, para venir a entregarte mi amor


La melodía da inicio, pronto acompañada por el tono meloso de la voz delicada que pierde cualquier rastro de titubeo; llamando la atención de los curiosos aún despiertos que asoman su mirada por las ventanas, buscando a la afortunada de esa noche sin luna.

Ahí, al final de la Calle Real, frente a la casona más ostentosa del pueblo, la silueta del amante apasionado se vislumbra, apenas iluminado por las lúgubres luces del alumbrado público.


No encontré las palabras precisas para decirte con mucha pasión, que te quiero con toda mi vida, que soy un esclavo de tu corazón.


Calles empedradas y casas suntuosas como verdaderos testigos del eco que va formándose, un arrullo suave que despierta a más de una muchachita que suspira envidiosa.

Un atuendo elegante en un tono oscuro, una camisa pulcramente blanca y un destello dorado en los botones de su chaleco. Su mirada jade se eleva hacia el balcón, irradiando emoción con antelación; el sombrero haciendo sombra a su rostro, ocultando desafortunadamente su identidad.


Solo dios, que me vio en mi amargura supo darme consuelo en tu amor, y mandó para mí tú ternura, y así con tus besos borró mi dolor


La tenue luz de un candil alumbra desde adentro de la habitación; el joven enamorado deja de un lado su guitarra y da un paso esperanzado hacia adelante.

Hay un movimiento sutil en la seda de las cortinas, y la luz delinea una sombra que parece escucharlo con atención. Algunos de los entrometidos y ajenos suspiran con alivio al ver que los sentimientos del intérprete parecen haber sido escuchados.


No te importe que venga borracho a decirte cositas de amor. Tú bien sabes que si ando tomando, cada copa la brindo en tu honor


In any Life, In any World [TodoDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora